Alexander
―No soy lo que crees, bueno, no fui lo que crees. ―Dijo con una voz entrecortada, casi llorando.
―No entiendo.
Tanto misterio por parte de Alicia me hacía sentir un poco molesto, el hecho que no confiara lo suficiente en mí desde que éramos novios para decirme lo que estaba pasando, me frustraba de una manera inmensa.
―Cuando supe que habías estado con Bárbara, quería dejarte, no volver a saber nada de ti, de verdad me sentía tan decepcionada. Tenía un problema grande de autoestima, sabes que jamás me consideré una chica atractiva, alguien que pudiera llegar a gustarle a alguien. Con eso me mataste, Alexander. Me hiciste sentir que era tan reemplazable y que no tenía valor alguno.
―¿Por qué nunca me lo dijiste? ―Dije con un nudo en la garganta. Realmente dolía saber cuánto dolor le había provocado a la persona que más amaba, aparte de mi hija.
―De nada hubiese servido. Probablemente hubiéramos terminado y ambos hubiésemos sufrido, probablemente más de lo que sufrimos.
―¿Cuál es el punto Alicia? ¿A qué te refieres con que no eres lo que creo?
―Después de sentirme como me sentí, lamentablemente no tomé la mejor decisión de todas. El despecho y la ira me hizo actuar de la peor manera. ―Ella no me veía a los ojos, sino su mirada estaba siempre fija al suelo. ―En las vacaciones de año nuevo de ese año, a donde íbamos con mis padres y sus amigos, estábamos con los hijos de mis padres jugando, habíamos bebido un poco, pero yo estaba lo suficientemente cuerda para recordar lo que pasó, y por supuesto para estar consciente de lo que hacía.
―No continúes. ―Dije con la ira acumulándose en mi mandíbula. ―No quiero oírlo.
Ella empezó a llorar.
―Lo siento Alexander. ―Las lágrimas caían exageradamente por sus mejías.
―Dime que Alicia es mi hija.
Ella me vio finalmente a los ojos y después de unos segundos negó con la cabeza.
Alicia
Mi mundo estaba viniéndose abajo. Era desgracia tras desgracia. Cuando pensaba que nada podía ser peor, en efecto, algo peor pasaba.
Después de decirme el nombre y dirección de mi verdadero padre, mi madre desapareció. No estaba enojada con ella, al contrario, me había dado mucho gusto verla, no sé cómo carajos había sido eso posible, pero la había visto, tan real y tan cerca de mí, y eso me bastaba. Pero no negaré que estaba decepcionada de saber toda la verdad, de saber cómo se habían dado las cosas entre mis padres. Pensé que ambos habían estado perdidamente uno del otro, cuando realmente ambos habían sido infieles. Alexander no era mi padre, y después de que mi madre me contara la verdad, me encontraba yendo al apartamento de mi padre biológico, que no quedaba muy lejos de la casa de la abuela.
¡Rayos! Como duele la verdad. Como duele saber que no todo ha sido como pensabas que era. Mientras caminaba, no podía evitar que las lágrimas cayeran por sí solas. Miraba el suelo, miraba mis zapatos avanzar uno delante del otro lo más rápido posible. Solo quería que esta pesadilla acabara.
Llegué a la dirección indicada, era un edificio bastante alto. Subí por elevador hasta llegar al décimo piso, recorrí un largo corredor que me llevaba hacia la habitación en la que mi padre biológico se encontraba. Me encontraba frente a la puerta, a punto de golpearla, pero antes quería prepararme para lo que se venía, estaba a punto de conocer a alguien que supuestamente era mi padre, cuando pasé toda mi vida viviendo con Alexander, la persona a quien más amo en la vida, pero no era mi padre biológico. ¿Por qué mi madre quería que me reuniera con mi padre biológico? ¿Acaso él iba a sacarme de esta pesadilla de asesinos, ex psicópatas, fantasmas y magia negra?
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El Fantasma de Alicia
Mystery / Thriller17 años tenía mi madre cuando murió, y lo único que sé es que ha muerto por mi culpa. Mi padre estaba muy enamorado de ella, y eso mismo le impide recordarla sin dolor. Después de tantas dudas rondando por mi cabeza, y tantos días tratando de encont...