Lucy
Veía como el Fumador se retorcía de dolor, el muy buen idiota pensó que al besarme yo me tranquilizaría, oh eso me molestó aún más. Tanto así que me atreví a darle una patada donde más le duele, aquel acto de salvajismo no era propio en mí, pero viendo la situación en la que nos encontrábamos no pude contenerme.
Ben se levantó como pudo y me miró a los ojos, su mirada era diferente, no representable molestia. Vamos, acabo de casi dejarlo sin descendencia y él no estaba molesto.
—Lo admito, besarte no fue una buena idea. Lucy, es que necesitaba disculparme de contigo, no quiero que dejemos de ser amigos, es verdad. Sé que fui yo el que metió la pata diciéndote esas estupideces, pero tienes que entender que no estaba de buen humor y creo que es por eso que te hable muy mal. Lo siento, Con diamantes, realmente necesito volver a ser tu amigo porque eso me hace sentir bien. Con tu compañía no me siento solo—miró su sinceridad en sus ojos, pero hay otra cosa más, siento que él quiere decirme algo más, sus ojos me lo dicen.
—¿Por qué cada vez que hablo con el Dr. Morrison tu siempre tienes que intervenir? ¿Por qué te molesta tanto?
—Porque tengo miedo de que te vuelvan hacer daño, por favor Lucy, acabas de terminar con ese idiota de Erick.
—Lo de Erick fue hace 7 meses y yo merezco conocer a más personas, Ben—ambos nos quedamos callados, luego él dio un suspiro y sonrió a medias ¿qué pretendía hacer con esa sonrisa?
Luego las chicas llegaron a nosotros corriendo, Kate se acercó a Ben y le dio un puñetazo en la cara, ay Kate, ¡Ben se estaba disculpando!
Ben cierra los ojos y luego pasa su mano por sus labios para ver el sangrado que le causó mi mejor amiga. Él me mira y luego se da media vuelta para caminar hacia donde se encontraban unos taxistas.
—Demonios, eso me dolió—se queja Kate mientras miraba sus manos—Creo que tengo una lección en la muñeca.
—Idiota, él se estaba disculpando conmigo, no debiste golpearlo—digo dándole un golpe en la cabeza.
—Y yo que iba a saber, cuando vi que te llevaba como si fueras un trapo me molesté—dice encogiéndose de hombros—¿Y por qué no lo sigues y hablan? Creo que los dos lo necesitan... entiendes, comunicación—dice moviendo las manos.
Miré como Ben seguía caminado, no dije nada y comencé a caminar. Lucy Robertson caminando por estos sitios, que novedad. Adelanté el paso y escuchaba como Ben murmuraba groserías.
—Oye, Fumador ¿Puedes caminar más despacio? Tengo tacones—digo mientras él se detiene y me mira—Lamento por lo de Kate, ella hace cosas sin pensar—digo mirando hacia donde se encontraban las chicas, quienes nos estaban mirando.
—No hay problema, ¿No deberías regresarte con ellas? Estoy caminando y pensando sobre mi vida, así que preferiría estar solo.
—¿Realmente quieres que volvamos a ser amigos con esa actitud? —él no dice nada y sigue caminando, sin decir nada, hijo de puta.
Me quedé parada, como una tonta viendo como él se alejaba de mí, ¿Qué le está pasando? Benjamín no es así, claro que no es así.
Benjamín
Maldita Kate, me golpeó tan duro y Lucy...ah esa Lucy casi me deja sin alma. Las mujeres son tan complicadas, ya entiendo porque no tengo novia. Ya eran las 2 de la madrugada y yo seguía caminado, así que decidí irme a casa.
Tomé un taxi directo a casa, al fin voy a casa, a descansar...de pronto mi celular vibra, cuando veo que es un mensaje de mi padre... ¿Qué quiere?
Cuando leo el mensaje mi pulso se aceleró, el mensaje decía Te dejé una caja con recuerdos de tu madre frente a tu apartamento... Y sé dónde vives y para quien trabajas, no puedo creer que estés haciendo eso.
¿A qué se refiere con que no puede creer lo que estoy haciendo? Pero no debo de darle importancia a esto, claro que no, sino al paquete que me ha enviado. Le indiqué al taxista donde vivía y este condujo más rápido.
Al terminar de pagarle al taxi, entré al edificio y subí las escaleras rápidamente, luego cuando llegué al cuarto piso pude fijarme que había una caja mediana frente a la puerta de mi apartamento, corrí hacia llegar a ella, la tomé y entré a mi apartamento.
Me senté en el sofá y comencé a abrir la caja, de pronto vi cosas de mamá, oh por Dios... Allí había cartas, había un abrigo, fotos y una cajita con sus prendas, era mucho para mí. Mi corazón no pudo más y dejé escapar todo lo que sentía. Las lágrimas recorrían mis mejillas, he intentado encontrarla, la he buscado tanto, a ella y a mi hermano y aun no los encuentro. No puedo formar una nueva vida si ella no está a mi lado, simplemente no puedo encontrarla.
Estaba tan roto que necesitaba ver a alguien, necesitaba consuelo, de quien sea, pero necesitaba a alguien quien me diga que todo estará bien. Tomé la llave del auto de Lucy y salí de mi apartamento con mi corazón destrozado.
Entré al auto y rompí en llanto otra vez, me sentía impotente al no poder encontrarla, al no poder abrazarla, al no volver a verla. Quería a mi madre cerca de mí, la necesitaba, realmente la necesitaba.
Conduje hacia la casa de Lucy, salí del auto y me dirige rápidamente hacia allá, toqué la puerta una y otra vez, pero no recibo respuesta. Al parecer no se encontraba, me di la vuelta para irme, pero de pronto siento como la puerta se abre, miré hacia atrás y allí se encontraba Lucy con una mirada somnolienta.
—¿Qué haces aquí a las 3 de la madrugada? —pregunta con la voz media quebrada. Me acerco a ella y la abrazo escondiendo mi rostro en su cuello—¿Qué pasa, Ben? ¿Estás bien?
—No—digo en un susurro, me sentía muy mal, realmente me sentía con ganas de llorar, de gritar, de buscar a mi padre y golpearlo hasta que me diga donde se encuentra mi madre.
—¿Qué tienes? ¿Te duele algo? ¿Necesitas que te haga una revisión? —pregunta preocupada, oh Con diamantes, si mi dolor tuviera cura en estos momentos fuera un éxito.
—No se trata de mi salud—digo aun abrazándola y ocultando mi rostro en su cuello, huele tan bien, era una fragancia de coco con vainilla, una buena combinación en Lucy—¿Puedo entrar?
—Claro.
Ambos nos separamos lentamente, ella me miró a los ojos y se quedó pensativa, di un paso hacia adelante para entrar, cuando entré me senté en el sofá y miré mis manos. Lucy se puso delante de mí y me miró con preocupación.
—¿Quieres algo de beber? —pregunta. Yo negué moviendo mi cabeza de un lado a otro. Lucy se sienta a mi lado, luego ella con sus dos manos toma mi cara para verme a los ojos, su mirada buscaba alguna respuesta y creo que eso fue lo que me hizo llorar delante de ella. Ella no dijo nada y me abrazó, sin necesidad de ninguna explicación, simplemente me abrazaba.
—Gracias...
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Aceptando el amor ©
Roman d'amourLucy Robertson es la única Robertson en tener la vida perfecta o eso pensaba, pero lo que no pensaba es que conocer a Benjamín Green le cambiaría la vida por completo y que desde ese momento se ha dado cuenta de que su vida no era tan perfecta como...