Capítulo 24

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Alexander

Estaba sentando en un pequeño sofá de la sala de espera de clínica esperando a Alicia. Ella había insistido en regresar con la ginecóloga a practicarse los exámenes. A pensar de los raspones que tenía en el cuerpo y la herida en su cabeza y parte de su frente, ella insistió en ir con la doctora.

Como me dolía ver sus heridas físicas y emocionales, me recordaban cada segundo que no estaba haciendo un buen trabajo como padre. Si Alicia estuviera aquí, seguramente nada de esto hubiese pasado.

Mi celular vibraba, era Linda.

—Alexander, ¿En dónde estás? —Preguntó ella de inmediato.

—Estoy en la clínica del ginecólogo de Alicia. ¿Por qué?

—Tengo que verte ahora, tienes que ver algo.

—¿Qué? ¿Ahora? No puedo ahora, estoy esperando a mi hija.

—Yo llegaré a la clínica. Mandame la dirección por un mensaje, yo llegaré lo más pronto posible. —Dijo ella mientras escuché como tomaba las llaves del carro de algún lugar.

—Está bien, te la enviaré en seguida.

—Muy bien. —Finalizó y colgó la llamada.

Me apresuré a escribir la dirección de la clínica y enviársela a Linda. ¿Por qué era tan urgente verme en ese momento? Obviamente lo peor venía a mi cabeza, tal vez era algo relacionado con Bárbara, pero ya estaba muerta, o tal vez tenía que ver con Lucas, pero ya se había marchado. Tantas cosas pasaban en mi cabeza, pero al mismo tiempo sentía mi cabeza vacía, como si nada de lo que pensara tuviera sentido.

Alicia salió unos minutos después de haber hablado con Linda. Le dediqué una sonrisa para transmitirle tranquilidad , no quería atormentar más su vida ni su mente.

—¿Cómo te sientes? —Pregunté.

—Bien. —Respondió. Su rostro parecía, y de hecho estaba triste.

—Señor Dyren, ¿Puedo hablar con usted? —Dijo la doctora quien salió de la habitación seguido de Alicia.

—Claro. —Recordé que Linda estaba en camino. —¿Tardará mucho? Tengo algunos asuntos que atender, y me gustaría realmente prestar la atención y el tiempo necesario a lo que tenga que decirme.

—Solo serán unos minutos. —Respondió ella.

Pasé a la habitación mientras Alicia se quedó en la sala de espera.

—Señor Dyren, no quiero ser entrometida, creame. Pero he notado que Alicia se encuentra muy mal emocionalmente, tiene muchas heridas y moretones en su cuerpo, en sus piernas, cerca de su área íntima, como si hubieran abusado de ella.

—Lo hicieron, abusaron de ella. —Interrumpí.

Ella negó con la cabeza mientras volteaba hacia mí el monitor de su computadora y me mostraba los resultados de análisis que le había realizado a Alicia.

No había rastro alguno de violación.

—Alicia no fue violada. Probablemente le hayan hecho creer eso, y de hecho es muy evidente al ver todos los moretones en su cuerpo, las marcas de dedos en sus piernas, entre pierna y demás, pero realmente, no fue abusada.

Estaba en shock. Estaba confundido, pero a la vez me sentía feliz porque no habían abusado de Alicia. Creía saber lo que estaba pasando.

Alicia

—Hola. —Dijo una señora parada frente a mí. A este punto, no sabía si responder o salir corriendo. No confiaba en nadie.

Me quedé callada.

El Fantasma de AliciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora