Capítulo 15

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Alicia

Desperté en mi cama con un horrendo dolor de cabeza, intenté levantarme y sentarme en la cama por un instante pero mi espalda y la mayoría de partes de mi cuepro dolían. Mi ropa estaba sucia y mi piel también, apenas si recordaba loque había pasado las últimas 48 horas, pero no recordaba como había llegado a casa de nuevo. ¿En dónde estaba mi padre?

Me levanté de la cama haciendo un esfuerzo, busqué mi celular pero parecía no estar en mis bolsillos, seguramente la mujer que me había secuestrado lo tomó. Bajé las escaleras buscando a alguien en la casa y efectivamente había alguien ahí ya que escuchaba ruido en la cocina, como si alguien estuviese moviendo café con una cucharita en la taza. Me acerqué lentamente esperando encontrar a papá en la cocina preparando el desayuno, pero en vez de eso, encontré al señor que le había hablado a papá aquel día en la gasolinera de regreso a casa, sí, definitivamente era él.

—¿Hola? —Dije entrenado en la cocina, él ni siquiera había notado que yo estaba ahí hasta que hablé.

—Hola Alicia. —Dijo tiernamente. ¿Cómo me conocía? ¿Quién era él?

—¿En dónde está mi padre? 

—Él está resolviendo unos asustos en este momento. —Dijo él dejando su taza de café sobre la mesa seguido de ponerse de pie e  intentando acercase a mí.

Me alejé automáticamente lo mayor posible, él notó mi rechazo.

—Tranquila, no quiero hacerte daño. —Dijo él retrocediendo un poco y poniendo sus manos al aire. 

—¿En dónde está mi padre? —Pregunté de nuevo con mayor insistencia. No me sentía segura en casa con ese señor ahí. 

—Él regresará en unas horas. 

—¿Quién es usted?

—Mi nombre es Aleph, soy el padre de tu madre. —Respondió el señor. 

A estas alturas no confiaba en nadie, solamente en mi padre y por alguna razón en Heydi, ella me inspiraba tanta confianza aunque desapareciera cada vez que quería resolver mis dudas con respecto a mi madre. Ese señor no me inspiraba la mínima confianza, más aún por la manera en la que veía a mi padre aquella vez en la gasolinera. No sabía si realmente era mi abuelo o solamente era otro cómplice de esa mujer.

—¿Qué hace aquí? Quiero ver a mi padre ahora. 

—Entiendo que estés asustada...

—¡Quiero ver a mi padre! —Comencé a gritar desesperadamente al punto de llorar con el único fin de desesperarlo a él también. —¡Quiero irme de aquí! Quiero estar con papá.

—Alicia, no temas. Déjame explicarte que está sucediendo por favor. Dame una oportunidad. 

Sus ojos suplicantes reflejaban sinceridad, se veía como un hombre arrepentido. 

—¿Qué rayos está pasando?  

Fue inevitable no llorar escuchando esa historia tan lamentable, era parecida a la historia que papá me había contado anteriormente, pero esta era la historia verdadera, todo encajaba. 

El nombre de la mujer que me había secuestrado era Bárbara, ella había tenido una aventura con papá tiempo atrás, siempre estuvo enamorada de él, pero mi padre amaba a mi madre. Ella no soportaba la idea de verlos juntos, y menos con una hija que los uniera, por lo que obligó a mi madre a suicidarse con la amenaza de no hacerlo, matarnos a mi padre y a mí, y sí que la creía capaz. Ella también había matado a Pricila, la amiga de mamá. Había matado a dos personas y no sentía cargo de conciencia alguno, ella podía matar a cualquier persona y no sentiría remordimiento al hacerlo. ¿Cómo puede existir tanta maldad en una persona? Mamá había dejado la carta que Heydi me mostó para desviar un poco las cosas, pero así mismo para hacer que la verdad se supiera, y se supo. 

El Fantasma de AliciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora