Capítulo 32: Vacaciones

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Vuelvo a casa, mojada, tiritando, aunque es verano la lluvia me congela el cuerpo, hasta los huesos. Desistí de los zapatos por primera vez y ahora los traigo colgando en una de mis manos. Se siente más o menos bien el pavimento bajo mis pies.

Son las dos de la mañana ¿Quién dijo que la ciudad era peligrosa a estas horas? Sigo viva, ¿o no?

Entro al edificio tratando de no mojar todo a mi paso, el conserje me ofrece una toalla, pero rápidamente declino la oferta, no quiero perder más tiempo me quiero ir dar un baño relajante.

Los dedos se me arrugan de estar tanto tiempo en la bañera, todavía siento los huesos congelados, necesito un té y una frazada.

En unos días mis padres se van de viaje, voy a aprovechar a tomarme unos días para relajarme, salir de todo este caos, no solo son Theo y Victoria los que me molesta su presencia, los mensajes de texto del acosador virtual me causan escalofríos, quizás si desaparezco por unos días se deja de molestar...solo quizás.

Ya acostada prendo el celular, muchos mensajes y llamadas de Sam, algunos de Sofi y Lau y dos de Fernando, solo esas personas se preocupan por mí. El ultimo que veo es el del número desconocido que no deja de fastidiarme.

"Ese vestido es un crimen"

Mi cuerpo tiempo sin control, me tapo con las sabanas, tratando de protegerme del resto del planeta y del psicópata que no deja de mandarme mensajes refiriéndose a lo que llevo puesto o hago. Ya no es paranoia, esto es acoso. Definitivamente necesito irme.

Decido dormir, me tomo un relajante muscular y me estiro en la cama, mañana hago las valijas y me voy a descansar.

Con el mail de confirmación para mis vacaciones ya en mis manos, pero que se haga la hora para salir corriendo.

-¡Que sueño! – es temprano y parece que Sam tuvo un fin de semana movido, está demacrada -necesito que agreguen un día más al fin de semana- la miro y achino los ojos.

-Mañana me tomo vacaciones- digo bajito -no digas nada porque no quiero que nadie se entere.

- ¿A dónde te vas? -toma de su café.

-A la casa de mis papas, necesito relajarme un poco, además ellos se van de viaje, voy a estar sola- Sam no pregunta más y solo asiente.

Al otro día de salir huyendo de la fiesta, Sam me llamó para ver cómo me sentía. Le conté absolutamente todo. Lloré mientras hablaba por teléfono, me descargué y escuché cada una de sus palabras, hasta le conté de los mensajes anónimos. Me dijo que me iba a ayudar a averiguar quién era, y me aseguró que todo iba a estar bien.

Me sentí tranquila y contenida. Por tanto, tiempo guardé lo que sentía que me saqué una mochila muy grande de encima.

-Pásame el número del acosador. Que voy a averiguar quién es- Sam es de las amigas averigua todo, esas que parecen detectives tras una computadora o celular. No sé porque no se lo conté antes.

Le paso mi teléfono y empieza a leer los mensajes, me mira y vuelve a mirar el teléfono.

-Estas de broma- casi grita, le tapó la boca con mi mano.

-Callate que no quiero que nadie se entere- me mira mal.

- ¿Sos consiente de la gravedad de los mensajes?, acá describe lo que usas, o a dónde vas- la miro apenada.

-La policía no me puede ayudar, ya te lo dije, nunca me hizo nada físico, no le conozco la cara- sabe que es verdad.

-Tenés razón, pero son muy graves, yo estaría aterrada- sus palabras me asustan.

-No puedo suspender mi vida por unos mensajes de texto- no la miro sabe que tengo que tener cuidado -espero que me deje de molestar cuando me vaya.

-Yo espero lo mismo- me mira aturdida.

Le mando un mensaje a mamá para que me mande su chofer, no quiero salir en un taxi con las valijas, prefiero que me espere en el garaje del edificio, así cuando salgo con el polarizado del auto no me vea nadie.

Ya es martes temprano en la mañana y estoy casi lista para irme, levanto mis valijas y bajo al garaje.

Se siente bien el paisaje más verde, con menos edificios y más casas. Ya estamos cerca se me el camino de memoria a mi antiguo barrio, estoy ansiosa por llegar a mi antigua habitación, ya hace 6 años que no vivo acá, desde la universidad que no estoy más de dos días seguidos.

Hace rato que estoy sentada en una de las reposeras frente a la pileta, necesito broncearme un poco, estoy muy pálida para ser verano. Decido meterme al agua, mi cuerpo lo agradece cuando siento el agua fría mojando mi piel super caliente. Me paso la tarde en la pileta, merendando algo y leyendo el libro que traje, hace mucho lo compré y no tuve tiempo ni ganas de leerlo.

Cuando llega la noche cocino algo sencillo y como si fuera una adolescente rebelde ceno en el sillón mirando tele, sin padres que me reten por ensuciar nada. Esta todo tan cayado y la casa es tan grande que es la primera vez en el día que me siento sola. Pongo la alarma y subo las escaleras.

Subo a mi habitación, miro todo y está igual que hace 6 años. Posters de cantantes, portarretratos con fotos de amigas y compañeros del último año de secundaria, las paredes rosa bebé, al igual que la cama y los adornos, parece que estaba obsesionada con ese color. Abrazo uno de los peluches que están a mano, es un conejo blanco, y me aproximo al balcón que da al patio trasero. La brisa de verano me hace temblar, a lo lejos las luces de las casas cercanas iluminan la vista nocturna. Se siente como un pequeño paraíso, tranquilo y cayado.

Me acuesto y me siento cansada, el sol hizo estragos en mí. Estoy super cansada, no obstante, enchufo el celular a cargar y chequeo si hay algún mensaje. Mi corazón late acelerado, tengo miedo de lo que puedo llegar a encontrar, por suerte el único mensaje que tengo es de Samantha, me pregunta como estoy y sigue buscando quien puede ser mi acosador. Por suerte no hay mensajes anónimos, eso me deja más tranquila, por lo visto no sabe dónde me fui.

Una alarma me despierta por lo fuerte que suena. Es en esta casa, me despierto alarmada, no sabiendo que hacer. Se que la policía va a llegar pronto, tengo miedo de levantarme y encontrarme con algún ladrón, o a mi acosador. Bajo lentamente con un adorno grande en mi mano para defenderme, pero no encuentro nada. Prendo todas las luces, cuando está llegando la policía.

-Buenas noches señorita- dice el oficial -vimos que se disparó la alarma.

-Si, no encontré nada- digo algo asustada.

-Podemos pasar a chequear si quiere- asiento rápidamente y dos oficiales entran.

Revisan todo y no encuentran nada, prueban la alarma y funciona correctamente.

-Es raro que falle, pero puede pasar- dice uno.

-Si por lo visto no hay nada raro.

-Le dejo mi tarjeta por las dudas que vea algo raro y no suene la alarmar.

-Gracias oficial- cierro con llave y corro a mi habitación.

Esa noche duermo en partes, me despierto con miedo, hasta que veo el amanecer y mis ojos se cierran automáticamente del cansancio.

Dos días pasan, me siento bien. Mas relajada, mi cerebro se desconecta de todo y la paso bien sola.

Mientras leo mi libro un mensaje llega y distraída lo leo.

Mandy ya sé quién es el acosador...
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Hola hola! Hoy si que fue en miércoles agitado, recién puedo corregir el cap mientras mi novio me mira raro cuando tecleo 🙄
Espero que lo disfruten...

Besos
Lore❤️

Un balcón entre tú y yo © TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora