Capitulo 63.

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Entré en la cocina y estaban los tres sentados alrededor de la mesa. Yo me quedé de pie. Marta se levantó y me abrazó. ¿A qué venía esto? Me agarró de los hombros y me miró. Suspiró y negó con la cabeza. ¿Qué le pasaba a esta chica?

-Angie, cariño, ¿Cómo has podido salir con tal psicópata?- Vale, ahora estaba claro, Harry les había contado lo de Ryan, era lógico, por su culpa estábamos allí.

-Yo…- Empecé a decir, cómo he podido salir con ese imbécil… ese imbécil no había sido tan malo hasta hace poco…

-Déjala Marta- Dijo Harry- No empieces.

-Solo me preocupo por ella- Dijo la chica- Lo has tenido que pasar fatal ¿Verdad?

-Oh no, no ha sido tan malo- Dije yo.

-¿No ha sido tan malo? –Preguntó el rubio que no había pronunciado palabra antes.

-Claro que no- Dije yo- Yo sabía que él no era el mejor, pero estaba prácticamente sola y él me ayudó bastante, me decía que iba a cambiar y esas cosas, no tenía amigas porque siempre estaba con Ryan y hasta que Harry apareció, casi siempre era bueno, siempre que yo le hacía caso claro, desde que vio a Harry estaba raro, llegó a utilizar la fuerza y eso no me gustó, también empezó a tratarme mal, por eso lo dejé…

-O sea que todo esto es culpa de Harry- Dijo Niall.

-Sí, todo es su culpa, si no hubiera entrado en mi vida nada de esto estaría pasando - Dije yo riendo, el rizoso se veía culpable, me acerqué a él y besé su mejilla- Es broma tonto, sabes que te agradezco todo lo que haces por mí.

Seguimos hablando durante un rato. Me apetecía chocolate. Tenía hambre. Me abrigué y salí de casa. Harry había insistido en acompañarme pero me negué. No podía estar siempre pendiente de mí. Salí y caminé hasta el primer supermercado. Entré y compré mi amado chocolate. Me acerqué a pagar. Iba despistada, como siempre, y choqué contra un hombre tirándole toda su compra al suelo. Pensé que sería la única en comprar a esas horas. Miré mi reloj y la verdad que no era tan tarde. El tiempo había volado pero no era más tarde de las nueve y media. Me agaché y ayudé al hombre a recoger sus cosas.

-Lo siento, iba distraída- Me animé a decir.

-No te preocupes- Habló él- yo también, no pensé que nadie viniera a comprar a estas horas.

-Ya, bueno, pensé lo mismo- Dije.

-Tus padres deberían de tener miedo dejándote salir sola en la noche- Dijo el hombre y un escalofrío circuló por todo mi espina dorsal- esta ciudad no es muy considerada con las chicas jóvenes.

-¿Perdona?- Dije yo algo asustada- debería irme, me están esperando en casa.

-No pretendía asustarte- Dijo él- ¿Quieres que te acerqué? He traído coche.

-No gracias- Dije mientras pagaba y salía volando de aquel supermercado- llegaré más rápido andando.

-Espero volver a verte por aquí- dijo él antes de que saliera por la puerta.

-No lo creo- Dije para mí.

Me encaminé de nuevo hacía la casa de Niall y Marta. Realmente las palabras de aquel hombre me habían asustado un poco. Caminé rápido entre las oscuras calles. No tarde en llegar al portal del único edificio que me resultaba familiar.

Narra Harry.

Hacia un buen rato que Angie se había ido. No me había dejado acompañarla, pero bueno, es mayor para decidir si puede ir sola o no. Me dirigí al salón y me encontré una escena que no me apetecía ver. Marta y Niall a punto de pasar a la acción. Al verme allí se cortaron un poco. Decidí no interrumpirlos más e ir a mi cuarto.

-Cuídala Harry- Gritó Niall antes de que me fuera- La chica, aunque aún no lo sepa, se nota que te quiere.

-Lo haré- Y con esto caminé hacia la habitación.

Entré y me quité la ropa quedando solo en calzoncillos. Me tumbé encima de la cama y cogí mi móvil para entretenerme un poco. Tenía una llamada de mi madre. Me resultó raro. Era yo el que siempre la llamaba a ella. Marqué su número y esperé a que contestara.

-¿Si?- Dijo ella al otro lado.

-Mamá- Dije yo- ¿Ha pasado algo?

-Oh, Harry, no, no ha pasado nada- Dijo ella.

-¿Para qué has llamado?-Pregunté.

-Quería invitarte a comer mañana en casa- Dijo ella- ¿Te apetece venir?

-Mamá… sabes que me encanta comer contigo pero no es buen momento- Dije yo- No me encuentro en casa en este momento y no estoy solo…

-¿Una chica? Ella también puede venir- Dijo ella- Venga Harry por favor…

-Le preguntaré- Dije yo, como decirle que no a esta mujer…- Te llamo con la respuesta ¿vale?

-Vale- Dijo ella dando un gritito.

-Hasta luego mamá- Dije despidiéndome y colgando el teléfono.

Al colgar sentí la puerta de la entrada. Angie estaba aquí. Se oían sus pasos por el pasillo. Me tumbé de nuevo en la cama. La puerta de mi habitación se abrió. La mujer que había robado mi corazón años atrás me miraba con sus enormes ojos verdes.

-¿Te apetece chocolate?- Preguntó nerviosa, no puede evitar fijarme en las largas piernas que dejaban al descubierto el diminuto pantalón de pijama que llevaba.

-Claro, ven- Dije haciendo un hueco para que se tumbara a mi lado.

Se acercó y se acomodó a mi lado. Partió un cacho para ella y me dio la tableta. Cogí un cacho. Estaba rico. Cuando acabé mis dedos estaban llenos de chocolate derretido. El demorarse tanto era malo. Arrimé el dedo índice a su nariz dejándola manchada. Se quejó. La abracé y besé su nariz quitándole el chocolate. Ella me besó. L apreté más contra mí. Me encantaba sentirla tan cerca. Su olor, su sabor, la manera en la que colocaba sus diminutas manos en mi cara, mi cuello… Me enamoraba cada día más. Le pedí que se quedara a dormir conmigo y asintió con la cabeza. Nos acurrucamos en la cama y recordé la comida con mi madre.

-An…- Empecé nervioso, tenía miedo de que no quisiera venir- ¿Te apetece venir a comer con mi madre mañana?

-¿Qui-Quieres que vaya?- Tartamudeó un poco.

-Claro, si tú quieres…- Esto se estaba volviendo muy incómodo.

-Sí, sí, claro que quiero- Dijo.

Besé su cabeza. No tardó nada en quedarse dormida.

Un pasado para recordarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora