Historias antiguas

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«Espera, aquí hay algo que no va» gritó Emma levantándose precipitadamente.

«¿Qué?» preguntó la alcaldesa, perdida al ser despertada de esa manera en mitad de la noche «Emma, vuelve a acostarte» añadió al ver a su compañera lejos de ella y mirándola con angustia.

«¿Cuándo compraste la cama?»

«¿Qué?»

«La cama, ¿desde cuándo está aquí?»

«Desde...no sé desde cuándo. Varios años»

«Vamos a dormir a la habitación de invitados»

«Emma, ¿qué te pasa? Me gustaría comprender»

«Lo que dijiste ayer»

«¿Qué dije ayer?»

«Dijiste que cuando Leopold no estaba satisfecho con la cena, te lo hacía pagar en el dormitorio...»

Regina suspiró al comprender la turbación de su compañera.

«Emma, es...»

«¿Era en esta habitación? ¿Era en esta cama?»

«Emma no es...»

«¿Lo era?» gritó ella.

Regina se sobresaltó, no estando acostumbrada a que su compañera le gritara. Al verlo, Emma respiró profundamente y tendió la mano hacia ella. Cuando la morena deslizó su mano en la suya, la sacó de la cama.

«Respóndeme por favor»

«Sí»

«Vamos a dormir en la habitación de invitados y mañana compraremos otra cama»

«Emma, yo estoy bien»

«Puede, pero yo no. No estoy bien con esto, y no estoy bien con el hecho de que tú lo estés»

«Ok» dijo Regina acariciándole la mejilla «Mañana compraremos otra»

«Ok» dijo Emma calmándose «Sí, así es mejor»

«Emma...»

«¿Qué?»

«¿Podemos volveré a acostarnos?»

«Oh...eh, sí, por supuesto. Perdón Gina»

Se acostaron la una contra la otra en la habitación de invitados, y Regina rodeó con sus brazos el cuerpo de Emma. Tomo un pecho con cada mano y suspiró de satisfacción besando su espalda.

«¿Qué estás haciendo?»

«Me doy un gusto» dijo ella amasándolos suavemente.

Emma gruñó de placer y empujó sus nalgas contra su compañera.

«Perdóname por haberte despertado en mitad de la noche»

«No pasa nada, corazón. Mientras pueda jugar con ellos, estás perdonada»

«Me gusta cuando estás lanzada» suspiró Emma sintiéndola jugar con sus pezones.

«A mí me gusta que tú me lo hayas permitido al entrar en mi vida»

«¿Sabes lo que he leído en esos libros de gestación que me has comprado?»

«No, ¿qué?»

«En el quinto o sexto mes de embarazo, la mujer se siente bien y cómoda, es un momento ideal para explorar su sexualidad» dijo como si nada.

«Oh...» dijo la alcaldesa deslizando su mano por su vientre «Explorar su sexualidad, dices»

«Hmm, hmmm, sí»

Un contrato y sus consecuenciasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora