Capitulo 40.

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Tras una desafiante batalla con mi cabeza sonó el timbre. ¡Por fin! Me levanté del sofá de un salto y corrí hacia la puerta. Al abrirla me encontré con un chico alto de ojos azules y cabello rubio. ¿Quién era? Ni idea, pero me resultaba familiar.

-Disculpa, ¿puedo ayudarte?- Pregunté tras ninguna palabra por parte de ninguno de nosotros.

-No me lo puedo creer- Dijo él. Espera, ese acento lo conocía.

-¡Sergi!- Grité y le abracé- ¿Qué haces aquí? Pensaba verte en casa.

-¿No te alegras de verme?- Dijo él riéndose, era adorable- Tu hermano me dijo donde vivías y me pasé.

-Perfecto- Dije haciendo que me siguiera a la cocina- ¿Quieres comer algo?

-Estoy hambriento- Dijo tocándose el estómago.

-Pues cocinas tú- Dije yo- Sé que acabas de llegar pero no puedo disfrutar de la pasta cocinada al mejor estilo italiano todos los días.

-Como te aprovechas bonita- Dijo él buscando ingredientes- Así que estas saliendo con el famosillo ese ¿no?

-Puede…- Dije riendo- ¿Qué tal la familia?

-La semana que viene nos hará una visita mi madre- Dijo él- Me imagino que vendrán también mis hermanos.

Dejamos de hablar y él terminó de preparar la comida. Sergio tenía dos hermanos, una niña de 12 años y un niño de 4. Mi prima se llamaba Mónica aunque la llamábamos Moni y era la oveja negra de la familia, pero no en el mal sentido, ella era la única que tenía los ojos y el pelo negro como el carbón, siempre pensé que era producto de una relación adúltera de su madre. Sin embargo Henry era el niño más adorable del mundo. Tenía unos ojos azules preciosos, aunque los de mi hermano me gustaban más, y tenía un color de pelo que podía decirse que era casi albino. Amaba a ese niño. Acabamos de comer y sentimos abrirse la puerta de casa. Un barullo de voces empezó a oírse por toda la casa. Esos chicos eran unos escandalosos. Entraron en la cocina y Harry se acercó a mí y me abrazó. También depositó un beso en la comisura de mis labios. Era adorable.

-Hola- Dijo Sergio- Me parece que no nos tenían pensado presentar, soy Sergio, su primo.

-Bienvenido a Inglaterra- Dijo Harry amistosamente- Yo soy Harry, su novio.

-Sé quién eres, quienes sois- Dijo él- Mi hermana es fan, directioner de esas.

-Eso está bien- Dijo Harry- ¿Te quedas a pasar la tarde?

-Pues no- Dijo mi primo- En realidad me voy ya, tengo cosas que hacer aún y si me demoro más acabaré sin hacer nada.

-Como quieras- Dijo Harry- Encantado.

-Te veo mañana enana- Sergio habló y dicho eso salió por la puerta.

Harry me mando prepararme. Me llevaría a un sitio precioso según él. Me puse unos vaqueros, una sudadera gris de Obey y unas converse bajas blancas. Cogí mi móvil y lo guardé en el bolsillo trasero del pantalón. Bajé las escaleras y cogí mi cámara nueva, ya cargada y lista para ser usada. Grabaría todos los momentos al lado de Harry y los usaría para después redactar un guion para el corto. Me gustaría ganar el concurso, en realidad. Al subir al coche encendí la cámara y Harry arrancó el coche.

-Harry- Dije grabándole- Di algo a la cámara.

-Eres tonta An- Dijo él riéndose.

-Pues vale- Dije yo y coloqué la cámara en frente de mí- El señorito no está de humor, lo siento.

Solté el botón de grabar y volví a guardar la cámara. Harry aparcó el coche en una especie de parking y al mirar por la ventana me percaté de que estábamos en una… ¿Montaña? Salimos del coche y nos sentamos en el césped. Desde allí se podía observar toda la ciudad. Era precioso. Nos pasamos allí la tarde. Corrimos, jugamos, nos reímos, cantamos… fue maravilloso. Esa bonita vista al oscurecer se volvía aún más bonita. Y de toda la fantástica tarde ¿Sabéis que es lo mejor? Que lo había grabado todo, todo. Nos sentamos de nuevo en el mismo lugar que al comenzar la tarde. Encendí la cámara de nuevo. Harry me la quitó.

Un pasado para recordarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora