Capítulo 30: Quiere con vos

162 8 0
                                    



-Si mamá- le digo irritada.

Todos los días me llama para saber como estoy, que si como, que si me baño, ya es obsesión, me peleé con mi novio, no me enfermé de depresión.

¿A quién engaño?

-Estoy bien mamá- el teléfono está en altavoz, necesito hacer algo mientras hablo con ella para que no se dé cuenta que siempre estoy al borde del llanto.

-Hija, la semana que viene tengo un viaje programado con tu papá, pero si no estás bien lo puedo posponer- ya estoy irritada, no se preocupa, me agobia.

-Mamá, no me estoy muriendo, estoy bien...andá y disfrutá sé que vas a encontrar la forma de comunicarte conmigo- digo lentamente para que lo entienda.

-Bueno hija, es que todavía sos mi nenita chiquita- sé que quiere llorar. Yo sigo limpiando un mueble.

-Ma, me tengo que ir, estoy apurada- la excusa siempre viene bien.

-Bueno mi amor, papá te manda saludos, te quiero.

-Yo también los quiero- corto la llamada y me voy a acostar al sillón. Necesito una mini siesta.

Entramos al primer local con un batido cada una en su mano, empezamos a mirar los vestidos. Mi indecisión siempre conlleva que alguna se enoje conmigo, no lo puedo evitar soy exigente con lo que me pongo, no me gusta ser el centro de atención como Laura con un vestido largo, rojo corte sirena, ni tan naif como Sofi con su vestido de encaje color piel.

Lo mío es más sutil, me gusta que acentúe mis curvas nada exagerado.

Pasamos varias horas entrando y saliendo sin éxito, hasta que, en una tiendita chiquita, que parece más un sucucho, no digno para este centro comercial desde afuera puedo ver un vestido que me corta la respiración.

Entro enfocada en el vestido, creo que hasta fui maleducada y no saludé. Me acerqué al vestido y lo toqué, era ese.

- ¿Te lo queres probar? - la chica con estilo vintage me mira tras sus gafas, asiento rápidamente.

Me quedé sin palabras.

Mi celular sonaba en la cartera, me estaban buscando porque entré sola y me perdieron de vista, mientras me lo probaba contesté y les dije dónde estaba.

Abro las cortinas del probador y un "wow" grupal se escucha.

-Me encanta, vas a robar corazones- esa es Sam, obvio.

-Si, me los robo todos y los vendo para trasplantar- le saco la lengua, doy una vuelta mirándome en el espejo -me lo llevo.

- ¡Por fin! - esas son Lau y Sofi. Mi sonrisa de disculpa lo dice todo.

-Vamos a comer- pago apurada, ya me suena la panza del hambre.

-Ahora si- Sam mira a Sofia inquisitoriamente -Morrison alias Grey- hace señas con la cabeza para que hable.

-Estamos saliendo- dice muy bajito.

- ¿Qué? - Sam casi escupe su bebida - ¡Oh Dios! Me encanta, me encanta- todas sabemos lo mal que la pasó Sofi con los desplantes de Jay Morrison.

- ¿Te trata bien? Contá mujer, así no se puede- Laura ya estaba fuera de si.

-Es complicado, él tiene una hija- todas la miramos -su esposa falleció hace dos años, Amanda tiene 2 años.

-¿Qué? ¡Amanda tiene 24! - Sam no entendió nada.

-Amanda es la hija de Jay y tiene 2 años, Sam- hace un "ah" sin pronunciar palabra- tiene miedo por la nena, es la primera vez que sale con alguien desde que falleció su esposa y no quiere que Amanda sufra, es muy chiquita.

-Es entendible- le digo -igual prueban, sin compromiso y ven como lo llevan- realmente quiero que sea feliz.

-Entonces toda esa tensión sexual, besos en el ascensor y desplantes eran porque está hasta las manos con vos y no sabía cómo acercarse- Sam otra vez.

-Y el tema jefe-empleada, también es complicado-explica.

-Si se quieren va a funcionar, vos no te preocupes y viví el momento- le digo soñadora, ojalá fuera todo así de fácil.

La semana pasó en un abrir y cerrar de ojos, ya me encontraba frente a mi espejo retocando el labial, en 10 minutos pasaba Sam a buscarme. Pacientemente esperé a que llegara, me miré lentamente, el vestido hacia maravillas. No me apuré y bajé como siempre hacía, esta vez no iba a salir a esperarla en el lobby, no quería sorpresas de último momento.

El mensaje llegó 3 minutos antes, parezco un boxeador a punto de subir al rin, muevo mi cuello a cada lado y estiro mis brazos, preparándome y dándome ánimo para salir, cuando ya estaba en el asiento de copiloto, me relajé un ratito, antes de llegar al dichoso lugar.

Varios pares de ojos se posan en mí, me hacen sentir desnuda, más o menos. El vestido que elegí es color nude, con piedras muy chiquitas colocadas estratégicamente y un bordado de hojas que se transparenta un poco, pero no se vea nada, disimulando y acentuando curvas. La falda larga con tajo hace que mi pierna se vea más larga. Si va a ser así toda la noche prefiero irme.

Lau y Sofi están junto a la barra, cada una con su respectivo trago, sé que voy a necesitar un par de esos hasta que me vaya, que lo más prudente seria temprano.

-Estas hermosa, y creo que todos se dieron cuenta – Fernando se acerca, no esperaba que me tratara tan bien, creí que se iba a tomar a mal mi decisión de no venir con él, parece que me estoy equivocando cada vez más seguido.

-Gracias Fer, el traje te queda muy bien- no podía negar que se veía bien, soy mujer y se apreciar una persona atractiva, cosa que Fernando es, pero no me atrae de la forma que él quiere.

-Espero que guardes un baile para mí- asiento sin darle importancia -nos vemos por ahí- se va a saludar a los demás.

-Quiere con vos- Sam me codeo disimuladamente.

-Yo no quiero con él, asique no molestes Samantha- quiero pasarla bien, no quiero dramas.

Pero parece que cuando no quiero drama, el drama viene a mí, ¿Cómo lo es? Porque veo una pareja entrar. El de traje negro, moño del mismo color, su pelo bien peinado y ella, un vestido violeta largo y su infaltable delineado negro azabache.

Ella viene agarrada de su brazo, el de forma indiferente mira a su alrededor, mi corazón hace que la música de fondo no se sienta ni un pelín, me doy vuelta para que no me vea.

Sin querer me giro rápidamente hasta la barra y me los encuentro a un metro de distancia. Su cara cambia cuando me ve, ya no es de despreocupado, se puede ver que se siente culpable, me escanea rápidamente, puedo ver que le gusta lo que ven sus ojos. Ella solo levanta una ceja y mira hacia otro lado.

Porque no hacerlo sentir culpable, si yo me siento miserable.

Rápidamente me acerco a Fernando, perdón Dios por ser tan mala, pero no me puedo quedar sola con este par mirándome.

- ¿Me pedís un trago? - le digo, Fernando se sorprende y esboza una sonrisa que me hace sentir más culpable de lo normal.

-Como no, señorita- me guía poniendo su mano en mi espalda baja y desaparecemos de los ojos de Theo.

¡Me quiero ir ya!

--------------------------------------------------------------

Hola!!!! es miercoles...

Por acá hace frio y llueve, quiero dormir la siesta!!! jajaja

Me gusta hacer sufrir a Amanda!!(soy mala lo se)

Espero que hayan disfrutado el cap y sino me lo dejan saber....

Besos

Lore❤️

Un balcón entre tú y yo © TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora