El proceso fue largo y tedioso. Tuvieron que rellenar muchos papeles, encontrarse con muchas personas y justificarse sobre muchas cosas. Al mismo día siguiente, Regina comenzó a preparar el expediente. Fotocopió sus carnés de identidad para demostrar que tenían más de 21 años, su certificado de matrimonio para probar que estaban casadas desde hacía más de dos años. Pidió cartas de referencias a Ruby, al Señor Gold e incluso fue, por todo el morro, a pedir una al gobernador con el que mantenía buena relación profesional. Sabía que esas cartas eran importantes para el expediente, y que las personas no debían ser todas próximas a ellas para que la candidatura fuera aceptada. Es por eso que una mañana apareció en el despacho del gobernador y se lo pidió sin muchos miramientos.
En un primer momento, el hombre se quedó sorprendido, después escuchó sus palabras, su situación familiar, sus ganas de ofrecerle a su mujer, salida del sistema, la posibilidad de adoptar. Rápidamente se dejó convencer por su seguridad y su determinación, y tres días más tarde, recibió su carta manuscrita.
Emma, por su parte, se lo había pedido a Mary, a David y a John, el padre de Rita. Rita y sus padres se implicaron en todo el proceso, Martha y John, sus padres adoptivos, compartieron su propia experiencia para abrirles más puertas a la posibilidad de adoptar.
Regina había hecho comprobar toda la instalación eléctrica, para confirmar que su casa era perfectamente segura. Hizo lo mismo con un fontanero e hizo verificar el estado del techo.
«¿No crees que te has pasado un poco?» preguntó Henry al ver a un trabajador subir por una escalera.
«Nunca es suficiente en temas de seguridad, ratoncito»
«Ya he pasado la edad de que me llames ratoncito, mamá»
«Puedes decir lo que quieras, serás siempre mi ratoncito»
«Ok...¿Cuándo es la cita con la señora del servicio de adopción?»
«Tenemos la cita con la asistente social mañana a las diez»
«Me enfada el tener clase, me gustaría ir»
«No hay problema, si al mediodía hemos acabado, vamos a buscarte para comer y te contaremos»
«Gracias mamá»
Cuando llegó el momento de irse a acostar esa noche, Regina encontró a su compañera muy callada en la cama cuando se echó a su lado. Estaba echada, girada hacia la ventana y le daba la espalda.
«Mi amor, ¿todo bien?»
«Hm, sí, sí. Buenas noches» respondió ella vagamente.
Regina se pegó a su espalda, acariciando sus formas y deslizó una mano por su vientre. Hundió su nariz en su cuello y besó delicadamente su piel.
«Emma, háblame»
Su mujer se tensó antes de entrelazar sus dedos a los de su mujer.
«Tengo miedo» murmuró
«¿De qué?»
«Mañana, la cita. Estoy segura de que mi antiguo trabajo lo va a echar todo a perder»
Regina inspiró profundamente. Hacía ya tres años que no habían vuelto a hablar de los años de prostitución de la rubia. Desde que le habían explicado todo a Henry cuando tuvo edad de comprender. Él solo tenía diez años cuando un hombre había abordado a Emma una noche cuando habían salido todos en familia al cine. Él lo había escuchado gritar que "una puta siempre será una puta" cuando ella lo había rechazado. Él se acordaba perfectamente de ese momento porque muy pocas veces había visto a su mami tan triste y a su mamá tan enfadada. No se había atrevido a decir nada ese día, pero al escuchar a los grandes llamarlo "hijo de puta" en el colegio, había preguntado qué era eso. Entonces se acordó de una antigua conversación que había tenido con Emma cuando había llegado a su vida, se acordaba de que ella le había dicho que tenía que hacer compañía a hombres y que su madre no era feliz con eso.
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Un contrato y sus consecuencias
Фанфик[Traducción] Es la traducción del fic francés Un contrat, des consequences escrito por EvilQueen3381. Regina no sabe que un simple contrato cambiará su vida para siempre, y Emma no sabe que ese contrato le traerá aquello con lo que siempre ha soñad...