Capítulo 14: ¿Te puedo contar algo?

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-Si no lo compras vos, te lo compro yo- seguía dudando a pesar de los elogios de Sam.

El vestido que colgaba de mi cuerpo era caro y cuando digo caro, es caro. Pero era impresionante, color rosa pastel largo hasta el piso, con detalles de incrustaciones en la parte del busto, breteles muy finos y una falda con mucha caída desde la cintura hasta los pies.

Me miré en el espejo muchas veces indecisa, buscándole algún detalle feo para no comprarlo pero no lo encontraba. Sam ya había encontrado su vestido para el casamiento de Fran y estaba de muy mal humor, más bien famélica. Ya eran las 2 de la tarde y yo no me decidía a comprar nada. El centro de compras era enorme y entramos literalmente a todos los negocios con vestidos de fiesta, este era uno de los últimos dos que nos quedaban.

Sam ya había comprado su vestido dos horas antes, ella no tenia problema en mostrar sus curvas o hacerlas resaltar, por eso eligió un vestido rojo de encaje ajustado a sus curvas, que le llegaba a mitad de la pantorrilla. Mat iba a estar muy contento.

-Por favor Mandy, es el que más te gusta, el que mejor te queda porque tenés un lomazo que no se puede negar ¿Qué mas querés?- estaba sentada de brazos cruzados con varias bolsas a su alrededor –se a quien le va a encantar vértelo puesto- dejo el mal humor y se puso chistosa.

-No está invitado y no me importa- entré al probador malhumorada, fui sacándome el vestido lentamente.

-No está invitado porque vos no quisiste- estaba del otro lado de la cortina.

-No lo puedo invitar porque si, no somos nada Sam, y no conoce a Fran o a Nico- ya estaba casi vestida.

-Seguro que si vos se lo pedias no terminabas de formular la pregunta que te decía que si- pasé de largo y lleve el vestido para pagarlo.

Me quedé callada pagando el vestido, ya estaba cansada.

-Vamos a comer por favor- el patio de comidas quedaba en la otra punta, pero no nos quedaba otra ya que teníamos mucho hambre.

Venía muy distraída todavía pensando en el vestido o la invitación de Theo, pero nunca me imaginé ver lo que creí que mis ojos  veían.

En un sector había una cafetería muy amplia con muchas mesas en el centro del centro comercial, en una de las mesas estaba Theo con una mujer rubia de más o menos nuestra edad suponía yo, charlando muy amenamente, se miraban y sonreían, ella le hablaba de algo que tenía en unos papeles y el hizo lo inesperado.

La abrazó.

Ella se dejo abrazar y ambos sonrieron. No quise mirar más, era obvio que la ilusa era yo que me convencí que cuando pasara lo de su hermana iba a ser diferente e iba a tener tiempo para dedicarse para el -como él decía "tiempo para el amor"- pero la única cegada era yo. Sentí los ojos irritados pero rápidamente caminé para alejarme de ese lugar, estoy muy segura que no me vieron y tampoco quería que sucediera.

Sam se dio cuenta de la situación y no dijo nada, pero yo quería decir muchas cosas y me iba a escuchar quisiera o no.

-Ahora si me vas a decir que se arrastra por mí, que me mira con cara de enamorado, que hace todo lo posible por estar cerca. Sam no quiero que digas una palabra más, no quiero confundirme mas ¿está claro?- Sam asintió lentamente, caminé sola con Sam pisándome los talones.

El ambiente estaba tenso ya no tenía ganas de comer Sam hablaba de cualquier cosa para distraerme, pero yo estaba en otro lugar, perdida, ausente, llena de dudas, jurándome a mi misma que no iba a dejar entrar a nadie más en mi corazón como ya lo había hecho antes.

Un balcón entre tú y yo © TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora