Mellias la había visto regresar al palacio cuando "huyo" de él, pero tras ir por ella le perdió el rastro, la había sentido un momento, pero su energía se esfumo... aquello lo desespero aún más, no daba con ella en ninguna parte del palacio, cuando estaba por estallar volvió a sentirla, pero estaba en la ciudad...lejos..
¿Cómo podía desaparecer así?
Sabía que su presencia era exageradamente liviana al punto de ser imperceptible para la mayoría... pero estaba ahí... y en los meses de su estadía con ellos, era cada vez más clara... Entonces... ¿Cómo..?
Ya no importaba, ... le debía una explicación...
- Aun no puedes irte....
Nado con prisa hacia las puertas, no recordaba alguna vez haber salido del palacio sin escolta... y siendo sincero había pasado un par de siglos desde la última vez que lo había hecho..., no era tiempo para dudar.
- ¡Excelencia! – Los guardias de las puertas del palacio se alarmaron al verlo salir, ¿Dónde están sus guardias...?
- Tengo prisa. – Los paso de largo
- ¡Ahh, si el emperador se entera que el segundo rey ha salido a la ciudad estaremos en problemas! – Dijo uno de los soldados, al ver que Mellias los dejaba.
- Qué más da... tendremos que ir nosotros, sus guardias demoran... - Empujo a su compañero y miro a los otros dos. - ¡Ustedes quédense, iremos con él!
Mellias no los noto, buscaba la presencia de ella, en medio de toda la ciudad. Por fin descubrió que estaba en el desembarcadero, tomo más prisa, pero ...
Desde que ella se había alejado se sentía mal.... Un dolor indescriptible no dejaba su pecho, pero aumentaba... agobiándolo, le restaba importancia, sin embargo no funciono.
Cuando quiso seguir avanzando sintió su cuerpo "apagarse" y antes de siquiera tener oportunidad de hacer algo, perdió el conocimiento, solo escucho las voces de los ciudadanos alrededor asustarse.
- ¡Excelencia! – Los guardias lo vieron en el suelo, ni siquiera flotaba.
- Por las fauces de un tiburón, ¿Qué ha sucedido?! – Grito el otro, buscando explicaciones de la gente a su alrededor, pero ellos solo negaban con la cabeza confundidos y decían que lo vieron desvanecerse repentinamente.
- ¿Cómo vamos a explicar esto en el palacio..? – Dijo nervioso el primer guardia cargando a Mellias como podía.
- El emperador nos exiliara por haberlo expuesto... - Murmuro el otro. – No sabía que su Excelencia era "frágil..." – Lo ayudo a llevar a Mellias. – Quizás por eso no sale nunca del palacio...
- No creo que sea eso... - Siguió el otro. – El segundo rey, jamás a parecido enfermo... algo debe haber sucedido... Estaba muy inquieto cuando salió.
- Apresurémonos, no sabemos que podría pasar si demoramos...
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Estaba en una profunda oscuridad, cálida... por lo menos ahí estaba a salvo del dolor...y la tristeza..., me empezaba a gustar.
Era cómodo y seguro...
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Retorno - Libro II - Humanos.
RandomContinuación de "Origen" Libro I - Tritones - ¿Todo fue un sueño...? ....Eso...tiene que ser mentira...