Capitulo 52.

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Narra Angie.

Cerré la puerta y volví a la ducha dejando la carta en la mesa de la cocina. Me quedé pensando en ese chico. Parecía agradable y era muy guapo a decir verdad. Cuando le miré a los ojos esta mañana tuve la sensación de conocerle. Ahora después de hablar con él me quedé como estaba, sentía que conocía esos ojos, pero si él no me había dicho nada será que no lo conozco. Salí de la ducha y me puse un pantalón corto rosa y una camiseta gris. Sequé el pelo y fui al salón para leer la carta. Acabé leyéndola tres veces. ¿Por qué nadie me había dicho eso antes? Me apetecía gritar. Quería ir corriendo hacía mi padre y decirle todo lo que pensaba de él. La suerte que tenía es que llevaba casi cinco años sin hablar con él. Desde el día que decidí irme de casa e independizarme. Llamarme rara pero pensé que los padres se alegraban cuando un hijo tomaba las riendas de su vida, no simplemente la echaban de casa y echaban pestes de ella. Bueno realmente me da un poco igual todo. Madre seguía sin tenerla o sea que… solamente me había ayudado a darme cuenta de cómo es la gente en realidad.

Me quedé un rato en el sofá. Sin hacer nada. Simplemente pensando. ¿Cómo sería antes del accidente? Quizás fuera distinta. Aunque no lo creo. Me gustaría poder acordarme de algo. Ya no pido de todo, pero algo… para saber que errores no cometer o algo así. A las ocho me levanté y cogí un bollo de chocolate del armario. No podía vivir sin esos bollos. El día que la señora Wilson cerrara su pastelería me moriría. ¿Cómo se llamaría el chico de antes? El rizoso de ojos bonitos. Decidí ir a preguntarle. Salí de mi casa y al llegar a su puerta piqué. Se oía hablar dentro. ¿Estaría con su novia? Al verme abrió los ojos, no se esperaba mi visita.

-Hola- Dije amablemente.

-Hola- Dijo dudoso- ¿Ocurre algo?

-Oh no, por supuesto que no- Dije soltando una risita- Simplemente antes no nos hemos presentado bien, soy Angie Smith, encantada- Estiré mi mano.

-Harry Styles- Dijo estirando su mano y apretando la mía.- Un placer.

-Bueno…- Dije, no sabía cómo continuar esta conversación, era algo… incomodo.

-¿Quieres pasar?- Preguntó y yo me sorprendí, no pensé que me diría eso- Ya sabes… para charlar y eso…

-Oh claro- Dije.

Caminé hasta mi puerta, entré en casa a por otro bollo de chocolate y salí en su encuentro. Me sonrió y entramos a su casa. Nos dirigimos al salón y un chico moreno de ojos azules se encontraba sentado en el sofá. ¿Quién era?

-Louis…- Dijo el oji-verde, quiero decir… Harry- Tenemos visita, esta es Angie… la vecina de enfrente.

-Oh…- Dijo y abrió fuertemente los ojos en mi dirección, el estado de ánimo del chico cambió totalmente, parecía… ¿Triste? No lo entendía- Encantado Angie… Me tengo que ir, nos vemos Hazza.

-A-adiós- Dije y el chico abandonó el piso ¿Qué mosca le había picado?

Harry me ofreció sentarme y acepté con mucho gusto. Al principio, he de decir, que estaba un poco incomoda, ¿Qué hacía en la casa de un chico al que  acababa de conocer? A medida que pasó el tiempo me fui sintiendo más a gusto con él, era un gran chico. Estuvimos hablando un rato.

-¿Quieres una cerveza?- Preguntó levantándose a por una para él.

-Yo no bebo- Dije yo.

-¿Nunca?- Preguntó él extrañado.

-Desde hace un tiempo no- Respondí.

-Como quieras- Dijo sentándose de nuevo en el sofá- Cuéntame algo de ti.

-¿De mí?- Pregunté, me resultaba rara esa pregunta.

-Sí, no sé, para conocernos- Dijo él simple.

-Bueno como ya sabes me llamo Angie- Empecé diciendo- Aunque mis amigos me llaman An o A, bueno eso me ha dicho mi hermano, tengo veintidós años, vivo sola, estudio cine y me encanta la música. También paso algo de tiempo con mi novio y no puedo aguantar un día sin comer bollos de chocolate de la señora Wilson.

-Interesante- Dijo él sonriendo, tenía una sonrisa muy bonita.

-¿Qué hay de ti?- Dije yo, ahora quería saber.

-Pues mis amigos me llaman Hazza a veces, tengo veinticuatro, vivo solo, no estudio ni trabajo ahora mismo, me va bien la vida, también me encanta la música, no tengo novia pero tampoco me la merezco y no hay mucho más que contar…- Dijo él.

-Tengo dos preguntas- Dije yo- Primera ¿Por qué dices que no te mereces una novia? Y segunda ¿Has leído mi carta verdad?- Llevaba queriendo preguntarle eso toda la noche.

-Le hice daño mucho daño a una chica en el pasado, a una que realmente amaba- Dijo un poco cabizbajo- Y sí, leí tu carta.

-¿La amabas de verdad?- Pregunté.

-Sí, nunca había sentido nada igual por alguien- Respondió él.

-¿Y no te perdonó?- Pregunté, pobre chico.

-Nunca tuve la oportunidad de decirle lo mucho que lo sentía, el día que me dejo tampoco me dejo explicarme, aunque no tenía mucha explicación- Dijo él.

-Joder… lo siento- Dije, me sentía mal por él.

-Ahora me toca preguntar a mí- Dijo él- ¿Estás amnésica?

-Sí- Dije yo.

-¿Por qué?- Preguntó.

-No lo sé- Respondí- Con dieciocho años cogí el coche de mi padre y en un accidente salí por la luna del cristal, nada importante ya que no me hice nada, simplemente lo olvidé todo, es horrible en serio, ni siquiera recuerdo a mis amigos ni a otra familia que no sea mi padre, mi hermano y mi prima Paula, tampoco me han dado la oportunidad de relacionarme con nadie del pasado, no entiendo por qué.

-Me imagino- Dijo él y miré el reloj, la una y media de la mañana.

-Me tengo que ir- Dije levantándome- Me gusta hablar contigo, eres agradable.

-Tú también- Dijo él- si necesitas algo ya sabes dónde estoy.

-Lo mismo digo- Dije- Buenos noches Harry.

-Buenas noches…- Se calló y pensó antes de acabar la frase- Angie…

Un pasado para recordarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora