Lucy
Caminaba junto a Benjamín por el gran pasillo de aquel centro comercial para darle una vestimenta más presentable, porque se los aseguro que parece un sicario con su ropa.
Él parecía disfrutar pisarme los talones de los pies, cosa que casi me saca de mis casillas, pero he contado hasta 10 para mantener la calma, no voy a caer en su juego. Maldito primate.
—Oye, princesita ¿A dónde vamos? Hemos pasado más de quinientas tiendas de trajes caros y de gala ¿Los choferes no utilizan eso? —pregunta despeinándome.
—Déjame de una vez por todas. Si no es pisando mis talones es despeinándome, deja de fastidiar. Samantha viene en 10 minutos para ayudarme contigo—digo pasando mis manos en mi cabeza.
—¿Soy mucho trabajo para ti? —sonríe de una manera fastidiosa.
—Solo, cállate de una vez.
—Oye, tengo hambre, ¿Qué tal si te invito una hamburguesa? Para que veas que no soy tan malo—dice sonriendo más.
—No como hamburguesas—digo con desagrado.
—Oh discúlpenla, la princesa no come comida chatarra—dice dramatizando todo.
—Soy vegetariana, idiota.
—¿No te aburres de comer verduras? —pregunta despeinándome otra vez. Juro que si sigue haciendo eso le daré una patada entre sus piernas.
—¿No te cansas de comer grasa?
—La grasa es sabrosa, la carne es exquisita y la pizza es gloriosa—dice con una expresión de pasión.
—No como pizza.
—¿De qué planeta vienes? ¿Acaso no eres humana?
En ese momento Sam aparece con el pequeño Sean, me han salvado de aquella conversación con Benjamín, de verdad que no lo soporto, es tan fastidioso.
—¡Con diamantes! —grita Sean dejando de tomar a su madre de la mano para ir corriendo a mí.
—Hola, mi amor—digo abrazando a mi sobrino—¿Cómo está el niño más guapo de todos? —el sonrió y me da un beso en la mejilla.
—Hola—Sam me saludar, la tomo de la muñeca y me alejo un poco de Benjamín para que no me escuche.
—Hola, necesito tu ayuda, quiero que acompañes a mi nuevo chofer a comprarse trajes nuevos, yo necesito comprarle otras cosas—digo en forma de suplica.
—¿Por qué tengo la sensación de que quieres mi aprobación para que él sea tu chofer? —me mira de una manera coqueta haciendo que mis mejillas se sonrojaran—Que tierna.
—Solo quiero que me ayudes en eso.
—Tú tranquila, yo me hago cargo de él, y tú no te vayas tan lejos—dice apuntándome con su dedo índice.
Benjamín
Miro aquel niño mocoso que se queda observándose con su cara de inocencia, es interesante que tengo que convivir con la familia Robertson solo siendo un chofer, eso no estaba en mi contrato. Aquello no me agradaba, no pienso quedarme mucho tiempo en la ciudad para establecer una amistad con estas personas.
—Niño—balbucea aquel niño.
—Hola—le respondo seriamente, él dejó de sonreír, no, va a llorar y mis sospechas eran ciertas, el idiota llora como si le he hecho daño.
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Aceptando el amor ©
RomanceLucy Robertson es la única Robertson en tener la vida perfecta o eso pensaba, pero lo que no pensaba es que conocer a Benjamín Green le cambiaría la vida por completo y que desde ese momento se ha dado cuenta de que su vida no era tan perfecta como...