Capítulo 9

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Alexander

Fue en ese momento cuando sentí exactamente lo mismo que había sentido diecisiete años atrás, un odio indescriptible y una furia que quemaba mi ser como el mismo infierno. Sentí esas ganas insaciables de matar a esa persona que había arruinado parte de mi vida y ahora estaba acabando con mi vida completa.

Sí, Bárbara seguía con vida.

Roberto había llamado un par de semanas atrás.

—La vi Alexander, era ella. Lleva a tu hija a un lugar seguro, ella tiene los ojos en ti.

Cuando fuimos a la casa de mi madre fui a la casa en la que Bárbara solía vivir años atrás, parecía estar habitada, pero solamente me quedé en la puerta, no toqué el timbre, ni siquiera intenté averiguar si ella era la habitante de esa casa todavía, pero ella era astuta, ella seguía mi paso y sabía que yo llegaría cuando supiera de su existencia.

—Es bueno verte de nuevo, querido. —Dijo viéndome fijamente con esos ojos azules tan llenos de maldad. Eso me hizo recordar cuanto rencor y odio guardaba hacia Bárbara .

Solo el hecho de recordar que Alicia no estaba a mi lado por culpa de esa mujer, me convertía en una persona diferente, con un pensamiento lleno de maldad y odio, pero luego recordaba una de las últimas cosas que Alicia me había dicho: "No puedes dejar que el odio le gane al amor." Sin embargo, Bárbara estaba desafiando mis intentos de perdón y agotando mi paciencia.

—No pude esperar hasta las tres y media. —Dijo Lucas aún agotado e intentando recobrar el aliento. —Intenté llamarla, pero su celular esta apagado.

Debí matar a Bárbara cuando tuve la oportunidad, cuando iba a encontrarme con ella aquella última noche que hablé con Alicia, pero ella me hizo cambiar de opinión, su dulzura y amor contagiaban mi ser de paz y no de odio por la persona que más daño le ha hecho y le sigue haciendo a mi vida. Cuando escuché que habían encontrado su cuerpo cerca del lugar en donde solía vivir, todo evidenciaba que era Bárbara , confirmaron su nombre e incluso llevaron a cabo un funeral al cual pocas personas asistieron, pero debido a que el cuerpo estaba realmente en muy mal estado, no se llego a saber a ciencia cierta de quien era el cadaver encotrado. Como sea, yo había visto a Barbara con mis propios ojos aquel día.

—Deberías estar muerta. —Dije con la mandíbula apretada. Mis muelas dolían de tanto apretarlas, estaba guardando todo el odio que sentía por ella.

—¡Sorpresa, querido! Me tienes enfrente.

—¿Qué quieres?

—Te quiero a ti.

Me apresuré a llamar a Roberto, él conocía a un investigador muy profesional de quien me había platicado, e inmediatamente pensé en eso cuando supe que Bárbara seguía con vida. Me sentí un completo idiota por no proteger a mi hija como debía, había roto la promesa que le había hecho a Alicia de cuidar a nuestra hija más que a mi propia vida, de verdad estaba dispuesto a dar mi vida a cambio de que Alicia este bien, pero no consideraba eso como una opción, porque no podría soportar que mi hija siga su vida sin ninguno de sus padres, ya había pasado diecisiete años sin su madre, no permitiría que se sintiera más sola aún. Primero debía matar a Bárbara con mis propias manos.

Perdóname Alicia, por no poder mantener todas mis promesas.

Nos encontramos con Roberto en su casa mientras el investigador llegaba, lleve a Lucas conmigo ya que se rehusó a regresar a su hogar, quería estar seguro que Alicia estuviese bien. La esposa de Roberto nos ofreció algo de beber mientras esperabamos en la sala.

El Fantasma de AliciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora