Capitulo 4

1.2K 21 0
                                    

A las diez de la mañana, unas terribles ganas de hacer pis me despertaron de mi séptimo sueño por lo que rechistando me levante corriendo al baño. Menos mal que había uno dentro de mi cuarto. Cuando acabe ya estaba lo bastante despierta como para meterme en la cama de nuevo e intentar volver a dormir. Subí la persiana y calcé las zapatillas. Bajé hacía la cocina y mi hermano y Elliot ya estaban vestidos y desayunando.

-Te ves muy sexi con ese pijamita, hermana. – Dijo mi hermano guiñándome un ojo y riéndose de mí.

-Eres un puto adolescente salido Alex- Dije yo sentándome en la encimera a comerme un cacho de bizcocho.

-Lo sé- Dijo él con aires de superioridad- La madre de Elliot va a venir a buscarle en nada o sea que prepárate porque tú y yo nos vamos al centro.

-Vale- Dijo yo- Pero con tranquilidad por favor, que me acabo de levantar.

Acabe de desayunar y subí de nuevo a mi cuarto. Me metí en la ducha y me duché rápidamente. Como hoy no hacía un día muy agradable me puse unos pitillos negros y una camiseta blanca de Hard Rock Café que me había traído mi padre de Moscú. Me planché el pelo, me pinté la raya y me eché rímel. Puse mis vans negras y una chaqueta granate. Metí mi IPhone y la cartera en una mochila de cuero negro y bajé al salón. Alex estaba sentado en el sofá jugando con su móvil. Como Elliot ya se había ido nosotros nos fuimos también. Esperamos en la parada del bus hablando un poco de todo y cuando llegó, media hora tarde, lo cogimos y nos plantamos en el centro de Londres. Entramos en el centro comercial y nos separamos. Quedamos en un bar de la entrada cuando acabáramos de comprar. Fui a varias tiendas pero ninguna era de mi estilo. Seguí dando vueltas por allí algo desesperada por no encontrar nada de mi gusto cuando en una esquina, algo apartada encontré una tiendita que me pareció interesante. Entré y al final salí con unas cuantas bolsas. Compré varios pantalones y vaqueros, un par de vans nuevas, alguna camiseta y alguna sudadera y un vestido corto negro bastante bonito. Volví al punto de encuentro y Alex ya me estaba esperando. Tomamos algo por allí y salimos del centro comercial. Íbamos caminando cuando me fijé en un papel pegado en una farola. Me paré a leerlo y como no, era el dueño de Dusty reclamándola, ya sabía yo que no iba a tardar en aparecer. Apunté el numero en mi móvil y llamé. Un tono, dos…

-¿Si?- Una voz profunda de hombre contestó al otro lado.

-Hola- Dije yo- Usted ha perdido un gato ¿no?

-¿Tienes a Dusty?- Preguntó él- Gracias a dios, pensé que no la vería más, y por favor no me llame de usted no soy un viejo.

-Vale- Dijo yo riéndome- Y si tengo a su gatita.

-Soy Harry- Dijo él- ¿Cuándo puedo ir a por ella?

-Yo soy Angie- Dije yo- Pues cuando quieras, dime cuando puedes y te doy mi dirección.

-A ver…- Dijo él- Tengo una agenda algo apretada, ¿Te parece si te aviso hoy por la tarde y concretamos día y hora?

-Por mi perfecto- Dije yo.

-Bueno pues hasta luego Angie- Dijo él con esa voz, ronca y profunda, que me parecía haber oído antes.

-Adiós Harry- Respondí yo a la vez que colgaba.

Miré a mi hermano y estaba bastante triste. Sí que le había cogido cariño a la dichosa gata. Para su cumple me lo pensaría y le regalaría un perrito, me gustaban más que los gatos y cuando se cansara de él me iba a tocar a mi encargarme del chucho. Cogimos el bus de nuevo y regresamos a nuestro hogar.

Un pasado para recordarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora