Capítulo 5: Hoy no es tu día

150 9 0
                                    



7:00am suena el despertador.

7:15am suena el despertador.

7:30am vuelve a sonar...

7:50am.

Mis ojos no encuentran la forma de despegarse. Me siento cansada, pesada, mi cabeza duele al punto de explotar.

Miro el reloj –oh Dios me quedé dormida- me levante de un tirón desorientada. Sam no estaba a mi lado había una nota en la almohada.

"Me fui temprano al aeropuerto a despedir a mis padres nos vemos en la oficina. Sammy"

Salí corriendo al baño si alguien me veía pensaba que era un malabarista. No daba abasto cepillándome los dientes con una mano tratando de desenredar mi pelo con la otra y sentada en el inodoro. Ni hablar del desayuno eso quedaba para después de la reunión.

Como siempre que estás apurada te volvés más torpe que lo normal y cada cosa que agarras a tu paso se convierten en un torbellino desparramando todo a su paso por el piso. Agarré cartera, maquillajes y mis zapatos y salí a esperar el ascensor solo tenía 5 minutos para llegar y aunque el camino es corto porque solo son 5 cuadras iba a tener que hacer magia para llegar a la reunión importante.

Como pude me maquillé en el ascensor y dude en ponerme los zapatos o no, estaba segura que tendría que correr. Dato importante me inspeccioné frente al espejo del ascensor si llevaba toda la ropa puesta. Suspiré cansada ya quería que terminara el día.

Salí a punto de empezar una maratón y por poco no me choqué con un auto que salía del garaje del edificio.

Golpeé su ventanilla –idiota casi me atropellas-se baja la ventanilla y me encuentro a Theo muy relajado, parecía que estaba de vacaciones relajado en la playa y yo estaba fatal a punto de colapsar.

-No rayes mi auto vecina o vas a tener que pagar- me miró señalándome con su dedo índice. Cada gesto que hacia lo hacía parecer más masculino, más apetitoso. Era temprano pero el instinto no se va ni borracha.

-No juegues conmigo que estoy apurada vecino- enfatice la última palabra. Ya le había dicho mi nombre cuando nos conocimos no tenia porque apodarme vecina aunque lo fuera. 

-Subí que te llevo, parece que te vas a desmayar en cualquier momento y no quiero tener que ir a emergencias por tu culpa- dude menos de dos segundos sabía que podía llegar justo a tiempo.

-Si me vas a llevar por favor acelera que llego tarde-  apretó el acelerador y salimos a fondo. Me carcomían los nervios ya estaba avisada de no llegar tarde, esta reunión era decisiva para firmar un contrato multimillonario y yo era la encargada de explicarles el funcionamiento y la fusión entre empresas.

-Gracias- grite mientras bajaba y corría al edificio tratando esquivar a cuanta persona o cosa se ponía en mi camino.

-Que te pasó Mandy- me pregunta Sam muy relajada en su escritorio. Tomando un café muy humeante.

-Llego tarde para la presentación- dije buscando en mi escritorio lo necesario para salir a la sala de juntas.

-Leíste la nota que te deje en la cama- me pregunta rápidamente.

-Si si que te ibas al aeropuerto temprano-.

-No leíste la parte de atrás que decía que se suspendía la reunión para mañana el Señor Phillips no pudo tomar su vuelo por el temporal en Denver- levanté la cabeza con los ojos bien abiertos.

Caí al suelo de rodillas –decime que es una broma de mal gusto, como vas a escribir del otro lado del papel no te das cuenta que me quedé dormida y no lo vi- estaba enojada conmigo misma y con Sam por escribir al dorso de la hoja.

Un balcón entre tú y yo © TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora