— entonces... ¿qué somos? —. cuestionó, viéndome atentamente.
e ahí la pregunta esperada, ¿qué eramos?; ¿novios? ¿amigos con tratos diferentes?, ¿qué? no tengo idea.
— ¿lo que siempre hemos sido, no? —. contesté en impulso.
— ¿no sientes nada por mi, verdad? —. podría hacerlo si dejara de amar a vic.
— tal vez —. respondí en cambio.
— es... ¿es enserio, kellin? no juegues conmigo.
— de verdad —. sonreí a su dirección y me acerque para quedar a pocos centímetros de él.
— ¡me has alegrado el puto día! —. exclamó felizmente, antes de empujarse hacia mis labios y escalar poco a poco sobre mi.
correcto o incorrecto, ya estaba echo.