Benjamín
Abrí lentamente los ojos y me encontré con el rostro angelical de Lucy, se veía tan hermosa mientras dormía que hasta temía de hacer algún movimiento y sacarla de esa increíble paz interior que llevaba. Anoche los dos estuvimos unidos, hicimos el amor y estoy seguro que eso la había dejado abatida. Miré a mí alrededor y me fijé que el sol todavía no había salido del todo, por lo que deduje que ya era las 6 de la mañana.
Me moví un poco, pero los ojos somnolientos de Lucy se abrieron dejándome ver su confusión en su cara, luego embozó una tímida sonrisa que me apretó un montón el corazón.
—Buenos días—digo con la voz quebrada.
—Hola—dice Lucy sonriendo aun más—¿Qué hora es?
—Creo que son las 6.
Lucy se acercó a mí dejándome saber que quería acostarse en mi pecho, por lo que me puse boca arriba dejando libre mi pecho para mi chica. Lucy no lo pensó dos veces y uso de almohada mi pecho subiendo también su pie al mío, aquella imagen era genial verla desde el espejo del techo. Abracé a Lucy por la cintura y sonreí un poco.
—¿A qué hora es el recorrido? —pregunto dándole un beso en la frente.
—A las 7:30—dice dándome un beso en el pecho.
—Bueno, pues tenemos tiempo para lo que estoy pensando—digo subiéndome de un pronto arriba de mi chica. Ella rió y los dos nos perdimos en un apasionado beso sin fin.
Miraba como Lucy relucía en aquel pantalón corto dejando ver esas hermosas piernas, aquellas piernas que he probado esta mañana. Ambos estábamos con energía para enfrentar el día y sus amigas se habían percatado de ello por la forma cariñosa en la que Lucy yo nos tratábamos. Ahora había más intimidad en las conversaciones, en la mirada, en todo. La relación entre nosotros va aumentando y todo por haber hecho el amor.
Jane se acercó a mí con una sonrisa y se sentó a mi lado.
—No has parado de verla—dice mirando a Lucy, quien ahora estaba intentando comunicarse con su familia—Supongo que por la forma que se miran ahora hubo más que besos—dice sonrientemente.
—La amo, Jane. La amo tanto, ella es especial, su sonrisa, su mirada, su forma de besar, nunca he conocido a alguien tan especial como ella y es mía, toda esa mujer es mía. Anoche lo comprobé.
—Oh vaya—dice Jane mirándome—Ustedes dos realmente están enamorados.
Luego de hablar todos nos fuimos a la excursión que teníamos. Todo fue como lo planificamos, bebidas, lugares históricos, comida típica, intentar bailar algún paso de aquel baile típico de Cuba. Todo era fabuloso, hasta que llegó la hora de quedarme solo. Pues Lucy y las chicas tenían que ir a la feria esa de doctores.
Estaba sentado en la cama viendo como Lucy se ponía un hermoso vestido de color azul. Ese color le sienta bien, era elegante y Lucy era muy sexy.
—¿Qué tanto miras? —pregunta Lucy con una sonrisa.
—Me encantas—digo mirando mis manos, si fuera algo mejor que un simple empleado a lo mejor pudiera relucir e ir con ella en aquella feria.
—¿Estás seguro que no quieres ir? —pregunta acercándose a mí y sentándose en mis piernas—Será divertido.
—No, no quiero ser una molestia—digo mirándola a los ojos.
—Nunca serías una molestia—dice acariciando suavemente mi mejilla con sus pulgares—Creo que harías que mi noche no fuera tan aburrida.
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Aceptando el amor ©
RomanceLucy Robertson es la única Robertson en tener la vida perfecta o eso pensaba, pero lo que no pensaba es que conocer a Benjamín Green le cambiaría la vida por completo y que desde ese momento se ha dado cuenta de que su vida no era tan perfecta como...