Capítulo 2: Petición

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Pay sentía su molestia crecer con cada paso que daba Mellias aun con una sonrisa en su rostro, era de conocimiento general que el segundo rey tenía por costumbre ignorar las miradas de otros; pero en esta situación sentía que se burlaba de él, ni siquiera estaba ocultando su presencia y aun así seguía actuando como si no estuviera detrás ...

Los tritones jóvenes desconocían del poder oculto de Mellias ..., pero Pay ... tras leer tantos documentos oficiales , termino por descubrir el "pequeño" secreto del retraído rey...

Enfrentar a la encarnación de la destrucción sin duda calificaba como algo estúpido... ni siquiera era bueno con armas a corta distancia... y ambos tenían una gran diferencia de fuerza... todas las desventajas eran para él.

Se detuvo, aun furioso consigo mismo, en el nivel que tenía no era rival para Mellias, pero podía buscar otros métodos, sin necesidad de enfrentarlo directamente...

- No tiene sentido seguir tras él en este momento...

Tras esa corta frase, Pay decidió dar media vuelta y dejarlo.

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Pronto la charla con mis compañeros se trasladó a la cena y finalmente exhaustos del día, decidieron dormir. Al día siguiente, por la tarde , tendríamos un banquete, junto a todas las guardias , como culminación de la postulación en la milicia y se nos unirían los demás postulantes. No teníamos ninguna obligación por la mañana así que era libre de hacer lo que quisiera hasta el mediodía, sin embargo no podía relajarme, veía la cama vacía a mi lado y pensaba en como estaría Lillest, no servía de nada lamentarme.

- "Mañana por la mañana lo iré a visitar.."

Eso pensaba, sin embargo cuando estaba por cerrar los ojos, escuche unos claros "llantos" en medio de la noche.

- .................. "No es nada me lo estoy imaginando..." – Los lamentos, eran rugidos suaves, largos capaces de conmover a cualquiera y... dejarlo sin dormir. – Mmmm... - Rodé en mi cama. – ¡Ash...! - Me senté y le pase la voz a Lukha que dormía al lado de Lillest. – Hey...¿Escuchas eso?

- ¿Hm..? – Me miro adormilado - ¿Escuchar qué? – Un rugido lamentable volvió a sonar.

- ¡Eso! – Le susurre.

- No escucho nada... - Se acomodó más en su cama.

- Entonces si es Lefkó... - Fruncí el ceño. – Blest tenía razón...es un cachorro... - Me levante perezosamente, pues ya tenía algo de sueño, dirigiéndome a la puerta.

Al dirigirme a las escaleras pase por la habitación del capitán, quien me miro desconfiadamente.

- ¿A dónde vas? – Me sujeto de la manga de mi clásico vestido blanco que hacía de mis pijamas .

- A lograr hacer dormir al dragón... – Respondí con voz baja. – Probablemente este asustado... es de noche... y esta solo...

- ....... – Soltó un suspiro y me dejo ir – Tienes mi permiso, ve...

- Gracias... - Asentí cansada y salí de la torre rumbo al salón del emperador para tomar el atajo.

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Retorno - Libro II - Humanos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora