-Dale entrá a Facebook que vamos a stalkear a Theo- me dice Sam mientras estamos en la oficina, después de la reunión exitosa.
-Ya va- tengo miedo de entrar y encontrar algo que no me guste. Hago clic y me logueo. Estaba ansiosa de ver su perfil, espero que no esté privado.
Tecleo su nombre Theo Prescott. La primera sugerencia tiene su cara. Bingo!
-Que linda foto de perfil- me mira riéndose, no puedo evitar y le tiro rayos invisibles con mi dedo índice. Pero tenía razón, el pelo levemente ondulado castaño claro, los ojazos verde agua, nariz recta perfecta que me hacia envidiarlo y esa sonrisa que podía derretir el Everest.
-Me ponés nerviosa Mandy mové ese mouse ya- me lo saca de la mano y empieza a mirar su perfil.
Miles de fotos con amigos, chicas y sus padres y hermana el parecido era indiscutible.
En las más recientes se podían ver el día de la fiesta que interrumpí a la fuerza, creo que en una salí yo a la distancia. Puedo reconocer mi pijama de corazones a la distancia.
Sus datos personales eran básicos, no tenía una relación con nadie por lo menos no publicada en Facebook. Pero me acorde de "Vicky" y capas tenían algo no oficial. O habían tenido alguna especie de relación en el pasado ahora casi inexistente por la forma en que la trató.
-Estás viendo lo mismo que yo Mandyta- me pregunta Sam moviendo el cursor por la información que decía que no tiene ninguna relación. Ese apodo de porquería.
-Sí, no estoy ciega Samcita- me irritaba que quisiera que diga algo a la fuerza que no voy a admitir en voz alta.
-No te hagas, vi lo ansiosa que estabas casi cruzando los dedos para que no haya una novia- ya no eran mis dedos los que tenían rayos invisibles ahora eran mis ojos también.
Me peiné las cejas con los dedos índices –Sam, Sammy, Sancita dejemos el temita que no estoy interesada- la miré seria para que dejara de indagar en el tema.
Y cuando pensé que ya habíamos dejado atrás la discusión Sam apretó el botón de mandar solicitud de amistad.
-¡Que hiciste Sam!- se me aceleró el corazón –voy a ir presa por tu culpa-.
-Lo que vos no ibas a hacer nena, dar el primer paso- dice muy relajada.
Miles de dudas me carcomían la cabeza. Si eliminaba la solicitud de amistad y lo veía iba a quedar peor, no sabía qué hacer. Le robaba la computadora de la casa y le borraba la solicitud, era muy de película pero estaba desesperada.
Y cuando menos lo esperaba ya la había aceptado.
-Oh Dios me voy a mudar al Congo Belga, seguro que se está riendo de mi ahora mismo- me quería hacer chiquitita y desaparecer.
-Sam voy a averiguar el apellido de Mateo y los voy a hacer amigos en todas las redes sociales disponibles y más, porque creo en el karma- estaba prendida fuego del enojo.
-JA JA JA Samantha Olsen y Mateo Santos somos amigos en Facebook, nos seguimos en Twitter y hablamos por Whatsapp-
- Cuando pasó todo eso y porque no me dijiste nada- la acusé con el dedo.
-El día después de la fiesta- sonrió mostrando todos los dientes –no te quería decir porque tenía miedo de que mi amistad con Mateo interfiera con la nuestra y pongas esa cara de me estas traicionando por un hombre.
-Como te voy a prohibir conocer a un hombre Sam. A mí no me importa que sea amigo de Theo si vos crees que va en serio- dije fuerte y claro para que no quedaran dudas que no me iba a oponer a nada que ella elija.
-Si lo suponía pero igual tenía miedo porque sé que algo te atrae Theo, viste como son las relaciones que un día estas bien y al otro te peleas y si los amigos de ambos están en el medio es para problema- entendía su punto.
-No te preocupes por mí que voy a estar un tiempo largo sin acercarme a los hombres, por lo menos de forma sentimental. Y a vos ya te va a volver el karma- la señalé y ella se hacia la que caia por el disparo. Loca.
Agarré la pequeña regadera y comencé de un lado del balcon a regar las flores que decoraban el balcon. Mientras iba por la mitad me di cuenta que Theo me miraba pero no le hice caso no levanté la mirada en ningún momento. Rogaba porque se haya olvidado de la solicitud de facebook, sentía mucha vergüenza yo no era de mandar solicitudes a personas que no conocía o fueran personas muy cercanas a mi.
-Hola vecina barra amiga de Facebook- no levanté la vista pero por el tono en que lo dijo me di cuenta que se reia.
-Hola- dije seca. No me hacía gracia y tampoco le iba a explicar cómo Sam le mando la solicitud, estaba segura que no me iba a creer. Seguí regando las plantas.
-Perdón perdón se que te pones nerviosa cuando me ves y no te salen las palabras ¿querés que mejor hablemos por Face?- muy relajado apoyado en el balcón.
-No me pongo nerviosa ni mucho menos- lo mire entrecerrando los ojos-y no, no quiero hablar por "Face" con vos, tampoco te emociones- lo señale con la regadera.
-Que carácter nena- casi le tiro la regadera –no te enojes era un chiste-se revolvió el pelo con una mano.
Me acerqué a la baranda que nos dividía y se me ocurrió la mejor manera de borrarle la sonrisa de la cara. Le tiré el agua que quedaba en la regadera en la cabeza y empecé a retroceder tapándome la boca aguantando la risa.
-Esto no queda así- lo vi levantar una pierna y saltar la baranda como si fuera corredor con obstáculos.
-No, ¿Qué haces?- retrocedí mas y casi caigo con la reposera.
Agarró la manguera que estaba en una esquina y al prendió en pocos segundos estaba atrapada entre sus brazos con el chorro de agua empapándome de agua congelada.
-Listo listo- dije tiritando –ya te vengaste ahora dejame secarme que me muero del frio- entre rápidamente mientras él me observaba sin decir una palabra. Busqué dos toallas y rápidamente fui al balcón.
-Creo que me lo tenía merecido- fingí una sonrisa y le entregué la toalla.
-Creo que yo también –se secó el pelo en cámara lenta o por lo menos eso vi yo –no me mires así que me la voy a creer-.
Salí de mi trace sacudiendo la cabeza -¿Qué? No, estaba pensando otra cosa- que mala mentirosa que soy. Voy a empezar a ver Lie to me hoy mismo.
-Si claro hagamos de cuenta que no pasó- me devolvió la toalla y se sentó en la reposera.
Lo seguí y me senté en la otra –me gusta más tu balcón que el mío- solté una carcajada.
-Si ya lo sabia- mientras nos reíamos de cosas sin importancia la puerta de entrada sonó casi como si se fuera a caer de los golpes del otro lado.
-Ya vengo seguro es Sam- puse cara de duda.
Abrí la puerta y me encontré con el causante de todo mi dolor y mi angustia.
Manuel borracho lo hacía aun peor.
-Al fin te encontré- dijo muy pausadamente.
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Un balcón entre tú y yo © TERMINADA
RomanceTras haber encontrado a Manuel engañándola, Amanda decide vengarse de su ex y con la ayuda de su amiga Sam lo logran, rápidamente se muda a un colorido departamento en medio de la ciudad. Desanimada pero consciente de que su vida tiene que seguir ad...