Especial: La Propuesta

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Verla con aquellos ojos cerrados me daba la motivación para amarla más y más cada día de mi vida. Su rostro relajado, su respiración era suave y se veía muy hermosa en aquel estado.

El frío era terriblemente rico, la cama era nuestra fuente de calor y estar frente a frente era lo más delicioso que me ha dado esta mañana para iniciar un día de labor.

Pronto, con delicadeza, ella abre sus hermosos ojos dejándome apreciar el color marrón oscuro que llevan. Lucy emboza una sonrisa y lleva su mano hacia mi pelo, nuestro saludo de todas las mañanas.

—Buenos días, Con diamantes—digo con una sonrisa.

—Hola—dice en un susurro—¿Desde qué hora estás despierto? —dice ahora estirando su hermoso y tonificado cuerpo.

—No lo sé. No quería despertarte. He notado que te ves muy hermosa cuando duermes, a pesar de tus ojeras, verte sin maquillaje y ver aquel horrendo grano debajo de tu nariz y...—fui interrumpido por un almohadazo que ella me ha dado.

—Idiota—dice riendo un poco—A levantarse.

Las veces que he dormido en casa de Lucy las mañanas consisten en su rutina diaria. Beber agua, estirar nuestros cuerpos e irnos a dar un rico y caliente baño. De vez en cuando salimos a correr, pero Nueva York en pleno Febrero es como un congelador al máximo, por decirlo así.

Estaba sentado esperando que mi amada novia me trajera un rico desayuno al estilo Lucy, pues ella desayunaba pan integral con jugo de naranja. Yo suelo desayunar con algo más pesado, pero tener como novia a una vegana es en algunas ocasiones molesto, muy molesto. Jamás coincidimos en nuestros gustos culinarios.

—¿No se nos está olvidando nada? —dice Lucy colocando nuestro desayuno en la mesa.

—No que yo sepa—digo tomando de inmediato el pan tostado.

—Mamá me ha mencionado que hará una cena familiar. ¿Te animas? —dice sentándose frente a mí y tomó con delicadeza un pan tostado. Lucy, siempre tan delicada y organizada.

—No hay problema—digo dándole un mordisco a mi pan.

Ella iba a decir algo, pero al parecer se quedó quieta y siguió con su desayuno. Hasta el momento, tenemos una relación de 2 años, tiempo suficiente como para ser verdaderamente feliz con ella. Tenemos un tipo de relación a la antigua y nada de vivir juntos. Me dicen que es mejor tener una relación así que vivir juntos.

Pero la verdadera razón por la que no vivimos juntos es por nuestros empleos, Lucy se pasa todo el día en el hospital mientras yo trabajo para la empresa City Word Ford como mecánico personalizado. Empleo que conseguí gracias al padre de Lucy.

No soy un hombre de estar en una oficina, lo he comprobado anteriormente y verdaderamente hacer lo que me gusta me hace feliz, y cabe destacar que trabajo para una de las marcas más famosas en vehículos. Aunque en un año pienso montar mi propio negocio.

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Después de un día de labor, suelo ir a dar un paseo solo. Es bueno votar un poco el estrés y reflexionar sobre el día.

Algo que me ha enseñado mucho el padre de Lucy. Nos hemos vuelto grandes amigos, veo en él a un padre talentoso y admirable, consiguió todo un imperio junto a su esposa y eso es algo de admirar.

Caminé por una joyería y me detuve de inmediato, San Valentín es mañana, es el momento perfecto de darle un lindo regalo a Con diamantes. Entro a la joyería con intención de ver algo verdaderamente lindo para mi novia, al llegar al mostrado una chica de unos 26 años me sonríe.

Aceptando el amor ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora