Capítulo 39-Lucy en el cielo...

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Lucy

Durante estas dos semanas sin Kate el hospital ha estado silencioso, muchos compañeros se había alegrado, supongamos que Kate no es muy amada por algunos cuantos de por aquí. Pero lo que quiero decir es que nuestro cuarteto ahora se siente vacío, Kate tenía la habilidad de ponernos de buen humor en tan solo unos minutos.

Pero también tengo buenas noticias, lo pondré como ejemplo, Jane abrirá una farmacia, ella junto a Jiwoo han decidido hacer un negocio juntos. Amy con todos sus ahorros compró una biblioteca que estaba a punto de cerrar, ella ha estado hablando con un supuesto amigo para levantarla juntos. Kate está haciendo una especialización en San Francisco, y yo... bueno pues he decidido conseguir mi consultorio y dedicarme solamente en la pediatría. Desde que entré a este hospital siempre he querido mi propio consultorio con mis propios pacientes. Me encantan los niños y no me pasé todos estos años estudiando para ser una simple doctora de emergencias.

Caminé por la acera para poder encontrarme con Benjamín, ambos hemos decidido comer juntos. También lo tengo muy pendiente, desde que lo encontré llorando en su apartamento algo me dice que está mal. Ha estado callado, ya no es el Ben contento y carismático que conozco.

Entré al restaurante y miré a Ben desde lejos, caminé hasta encontrarme delante de él. Me senté en la silla, el rostro de Ben era un retrato de infelicidad, sentí un gran dolor en mi pecho al verlo así.

—Hola—digo acariciando su mejilla—¿Mucho trabajo?

—Sí, no sabes cuánto. Oye, he pedido la comida, espero que no te moleste.

—No, no hay problema, me he retrasado un poco por una junta.

—¿Los doctores toman juntas? —pregunta con una sonrisa burlona. Oh ha sonreído.

—Están considerando mi propuesta de abrir un nuevo consultorio. Si me lo aprueban quiere decir que cumpliré mis sueños—digo sonriendo.

—Tus sueños—dice mirando a otro lado. Con tan solo ese gesto estuvo suficiente como para romperme el corazón... ¿acaso no le alegra escuchar aquello? Bajé mi mirada.

—Has estado muy raro últimamente. ¿Me puedes decir que tienes?

—Nada en especial, Con diamantes. ¿Cuéntame más sobre lo del consultorio?

Iba a ignorar la pregunta, pero realmente quería decirle a Ben mis planes, mis metas, por lo que le dice con todo y detalles de lo que quiero, de mis metas.

—Luego de tener tu consultorio ¿Qué vas a querer? ¿Una casa nueva? ¿Un vestido? —pregunta con sarcasmo.

—Un esposo—digo mirándolo a los ojos. Él me miró sorprendido, oh pensé en voz alta. Mis mejillas se sonrojaron al instante.

—Vaya indirecta, Con diamantes.

—Bueno, eso lo tengo para un futuro. Digo, quiero casarme y tener hijos, una buena casa, lo cliché de toda una mujer—digo sonriendo un poco—Y como estoy con el hombre que amo—digo tomándole la mano a Benjamín—A ver ¿No deseas formar una familia?

—Claro, no le veo lo malo—dice con un poco de nostalgia.

—Tu rostro no me dice eso—digo suavemente—Eres muy expresivo, puedo darme cuenta cuando estás molesto o cuando estás triste, y la verdad llevas días así. ¿Qué diablos te pasa? Dime para poder ayudarte.

—Hablaremos eso en la noche—dice por fin, oh me dirá como se siente.

—Bien, me parece justo.

Mi comida consistió de una ensalada de papas con un rico guiso de cebollas, tomates y lentejas, mientras la de Ben fue un filete asado con papas fritas. Mucha diferencia ¿no creen?

Aceptando el amor ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora