Capítulo 20: No quiero despegarme de vos

364 7 0
                                    

Hola a todos!!!

Dije que actualizaba los miércoles??? bueno empezamos el miércoles entonces...

Se que a la mayoría las escenas de "sexo" les gusta que se describa absolutamente todo, bueno lamento decepcionarlos, pero es la primera vez que escribo algo así y quiero que sea sutil, nada vulgar tal como lo soñé (si anteriormente les dije que estaba loca ahora no se hagan los que no avisé).

Si no es joda, la mayoría de las cosas que van a leer en esta historia las reprodujo mi subconsciente hace meses atrás, hasta que decidí animarme a escribir. Mi sueño no estaba censurado pero sepan comprender que soy tímida, hasta que me conocen....muejeje

⬇️(no se olviden de votar)

Lore💋
--------------------------------------------------------------


Otra vez calor. Siento calor.

Esta vez no es como hoy a la mañana, el calor viene haciendo estragos en mi desde mis adentros.

Si me sigue besando así voy a sucumbir.

¿Que si quiero estar con él? Si, por supuesto. Pero...

- ¿pasa algo? - Theo me mira separándose levemente de mí.

Asiento, asiento como desquiciada.

-Algo te pasa- me acaricia la cara -no quiero que te sientas presionada-

Lo corto, no quiero que piense que no lo deseo.

-No me siento presionada- no lo quiero mirar, me siento una tonta por lo que le voy a decir -tengo miedo de no ser lo que esperas-

Una gran sonrisa se apodera de su boca. Sus manos se agarran de mis cachetes y levantan mi cara para lo mire.

- ¿De qué te reís? - la fiera en mi sale disparada. No me gusta que se rían de mí, menos si estoy hablando en serio.

-De lo mucho que pensas las cosas- sus brazos me rodean y me mira bien de cerca -sos todo lo que podría llegar a querer, es verdad que el sexo ocupa una parte importante en una relación, la cual nosotros estamos empezando- no puedo dejar de pensar a dónde quiere llegar con este discursito -todo de vos me fascina, vos sos todo lo que quiero no voy a hacer algo que vos no quieras podemos espera, no hay apuro-.

Mis manos lo agarran fuerte de la nuca y lo obligó a besarme. Se siente jodidamente bien. Quiero llorar por haberlo encontrado. Y darle las gracias al universo por ponerlo en mi camino.

-Gracias- le digo muy cerca de sus labios.

-No me des las gracias, besame- levanto la vista para mirarlo sus ojos brillan con intensidad.

Sus manos viajan por mi cuerpo, sus labios no se despegan de los míos, yo estoy en la misma situación pegada a él como una garrapata que no se quiere despegar de su perro.

Tomó conciencia de las dimensiones de la situación, nos estamos dejando llevar y me encanta y aterra a la vez. No puedo dejarme llevar por completo y él lo nota.

-Mandy- su voz gutural y respiración agitada lo hacen más sexi -no es mi primera vez, la tuya tampoco- niego con mi cabeza -quiero que sea especial, porque con vos todo es especial. ¿Te puedo hacer el amor?

Todas mis dudas se disiparon. Me abalancé sobre y me dejé llevar.

Sus manos me exploraban, sus labios besaban, mordían y succionaban todo lo que se interponía en su camino.

Mi cuerpo reacciona a todos sus movimientos, mi respiración se agita y mi garganta desprende sonidos que no sabía que podía reproducir.

Nuestros cuerpos se conocen por primera vez, parecen tener imanes de diferentes cargas que chocan uno contra otro sin querer separarse.

Sus caricias me vuelven loca y sus besos me devuelven la cordura.

El ambiente se vuelve denso y mi cuerpo friccionando contra las sabanas me tortura.

Mis labios piden más y el obedece.

Su cuerpo sobre el mío quiere sucumbir, lo dejo, nos dejamos llevar por el éxtasis. Definitivamente es una droga de la que no quiero dejar de ser adicta.

