Suena el celular en la mesita de luz, lo sentía lejos como si de un sueño se tratara. No podía mover los músculos. Estaba soñando cosas tan lindas que no quería despertar.-Ya va- dije bajito, estoy seguro que del otro lado del teléfono no me iban a escuchar.
Saqué mi mano afuera de la frazada y tantee el celular -¿Hola?- tuve que aclarar mi voz parecía un hombre con años fumando.
-Mandy ¿todavía no te levantaste?- Theo, siempre Theo sacándome de mis mejores sueños.
-Todavía no sonó mi alarma- miré el despertador faltaban 5 minutos para que suene –te odio, faltan 5 minutos para que suene, que son esenciales para mi sueño rejuvenecedor- cerré los ojos acostumbrándome a la claridad.
Su risa se escucha en vivo y por el otro lado del celular –estoy afuera en tu balcón, abrime dormilona- se escucha tocar a la ventana del balcón.
Como olvidarme que anoche además de comer juntos en su casa nos mensajeamos hasta las 2 de la madrugada y quedamos en desayunar juntos. Yo hubiese cancelado los planes con el sueño atrasado que tengo pero Theo está de buen humor y quiere desayunar en mi casa.
Un día voy a morir de un ataque de dulzura.
Me levanto torpemente, mi pelo no colabora con las mañanas y parece que no lo va a hacer durante todo el día.
Abro rápidamente la ventana y lo dejo pasar con las bolsas que trae en sus manos, siento que me congelo, me miro y caigo que estoy en pijama de corazones rosas, sin corpiño y el pelo revuelto, ni hablar de las ojeras de panda automáticamente cruzo mis brazos sobre mis pechos ¡qué vergüenza!. Doy media vuelta y me dirijo al baño para volver a ser una persona presentable.
No dice nada solo un "Buen día" y se ríe bajito. Mientras estoy cepillándome los dientes escucho que prepara la mesa, se escuchan cucharas y cuchillos chocando entre sí.
Llego hasta el corrector de ojeras que me salva la vida en estos días de poco sueño, no puedo ocultar que me encanta que pasemos tiempo juntos y una pequeña sonrisa se instala en mi cara mientras me maquillo.
Salgo ya vestida de mi habitación, me siento a su lado nuestros cuerpos rozan por la cercanía, sé que no lo hace a propósito-quiero creer-lo miro y no puedo creer como se levantó tan temprano para comprar todas las cosas ricas que hay para desayunar. No pierdo un minuto para saborear un poquito de todo. Sabe que las mañanas no son lo mío y solo charlamos de las actividades del día, del clima feo que se venía para la noche.
Lista para ir a trabajar me despedí de Theo y caminé las 5 cuadras que me separa de mi departamento al trabajo tratando de no parecer una psicópata con la sonrisa grande que traía.
Quedamos en salir a correr juntos a la tarde. Espero estar despierta para ese momento, porque recién empiezo a trabajar y ya tengo ganas de salir disparada hasta mi cómoda cama.
Además del desayuno exquisito que me preparó Theo me tomo un café super fuerte a media mañana para sobrevivir despierta.
Lo peor de todo era aguantar a Sam burlándose de haber trasnochado por hablar con Theo. ¡No se le puede contar nada!
Ya estaba casi lista, me había puesto la calza y el top haciendo juego en negro con detalles blancos y una cola bien alta para que no me moleste el pelo al correr, estaba atando los cordones de mis zapatillas y un Theo sonriente se aparece frente a mi listo para comer, digo listo para correr.
Desubicada
La remera negra le marcaba cada musculo existente y el short le colgaban de la cintura de una manera admirable, todo un atleta frente a mi ojos.
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Un balcón entre tú y yo © TERMINADA
RomanceTras haber encontrado a Manuel engañándola, Amanda decide vengarse de su ex y con la ayuda de su amiga Sam lo logran, rápidamente se muda a un colorido departamento en medio de la ciudad. Desanimada pero consciente de que su vida tiene que seguir ad...