Capítulo 13

20.2K 1.6K 463
                                    


—¿Por qué siempre apareces y de inmediato te vas? Pareciera como si fueses un fantasma. 

—Porque teóricamente lo soy. 

Ella estaba sentada a la par mía, por primera vez se había tomado el tiempo de quedarse un poco más y no dejarme parada viéndola como desaparecía o salía corriendo.

— ¿Eres un fantasma? —Pregunté con poca fuerza para hablar. 

—No me llamaría un fantasma. Estoy aquí para cuidarte, he estado para cuidarte. 

— ¿Quien eres? 

—Soy Heydi. -Dijo la pelirroja sentada en el suelo a la par mía. 

—¿Y cómo me conoces? ¿Conoces a mi padre? ¿Por qué estoy aquí? -Pregunté con insistencia. 

—Ya sabes muchas cosas de las cuales te enteraste de la peor manera, pero creo que no has escuchado la versión que debes escuchar. 

Ella me entregó una hoja de papel doblada en cuatro, estaba muy vieja y arrugada, pero las letras escritas aun podían leerse sin mucho esfuerzo. 

Entonces leí la carta suicida de mi madre. 

Septiembre 22, 1998

No estoy llorando, ni me tiemblan las manos mientras escribo esta carta. Esta es la carta de mi despedida. No quiero hacer tanto drama con mi muerte, pero tengo tantas cosas por decir, y prefiero que las sepan cuando yo ya esté durmiendo profundamente debajo de la tierra. No voy a pedir disculpas, más que a solo una persona que al final de esta carta mencionaré. No pediré disculpas, porque no me siento mal de hacer lo que estoy a punto de hacer. Si me sintiera mal, no lo haría, pero si están leyendo esto, ya lo hice. En realidad esta carta la estoy escribiendo hoy, 30 de Noviembre de 1997, pero ustedes la leerán en la fecha escrita al principio de la misma, 22 de Septiembre de 1998.

Planeé mi muerte desde meses atrás.

A mis padres, indaguen en mi habitación.

A Alexander, querido mío, busca en el lugar que fue testigo de nuestro amor aquella noche de pasión.

A Pricila, amiga del alma, busca en el libro aquel que tanto odiabas que está guardado en lo más profundo de tu ropero. Página 117, capítulo 23.

A mi profesora de química, en el salón 109 de la escuela, en donde se guardan expedientes de personas que ya no estudian en el establecimiento, por favor, coloque el mío allí, en el segundo compartimiento del estante con la letra C.

A Bárbara, busca en el baño de mujeres de la escuela, en el casillero de la señora de mantenimiento. Pídele la llave del casillero número tres.

y finalmente, a tí, personita sin nombre, la principal razón de mi suicidio pero a la única persona a quien le pido perdón por eso. No mereces esto, y lo siento. Cuando cumplas 16 años, pídele a Alexander lo que dejé para ti.

Hasta nunca, Alicia. 


"La principal razón de mi suicidio pero a la única persona a quien le pido perdón por eso." 

Definitivamente mis sospechas eran ciertas, yo era la culpable por la muerte de mi madre. Ella se había suicidado por mi culpa. 

Mis ojos se llenaron de lagrimas y una de ellas se derramó recorriendo mi rostro. Heydi puso su mano sobre mi mejilla y limpio mis lagrimas. ¿Cómo podía vivir con esto? Sí, tenía las sospechas de la razón de la muerte de mi madre, pero me llenaba el corazón de tristeza que mi madre haya decidido morir y quitarse la vida por el hecho de que yo existiera. 

El Fantasma de AliciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora