Lucy
No hay nada como ver una película de acción mientras bebes chocolate caliente desde el sofá. Hoy es mi día libre y en vista de que ha estado lloviendo desde la madrugada me ha dado ganas de quedarme aquí tranquilamente.
Escucho como tocan la puerta, que fastidio, vienen a interrumpir mi paz. Me levanto del sofá y abro la puerta, maldición, tenía que preguntar antes, el idiota de Ben me miró con una sonrisa.
—Bonitas piernas, Con diamantes, se ven espectaculares—dice entrando sin permiso, pude fijarme que llevaba puesto un abrigo negro junto con una bufanda azul y unos pantalones vaqueros, oh se ve decente. Su nariz estaba roja por el frio y se veía un poco pálido.
—Nadie dijo que podías pasar—digo cerrando la puerta—¿Qué te trae por aquí, te envié un mensaje diciéndote que no quería de tus servicios por hoy.
Él se quedó callado mientras se sentaba en el sofá, como odio que se crea el dueño de la casa. Pone sus asquerosos pies arriba de la mesita, oh no, eso sí que no.
—Baja tus mugrosos pies de allí, esa mesa tiene una madera totalmente delicada, no quiero que caiga agua en ella—digo sentándome a su lado.
Él bajó sus pies y luego me miró con una sonrisa, ¿desde cuándo es obediente?
Me quedé callada y seguí disfrutando la película, no iba a mirar todos los movimientos de Ben, no iba a permitir que me arruinara mi día libre.
Estoy en mi casa, pero teniendo aquí a Ben me da la necesidad de ponerme algo más abrigado, pues solo llevaba una blusa de tiros y un pantalón súper corto. Me levanté nuevamente del sofá y me dirige a la habitación. Busqué un pantalón de algodón y me puse una sudadera negra, me arreglé un poco el pelo y ... ¿Qué diablos estoy haciendo? Estoy en mi casa, no tengo que arreglarme el pelo solo porque Ben esté aquí.
Vuelvo a la sala de estar y veo que Ben está en la cocina, lo que me faltaba, voy directamente a la cocina.
—¿Qué haces aquí?
—Lucy, que más haría alguien en una cocina—dice abriendo mi refrigerador—Oye, lamento lo de ayer, ya sabes, mi acto imprudente en el elevador. Estaba fuera de control—dice como si se tratara algo insignificante.
—¿Crees que con venir aquí, comer mi comida y pedirme disculpa es suficiente? —pregunto molesta—No se trata de eso Ben, ¿Por qué no tomas las cosas enserio? ¿Por qué siempre crees que tienes la razón en algo?
—¿No tengo la razón? Lucy, lo disfrutaba, tú me seguiste el maldito beso, no sé porque diablos te pido disculpas si tú eras la que pedía más, a lo mejor no me lo dijiste, pero tu cuerpo si lo hizo y lo sabes—dice alterado también.
—No quiero estar contigo, entiéndelo, Benjamín, no me interesas—digo mirándolo a los ojos.
—¿Por qué soy pobre?
—Porque no estás a mi altura y porque no me gustas ni en lo más mínimo—digo seriamente.
Benjamín
Miré a Lucy, quien me miraba seriamente, aquella conversación ha terminado como una discusión y el lastimado resultó siendo yo.
Bajé mi cabeza mirando mis manos, mierda, no demuestres signo de dolor, Ben, di algo, sigue discutiendo, sigue fastidiándola.
—¿Y qué es estar a tu altura? ¿Ser un abusador como Erick? O ¿Un idiota como el ginecólogo? —digo mirándola a los ojos.
—¿Cuál es tu problema? ¿Desde cuando haces comparaciones? ¿Qué te está pasando Ben? No eres así.
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Aceptando el amor ©
RomantizmLucy Robertson es la única Robertson en tener la vida perfecta o eso pensaba, pero lo que no pensaba es que conocer a Benjamín Green le cambiaría la vida por completo y que desde ese momento se ha dado cuenta de que su vida no era tan perfecta como...