Nuestras respiraciones dejan de ser irregulares y se dejan llevar el momento.

Así se debe sentir la gloria.

Abrazados entre las sábanas, sumidos en nuestros pensamientos. Su dedo índice acaricia mi brazo.

-No quiero despegarme de vos- Theo levanta su cuerpo para posicionarlo sobre el mío otra vez -me declaro adicto a vos- mi risa se escucha en toda la casa.

Esos pucheros que hace me vuelven loca -no te rías de mí, mala- acercó su boca a la mía.

-Perdón no quería reírme- me pone nerviosa y lo sabe, mis manos quieren tapar mi cuerpo, ahora me agarra la vergüenza ¡qué ironía!

-No te tapes ya te vi toda- mis cachetes se prenden fuego - y me encanta, me vuelve loco, vos me volvés loco- me besa con pasión.

Como no volverse loca con todo ese cuerpo sobre mí. Ni en mis sueños más desenfrenados me podía llegar a imaginar a este hombre como lo estoy viendo en este momento. Es sexi, es masculino, su olor es embriagante y su cuerpo te envuelve en una nube de deseo constante.

Ya me volví loca de solo desearlo otra vez dentro de mí.

Theo bosteza lentamente ¡Dios hasta bostezando es sexi! Se revuelve el pelo y se deja caer a mi lado.

Mis ojos se van cerrando, estoy agotada. Quiero seguir despierta y acosarlo de cerca pero el cansancio me gana y me dejo llevar.

Mi cuello sufre cosquillas de una barba insipiente, unos dientes mal intencionados muerden levemente el área.

-Dormilona- sé que quiere que me despierte por eso mismo todavía no abrí un ojo para que siga haciéndome mimos -sé que estas despierta-

Me giro siguiendo con mi show de no querer despertarme.

-Que linda vista que tengo ¡Dios! - esta mirándo mi culo desnudo que se escapa por las sabanas.

Giro con los ojos desorbitados tapándome. La vergüenza se apodera de mí.

Theo se ríe y se acerca más a mi -porque no seguís durmiendo- sus palabras salen lentamente -puedo seguir mirando ese culito por horas-

¡Oh Dios! ¿Cuándo vas a escuchar mis suplicas? Sé que estoy roja como un tomate maduro.

-Vení- dice abriendo sus brazos para llevarme al baño cual princesa en apuros tapada con las sabanas, hago pucheros y me apoya en el lavabo y me acaricia la cara lentamente -no tengas vergüenza conmigo, quiero que me cuentes todo lo que te molesta, lo que te pone feliz, lo que te hace gozar, todo-

Asiento, un sí de mi boca no piensa salir ahora mismo.

-Si queres te podés bañar, creo que Sam y Mat están bautizando tu casa- mi cara es épica, nunca hubiese creído que mi amiga iba a tener sexo en mi propia casa antes que yo.

Lo veo alejarse, abre un cajón y saca toallas -te espero para comer- hace el amague de salir, pero no quiero que me deje sola lo quiero bien pegado a mi cuerpo. Y me armo de valor para decirle lo que quiero y anhelo desde que dejó un espacio vacío en la cama.

-No te vayas- me cuesta pronunciarlas palabras -bañate conmigo-

Sus ojos se abren con sorpresa, sé que no se lo esperaba. Asiente enérgicamente.

Me ayuda a bajarme y desliza las sabanas hasta que quedan en el piso. Y hago lo que no me atreví a hacer ayer. Lo desnudo con mis manos. Sus ojos examinan todos mis movimientos, sé que esta excitado, lo puedo ver perfectamente. Nos condujo a la bañera y nuevamente nos dejamos llevar.

Este hombre creó un monstruo en mí que está siempre sediento de su cuerpo y sus caricias.

Me siento perdida en una nube de pasión. Pero esta nube es mía y la voy a aprovechar.

Y ya me encanta.

Un balcón entre tú y yo © TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora