Detuve a tiempo a Lefkó al reconocer a Melkor, aun no salía de mi sorpresa... ¿Cómo es que él estaba ahí....?
- ¿Lo conoces...? - Lefkó me miro desconfiado.
- Shhhh shhh... - Lo palmee suavemente – Cálmate... si lo conozco, ¿No lo recuerdas...? Él estuvo el día que partimos de la capital...
- Oh... - Lo miro con atención y se acercó a olfatearlo. – Es un aroma familiar... aunque no lo recuerdo.
- Veo que su dragón sigue a su lado. – Rio. - ¿Puedo preguntar cómo es que encontró mi residencia...?
- Lo mire asombrada. - ¿Esta es su casa...?
- Sí. – Rio nuevamente. - ¿Recuerda..? Le dije que me buscara si algo sucedía.
- Yo... - Sonreí algo apenada. – No vine por eso... siendo sincera no recuerdo como llegue aquí.... ... digamos que no controlo del todo mi cuerpo ahora... - Acaricie a Lefkó. – Si no fuera por este muchacho, no sabría donde terminaría cuando despertara.
- Vaya... entonces, insisto, necesita descansar, estar en un campo... no es algo muy digno y perder su estado consiente, no es algo común , Princesa.
Iba a negarme... pero realmente estaba cansada y Lefkó también.
- Gracias, Melkor...
Me mostro una de sus sonrisa amables y nos guio hasta su residencia.
Al llegar me asombre del tamaño del edificio, era de varios pisos, muy amplia y elegante, exquisitas arquitectura era más árabe , que china , como en la capital...
- ¡Padre!
Al abrir la puerta, tres féminas jóvenes y bellas nadaron hacia él.
- Saliste a medio día y dijiste que volverías pronto.
- ¿Nuevamente estabas en los campos?
Melkor rio y las calmo tranquilamente.
- Escuche un rugido y me pareció algo peculiar... así que me quede a investigar... y encontré a nuestros invitados. – Se hizo a un lado para invitarnos a pasar.
Yo solo sonreí algo nerviosa y di una corta venia, no había visto féminas en mucho tiempo y por algún motivo me sentía algo inquieta.
- Oh pobre, ¿Cómo puedes estar vestida así...? – Una de ellas se acercó para abrazarme, pero pego un grito cuando vio a Lefkó detrás de mí. - ¡Dragón! Un coro de gritos acompaño el nombre.
- Oh, no..no – Me apresure. – Lefkó no les hará daño ... el viene conmigo. – Lo acaricie para calmarlo, pues a Lefkó le inquietaban mucho los gritos, y le pedí si podía tomar su forma de tritón, de esa forma evitaríamos más problemas. – Melkor... disculpa que te moleste, pero... ¿Podrías prestarme su capa..?
- Oh.. – Rio - ¿Se siente avergonzada? – Me lo ofreció sin dudar.
- No es para mí... es para él... - Dije cuando Lefkó tomo su forma de tritón, frente a sus ojos; rápidamente lo cubrí.
- ..... – Lefkó hizo un gesto de inconformidad, luego tomo mi mano; después de todo... Lefkó tampoco estaba acostumbrado a tantos tritones juntos.
- No importunaremos mucho... solo queremos descansar un poco... - Dije finalmente pasando al amplio e iluminado recibidor .
- No se preocupen. – Melkor parecía de muy buen humor, por otro lado sus hijas miraban sorprendidas a Lefkó.
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Retorno - Libro II - Humanos.
RandomContinuación de "Origen" Libro I - Tritones - ¿Todo fue un sueño...? ....Eso...tiene que ser mentira...