Encontrar su lugar

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Regina cuestionó con la mirada y la joven rubia le sonrió tiernamente.

«Buenos días, Regina, Henry y yo hemos pensado que un desayuno en la cama te haría bien»

«No, no es verdad, ha sido idea de Emma, ella la tuvo sola, yo solo la he ayudado»

«Bueno, y entonces, ¿por qué rechazas compartir el triunfo?»

«Porque nadie es nunca amable con mamá, así que cuando sucede quiero que ella lo sepa»

Regina miró a Emma y sonrió de oreja a oreja

«Gracias Emma, no era necesario»

«Lo he hecho con mucho gusto Regina»

Así que desayunaron los tres y la alcaldesa se dio cuenta con placer que su hijo comenzaba a dirigirse a Emma y a mirarla sin desconfianza.

«Se está abriendo a ti, está muy bien. Eres la primera persona con la que comienza a comunicarse fuera de mí, y como mucho de la señorita Blanchard» dijo Regina mientras veía como su hijo corría a vestirse.

«Es porque nadie puede resistirse al encanto de Emma»

Regina sonrió amablemente

«¿Qué te parece si me acompañas hoy al trabajo y buscamos algo en qué ocupar tus días?»

«Con mucho gusto. Y ya verás que mi presencia en tu trabajo te hará tus jornadas mucho más agradables si lo comparamos con las caras avinagradas que vi la última vez que fui»

Regina rio y se percató de que un mechón de cabello cubría el rostro de la rubia. Sin comprender exactamente el porqué, se encontró de repente con su mano sobre el rostro de la rubia, apartando dulcemente el mechón y poniéndolo detrás de la oreja. Emma perdió su sonrisa clavando su mirada en la de la morena. Se disponía a hablar cuando Regina se alejó de ella.

«Hum, tu...tu mechón estaba sobre tus...sobre tus ojos»

«Gracias» dijo Emma al ver la turbación de la morena.

Se miraron durante unos instantes, incapaces de moverse o de hablar hasta que Henry las hizo sobresaltarse al entrar.

«¿Qué hacéis?» dijo el niño frunciendo el ceño.

«Nada, cariño» dijo Regina agachándose frente a él «Te esperaba para llevarte al cole, ¿estás listo?»

«Sí»

Él vio a Emma marcharse para buscar sus cosas y lanzó una mirada inquisitiva a su madre

«¿Viene con nosotros?»

«Sí, Henry, va a ir a trabajar conmigo»

«¿Se va a quedar contigo todo el día?»

«Eso es» confirmó Regina mientras veía cómo su hijo fruncía un poco más el ceño «¿Algo va mal?»

«¿Por qué ella tiene el derecho que quedarse contigo y yo no?»

«Porque tú tienes que ir al cole y porque es bueno que pases tiempo con tus compañeros. Y además, tú me tienes las noches, los fines de semanas y las vacaciones»

«Sí, pero Emma también está por las noches y también estará en las vacaciones»

«Henry, Emma solo estará con nosotros un mes. Y además no tienes que estar celoso, tú eres la persona más importante en mi vida y eso nunca cambiará. Emma es una amiga y está aquí para ayudarme. No la veas como una amenaza, mira esta mañana, ella ha sido muy amable»

Un contrato y sus consecuenciasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora