El Fantasma de Alicia

Sinopsis

Recuerdo cuando tenía siete años, le pregunté a papá por qué no tenía a mamá a mi lado. Él me contó una historia muy triste, una historia de amor, pero aún así era triste. Me enteré que mi madre falleció poco tiempo después de que yo naciera, pero cuando le pregunté la razón de su muerte, se rehusó a decirme la verdad. Después de ese intento fallido por conocer la razón de la muerte del ser queme  había dado la vida, no insistí más. En lugar de eso, decidí buscar por mis propios medios qué había pasado con ella. Digo, no sería como un gran misterio o algo parecido. Solo bastaría con buscar algo de información en la habitación de papá y atar cabos. Pero antes de hacer eso,  decidí hacer un último intento con mi padre.

─Papá, quiero preguntarte algo.

─Dime, cariño.

─¿Qué pasó con mamá? ─Pregunté sin poder levantar la mirada, solamente seguía comiendo mi desayuno. Papá solamente se volteó y me vio por unos segundos.

─Te he explicado ya. ─Dijo solamente.

─No. No es así. ─Dije viéndolo finalmente. ─Solamente sé que murió, pero me gustaría saber por qué, acaso ¿Estaba enferma? O ¿Tuvo un accidente? No entiendo por qué no quieres decirme.

─Créeme que no te gustaría saberlo.

Entonces lo supe.

─Murió por mi culpa, ¿Cierto?
Él dejó de hacer lo que estaba haciendo y se quedó casi que congelado, de su boca no salía una sola palabra y ni siquiera volteaba a verme en señal de respuesta. Después de unos segundos, lo hizo.

─No vuelvas a decir eso, Alicia. ─Dijo sin expresión. ─Apresúrate, se nos hace tarde.

No dije nada después de eso, pero su actitud solamente confirmó mi suposición. No hablé con él más del tema, pero no pensaba quedarme con intriga de la muerte de mi madre. Puedo asumir que papá estaba muy enamorado de mamá, ya que las pocas veces que lo acompañaba al cementerio, su rostro reflejaba tristeza pura. Por eso, prefería no acompañarlo, tal vez mi presencia  lo incomodaba, y prefería visitar a mi madre a solas. Me parecía muy raro que al lado de la tumba de mi madre, había otra tumba que mi padre miraba con mucha tristeza, el nombre grabado en la lápida era  Pricila. ¿Quién era ella? También me rehusé a preguntar, para evitar incomodar a mi padre. Él iba la mayoría de veces solo a visitar a mi madre. Siempre llevaba flores de diferentes colores, pero siempre una verde en el centro de ellas.

Las cosas se habían puesto un poco incómodas después de un tiempo. No voy a mentir, mi padre era un excelente hombre, siempre jugó conmigo cuando estaba más chica, me enseñó todo lo que sé, me cuidó cuando me sentía sola, me abrazó cuando lo necesitaba, sanó mis heridas cuando éstas dolían, me enseñó a leer, amarrarme las agujetas, a andar en bicicleta, me explicó el proceso menstrual y me consoló y me ayudó cuando regresé de la escuela con la falda manchada de sangre, me habló sobre los chicos y el embarazo, me aconsejó cuando más lo necesité. Él fue mi padre y mi madre al mismo tiempo. Él era el mejor de todos. Pero los últimos días había sentido un cambio bastante extraño en él. No había dejado de ser cariñoso o de portarse atento conmigo, nada de eso. Era cosa de él, simplemente su mirada estaba perdida, sus pensamientos estaban en otro lugar. Él no tenía muchos amigos, pero últimamente no salía con ellos, solamente se encerraba en su estudio y no volvía a verlo hasta que iba a darle el beso de buenas noches. Él no era el mismo los últimos días, algo agobiaba su mente y su alma, podía sentirlo. No me atrevía a preguntarle algo, porque sabía que su respuesta sería que no me preocupara, que estaba bien. Pero yo sabía que eso no era cierto. ¿Se estaba comportando así por mi madre? ¿Acaso el recuerdo de la persona que amó lo tenía así? Quería ayudarlo, pero no sabía como. No sabía ni siquiera cual era la historia de mi madre. ¿Cuál era verdadera historia de Alicia? No tenía abuelos o tíos a quien preguntarles. Todo eso era tan extraño. Creo que mi padre decidió irse muy lejos del lugar en donde conoció a mi madre después de su muerte, y eso me dificultaba más saber la historia de mi madre. A veces parecía como si solo fuésemos mi padre y yo. Nadie más en este mundo.

Pero yo necesitaba saber cosas, muchas cosas que mi padre no quería responder y nadie más que él podía responderlas. Entonces encontraría respuestas por mi cuenta.

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Elizabeth.