Capítulo 7

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Sentía un nerviosismo parecido al que sentí el día que conocí a los padres de Alicia, fue un domingo y Alicia me invito a almorzar en su casa. Su mamá había preparado una parrillada y almorzamos juntos. Era la primera vez que conocía y me presentaba formalmente con los padres de una novia. Las chicas anteriores no habían provocado esa iniciativa en mi. Alicia provocaba todo en mi.

─Estoy nervioso.

─¿Por qué?

─Es la primera vez que hago esto.

─¿Hablas en serio? ─Preguntó ella sorprendida. Yo solamente asentí con la cabeza. 

Ella besó mi mejilla tiernamente.  

─Hace mucho que no sé de ti. ─Dijo con el ceño fruncido.  

─Sí, hace mucho que no vivo aquí. 

─¿Has venido solo? ─Preguntó él.

No sabía si decirle que su nieta estaba en el auto esperando por mí, eso sería despertar su curiosidad en ella, y corría el riesgo de que ellos quisieran quitarme a mi hija. 

─Sí, vine a visitar a mi madre. ─ Dije cerrando la tapa del tanque de gasolina. 

─Oh, me alegra escuchar eso. ─Hizo una pequeña pausa mientras me examinaba con la mirada. ─Han pasado muchos años.  

Sentía un dolor ardiente en el pecho. Estaba hablando con el padre del amor de mi vida, ni siquiera podía sostener su mirada, me sentía avergonzado por como se habían dado las cosas en aquel tiempo. Ellos probablemente tenían un mal concepto de mi persona, digo, encontraron toda la evidencia de que Alicia y yo no solamente nos dimos besos mientras eramos novios. 

─Lo sé. ─Fui capaz de decir nada más.  ─Todo ha sido muy difícil. 

─Dímelo a mí, perder a mi pequeña, a mi única hija a los diecisiete años.  ¿Puedes imaginarte eso? 

¡Claro que podía imaginarlo, carajo! Claro que lo que más me dolería en la vida sería perder a mi mundo entero, a mi hija. Y estaba a punto de pasar. 

─Sí Señor Collins, lo sé perfectamente. 

─Me gustaría platicar contigo en otra ocasión Alexander. ─Dijo mientras sacaba una tarjeta de su bolsillo. ─Llámame. 

¿Por qué lo llamaría? ¿Para exponer mi estabilidad con  mi hija? ¡No gracias! Como sea, recibí la tarjeta que me ofrecía en donde estaba escrito su nombre "Aleph Collins" seguido de su número telefónico. 

─Claro, lo haré. ─Dije tratando de no sonar sarcástico. ─Fue un gusto verlo señor. 

Estaba dispuesto a subir al auto e irme de ese lugar lo más pronto posible. 

─Espera Alexander. ─Dijo a mis espaldas. 

Yo volteé. 

─Dígame... 

─Espero conocer a mi nieta la próxima vez. ─Dijo con una media sonrisa. ─Mi esposa y yo ansiamos verla. 

¿Qué? ¿Estaba hablando en serio? ¡Joder! Hace diecisiete años no opinaron lo mismo, cuando los llamé suplicando que me ayudaran, lo único que hicieron fue colgar la llamada. Esto no podía ser más irónico. Sentí una punzada en el estómago, tan fuerte que pude sentir mi sangre hervir. 

─Claro. Nos vemos. 


Alicia

 Al llegar a casa, Lucas estaba sentado en el porche de mi hogar. Salté del auto a recibirlo con un abrazo. 

El Fantasma de AliciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora