Capítulo 21: No se mete nadie

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Hola! Olas

Hoy mas enferma que nunca, tratando de no dejar mi garganta cada vez que toso :s pero como es miércoles.... Ni loca dejaba de actualizar!

Porque todavia puedo coordinar un poco entoncess... aca les dejo el cap

Lore

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Me despierto a la madrugada con ganas de ir al baño. Es algo habitual en mí. Me explota la vejiga si me voy.

Mis ojos se desvían a la persona que está durmiendo al lado mío, sonrió por mas sueño que tenga.

Mis brazos se despegan de los suyos y ya siento la lejanía.

-A dónde vas- su voz adormilada me da ternura, su pregunta me desconcierta. ¡No me voy a ir!

-Ya vuelvo voy al baño- digo bajito. Sus ojos vuelven a cerrarse y se da vuelta para seguir durmiendo.

Llego hasta el baño y me inspecciono, me gusta lo que veo. No puedo evitar volver a sonreír.

Después de evacuar mi vejiga, siento la liviandad en mi cuerpo.

Me paro en el marco de la puerta y la observo.

De costado, de espaldas a mí con una remera mía y una tanga de encaje rosa bebé. ¡Me quiere volver loco!

Esta abrazando una almohada, se la ve muy cómoda ¡esto no es justo esos brazos tienen que estar a mi alrededor no abrazando una estupida almohada!

¡Que estoy pensando! ¿celoso de una almohada? Esta mujer me va a matar antes de lo previsto.

Me acerco muy despacio para que no se despierte, pero en cierto punto quiero que lo haga para que se de vuelta y me abrace. Toco su brazo lentamente acariciándolo y siento que se estremece bajo mi tacto. Su cuerpo gira y con ella la almohada apretada en sus brazos.

¡No no no! ¡Que la suelte! Maldita almohada que no me deja acercar a mi chica. Me escucho y no lo puedo creer, ya me volví loco.

Lentamente voy desplazando la almohada de sus brazos y la veo abrir sus ojitos confundida.

-Queee..quee- está muy dormida y me encanta la quiero apretar contra mí.

-Shh estaba sacando ...esta almohada para que me abraces- sus ojos me inspeccionan no creyendo lo que digo. ¡Si! Se dio cuenta que ya me volví loco.

Sus ojos se cierran, pero su sonrisa aparece ante mi nublándome. Su cuerpo se acerca al mío, su cabellera despeinada, sus labios hinchados, sus ojitos apretados y no dudo en acércame más y abrazarla. Se siente increíble tenerla abrazada, durmiendo sin tener que mentirle para quedarme a su lado. Se terminaron los días en que solo podía abrazarla cuando me despedía y ella ni siquiera me devolvía el abrazo.

Estaba frustrado, le daba vueltas a la situación y no veía salida. Todo estaba mal, hasta que la veía a ella y sentía que todo estaba bien mágicamente, que no necesitaba nada más para alegrar mis días.

Y no me equivoqué, desde que le confesé que no importa los problemas que tenga, que ella puede aliviar todo dolor siento flotar todo el maldito día. Es como si estuviera anestesiado, todo a mi alrededor se trata de ella de lo que me dice, de la forma en que me escucha, de sus besos, sus abrazos, su cuerpo, todo ella.

Sin más me dejo llevar y me duermo abrazado a la mujer que hace que mis días vuelvan a tener vida.

Si hay algo que tengo y en sobredosis es cosquillas. Me convierto en un loco para que no me toquen, no me gusta la sensación de ansiedad que producen en mí, para mí no son risas en exceso, todo lo contrario, me desespero.

Un balcón entre tú y yo © TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora