Capítulo 16. "Visitas"

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Detuve a tiempo a Lefkó al reconocer a Melkor, aun no salía de mi sorpresa... ¿Cómo es que él estaba ahí....?

- ¿Lo conoces...? - Lefkó me miro desconfiado.

- Shhhh shhh... - Lo palmee suavemente – Cálmate... si lo conozco, ¿No lo recuerdas...? Él estuvo el día que partimos de la capital...

- Oh... - Lo miro con atención y se acercó a olfatearlo. – Es un aroma familiar... aunque no lo recuerdo.

- Veo que su dragón sigue a su lado. – Rio. - ¿Puedo preguntar cómo es que encontró mi residencia...?

- Lo mire asombrada. - ¿Esta es su casa...?

- Sí. – Rio nuevamente. - ¿Recuerda..? Le dije que me buscara si algo sucedía.

- Yo... - Sonreí algo apenada. – No vine por eso... siendo sincera no recuerdo como llegue aquí.... ... digamos que no controlo del todo mi cuerpo ahora... - Acaricie a Lefkó. – Si no fuera por este muchacho, no sabría donde terminaría cuando despertara.

- Vaya... entonces, insisto, necesita descansar, estar en un campo... no es algo muy digno y perder su estado consiente, no es algo común , Princesa.

Iba a negarme... pero realmente estaba cansada y Lefkó también.

- Gracias, Melkor...

Me mostro una de sus sonrisa amables y nos guio hasta su residencia.

Al llegar me asombre del tamaño del edificio, era de varios pisos, muy amplia y elegante, exquisitas arquitectura era más árabe , que china , como en la capital...

- ¡Padre!

Al abrir la puerta, tres féminas jóvenes y bellas nadaron hacia él.

- Saliste a medio día y dijiste que volverías pronto.

- ¿Nuevamente estabas en los campos?

Melkor rio y las calmo tranquilamente.

- Escuche un rugido y me pareció algo peculiar... así que me quede a investigar... y encontré a nuestros invitados. – Se hizo a un lado para invitarnos a pasar.

Yo solo sonreí algo nerviosa y di una corta venia, no había visto féminas en mucho tiempo y por algún motivo me sentía algo inquieta.

- Oh pobre, ¿Cómo puedes estar vestida así...? – Una de ellas se acercó para abrazarme, pero pego un grito cuando vio a Lefkó detrás de mí. - ¡Dragón! Un coro de gritos acompaño el nombre.

- Oh, no..no – Me apresure. – Lefkó no les hará daño ... el viene conmigo. – Lo acaricie para calmarlo, pues a Lefkó le inquietaban mucho los gritos, y le pedí si podía tomar su forma de tritón, de esa forma evitaríamos más problemas. – Melkor... disculpa que te moleste, pero... ¿Podrías prestarme su capa..?

- Oh.. – Rio - ¿Se siente avergonzada? – Me lo ofreció sin dudar.

- No es para mí... es para él... - Dije cuando Lefkó tomo su forma de tritón, frente a sus ojos; rápidamente lo cubrí.

- ..... – Lefkó hizo un gesto de inconformidad, luego tomo mi mano; después de todo... Lefkó tampoco estaba acostumbrado a tantos tritones juntos.

- No importunaremos mucho... solo queremos descansar un poco... - Dije finalmente pasando al amplio e iluminado recibidor .

- No se preocupen. – Melkor parecía de muy buen humor, por otro lado sus hijas miraban sorprendidas a Lefkó.

Retorno - Libro II - Humanos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora