Capítulo 19

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 Alexander

Linda llegó puntual a la hora acordada después de haberme llamado más temprano. Claro que me había dolido dejar a Alicia en casa, pero no quería envolverla en el asunto de ver a su padre ir a prisión por un crimen que no cometió. La dejé acostada en su cama, suplicando que por nada del mundo saliera de casa, ya que el señor Collins tenía que ir a trabajar y no podía cuidarla hasta en la tarde. 

Cuando llegué a la comisaría, Paul acompañaba a Linda. Entramos a la misma habitación en la que habíamos estado el día anterior, pero esta vez me sentía menos furioso y más relajado, estar con Alicia me traía paz. 

─Entonces, retomamos lo que hablábamos ayer. ¿Cuándo fue la última vez que viste a Bárbara? ─Preguntó Linda. 

─Ayer por la tarde.

─¿En dónde? 

─En la casa en donde tenía secuestrada a mi hija. 

─¿Cómo la encontraste? 

Estuve a punto de decirlo inmediatamente, sin pensar que el señor Collins se vería afectado en mi declaración. 

 ─Alexander. ─Dijo Linda haciéndome reaccionar. ─Te has tardado demasiado en tu respuesta. ¿Cómo encontraste a Bárbara?

No era muy bueno mintiendo. Para decir una mentira y que realmente sonara como algo cierto, hasta que yo estuviese convencido de eso, necesitaba una preparación previa, saber que mentira diría, qué argumentos tendría, hasta practicar frente al espejo si era necesario. Y para ser honesto, no tenía ni la mínima idea de que mentira decir en ese momento. 

─El abuelo de mi hija me llevó al lugar. ─Terminé diciendo.  

─¿Y cómo sabía él? ─Preguntó ella. 

Permanecí un momento en silencio mientras pensaba una manera no tan fuerte de decir que él había ayudado al secuestro de mi hija. 

─Alexander,   ¿Cómo sabía él?

─No estoy muy seguro, él solamente me llevó. ─Respondí no muy convencido de mis palabras. 

─Me comentabas que alguien abusó de tu hija. ¿Cómo lo sabes? 

─Porque ella me lo ha dicho. Cuando estaba confrontando a Bárbara, ella llevó a mi hija a donde yo estaba, y Bárbara la obligó a decirme lo que le había hecho. 

Linda se quedó callada por un momento examinando la situación. Me parecía totalmente estúpido que tomara prioridad por la muerte de una enferma asesina que por la violación de una niña inocente. 

─¿Sabes si alguien más acompañaba a Bárbara mientras tenían secuestrada a tu hija? ¿Viste a alguien más en la casa? 

─No. Solamente estaba Bárbara y Alicia en el lugar. 

Paul veía a Linda como si ambos supieran algo que yo ignoraba.  

─¿Has pensado en la posibilidad de que el abuelo de Alicia le haya hecho daño? ─Dijo Paul. 

Sinceramente, no había pensado en esa opción, digo, ni siquiera era una opción para mí. El Señor Collins podía haber sido verdaderamente inhumano al ayudar a secuestrar a su propia nieta, pero no sería capaz de hacer semejante cosa, algo me decía que no. Aún así, en ese momento sentía una intranquilidad más grande que mi confianza en el Señor Collins debido a la locura que acababan de meter en mi cabeza.

─No creo que él lo haya hecho. ─Dije sin dudarlo. ─No ha sido él. 

─Él ayudó al secuestro de tu hija, según tú. ─Dijo Linda. 

El Fantasma de AliciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora