Capítulo 3

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Alex

Fuí abriendo los ojos lentamente acostumbrándome a los rayos de sol que pegaban en mi rostro. Me levanté rápidamente y cerré las cortinas. Fui hacia el baño y lave mi rostro con agua fría. Cepillé mis dientes y escogí un traje negro con unos zapatos del mismo color, perfectamente lustrados.

Al terminar, bajé encontrándome con Jess, quien se encontraba desayunando mientras veía su serie favorita "Pretty Little Liars".

— Buenos dí...—no me dejó terminar ya que fuí interrumpido.

— Shhh—puso su dedo entre medio de sus labios al estiro Aria, y luego añadió—Estoy en una escena Ezria, cállate—.

Yo simplemente rodeé los ojos y me dispuse a preparar mi desyuno.

Emily

Me levanté más temprano de lo habitual por que anoche no me pude dormir gracias a mis nervios.

Me dijeron que Alex era una persona muy exigente cuando se trataba de trabajo, y como es amigo de mi padre tengo que darle una buena impresión.

Me cambié, me puse una pollera tubo negra, una camisa blanca, y unos zapatos negros.

Me maquille con labial y un poco de rimel. Nunca me gustó maquillarme pero debido a que tenía unas terribles ojeras, no tenia opción.

Después de eso llame a Lily, mi mejor amiga, hermana y confidente. Nos conocemos desde pequeñas, y se podría decir que es como mi mano derecha.

— ¿Lily?—pregunté cuando contestó.—¿Estabas durmiendo?—

—No...bueno sí...—dijo con la voz adormilada—¿Qué necesitas?—reí.

— Te quería invitar a tomar un café en Sturbucks, quieres?—.

— Obvio, te conozco tanto y se que te mueres de nervios por la entrevista—Y sí, estaba en lo cierto.

— Si, bastante, nos vemos en media hora—

— De acuerdo, Byee—dijo a la vez que colgaba.

Todavía me quedaban 20 minutos para salir así que me puse a ver que es lo que tenía que hacer hoy.

Al terminar agarre mi bolso en donde puse mis llaves, dinero y mi celular.

Salí de casa y fuí hacia el lugar acordado.

— ¡Emily!—escuché la voz de Lily.

— Oh, ¡Lily!—la abrazé—Estoy nerviosa... Y... Si me sale algo mal? O no hago bien mi trabajo? O...—me interrumpió.

— Amiga, saldra todo bien. No te preocupes, harás excelente tu trabajo y el tal Alex quedará totalmente impresionado—me guiñó un ojo.

— Eso espero—sonreí.

Y así transcurrió nuestro desyuno entre comentarios y risas. Hasta que llego el momento de irme.

— Emmi, cálmate ¿si? Todo saldrá estupendo—dijo a la vez que me daba un abrazo. Asentí.

Me despedí de mi amiga y fuí a la empresa.

Al llegar me sorprendí al encontrar un enorme edificio vidriado. Cuando entré, ví a una chica rubia de ojos verdes, que al parecer era la recepcionista.

— Buenos dias—saludé.

— Buenos dias, ¿Qué se le ofrece?—preguntó amablemente.

— ¿La oficina del Sr. Black?—pregunté.

— Último piso, puerta al final del pasillo a la derecha—.

— Gracias—sonreí.

Tome el elevador y me dirigí a la oficina del Señor Black. Llegaba justo a tiempo

Toque la puerta con el nudillo de mi dedo dos veces.

— Pase—escuche una voz gruesa y varonil, provocando que mis nervios aumentaran.

— Buenos dias Sr. Black soy Emily Evans—dije mientras pasaba y cerraba la puerta.

— Buenos dias Srta. Evans—dijo levantando la mirada de su ordenador. Ví sus ojos azules, tenía una mirada profunda. Intimidaba bastante a decir verdad.

Alex

Estaba viendo algo en mi ordenador cuando escuché que tocaron la puerta.

— Pase—dije.

— Buenos dias Sr. Black soy Emily Evans—al escuchar su nombre levante la vista de mi portatil y me quede viendola. Era hermosa, su pelo castaño con unas cuantas hondas, sus ojos azules y esa hermosa sonrisa.

Nos miramos por unos segundos que fueron eternos, hasta que las palabras finalmente salieron de mis labios.

— Buenos dias Señorita Evans, tome asiento por favor—dije señalando el que estaba en frente mio—Bueno como sabrá usted va a ser mi secretaria durante un periodo determinado ¿no es así?

— Así es Señor Black—dijo con su voz nerviosa. Se veía tan linda sentada ahí.

— Está bien, ese va a ser su despacho—dije mostrándole una oficina que se encontraba al frente de la mia.

— De acuerdo Sr. Black, ¿Algo más?

—No eso es todo Srta. Evans— Cuando necesite algo la voy a llamar.

— Bueno, con permiso—dijo a la vez que se levantaba y se dirigía a su despacho.

Me quedé mirando la puerta por la que ella había salido durante unos minutos. Durante el día no pude hacer nada más que pensar en esa bella mujer que había conocido esta mañana y que sería mi nueva secretaria.

¿Aceptas? ||Corrigiendo||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora