Secuestrada |Harry Styles| (1° Temporada)

Capitulo 74:

La madre de Harry, Anne, es una mujer hermosa.
Y su padre... Tiene el mismo carácter que su hijo. No me extraña que Harry sea como es después de haber conocido a sus padres.
Les digo un poco de la verdad. Les digo que Harry no es el monstruo que seguramente, les han dicho que es. Que siempre me ayudó, y que siempre fue un caballero.

No tengo tiempo de aclararles todo porque vienen a buscarme. Debo declarar en el juicio de Harry también.
Entro a la sala una vez más y me obligo a mantenerme firme cuando lo veo entrar, esposado por las manos, vestido como un reo.

Luce veinte años más viejo. Su mandíbula comienza a ser surcada por una ligera barba. Sus ojos lucen cansados y ojerosos. Su piel está pálida y luce enfermizo.
Mi corazón se estruja al darme cuenta de que está ranqueando, aún no ha sanado del todo sus heridas. Quiero correr a abrazarlo. Quiero correr a besarlo. Quiero decirle que todo va a estar bien y quiero creerlo.

Aprieto los puños a mis costados. No puedo hacer esto. No soy lo suficientemente fuerte para soportarlo.

Inicia la sesión y el fiscal comienza a enumerar los cargos: privación de la libertad, complicidad delictiva, posesión de armas y... ¿asesinato?

Un jadeo me abandona y todo en mi interior colapsa, ¿lo están acusando de haber matado a alguien?
Lo miro, él está de pie y con la cabeza en alto. Cuando se da cuenta de que le miro, niega con la cabeza y haciendo una mueca de negación, dándome a entender que lo último no es cierto, pero, ¿entonces por qué lo han dicho?

Un nudo se instala en mi garganta, pero me obligo a mantenerme firme. Tomo una inspiración profunda y me pongo de pie. Camino hasta el estrado sin mirar a Harry. No estoy lista para mirarlo directamente, todavía.

Cuando levanto la vista y repito el juramento, me atrevo a mirarlo.
Hay un destello de algo en su mirada. Algo que no logro descifrar. Algo que me eriza los vellos del cuerpo y me hace querer olvidarlo todo y besarlo.

El fiscal me pide que relate todo lo sucedido y yo comienzo una vez más. Lo digo todo como lo dije la primera vez...

-Poco después que me enterara de que mi madre murió, una tarde en casa de mi padre, pelee con mi hermano Niall, salí molesta y dolida de la casa, corrí hasta que me di cuenta de que entre en un lugar deshabitado, dónde me encontraron dos de ellos. No recuerdo demasiado de lo que pasó por la adrenalina y el miedo que sentía y me nublaba. Pero cuando volví a ser consiente de mí, estaba atada y vendada por los ojos -mi mirada va hacia Harry-

Comienzo a relatar todas y cada una de mis experiencias en ese lugar, les hablo de la forma en la que se fueron dando las cosas entre nosotros y de como, inevitablemente, terminé enamorada de Harry.
Estoy llorando para cuando llego a ése punto.
Relato nuestras últimas horas en la cabaña y me sorprendo por la claridad con la que recuerdo todo.

Hablo de nuestra huída por el lugar, de como me obligue a mí misma a correr sin él. Hablo de mi camino por esa montaña.
Cuando termino, el silencio que inunda la habitación me abruma. Todas las miradas están fijas en mí.

El fiscal se aclara la garganta y habla:

-La psicóloga Nicolett Murphy ha hecho un énfasis acerca del síndrome de estocolmo que la señorita Smith presenta. Lo cual, podría indicar que todo lo que está diciendo es mentira y que está protegiéndolo.
-Podría hablar incluso con un detector de mentiras -digo con seguridad y me obligo a mantenerme serena-

¿Cómo se atreve a utilizar un argumento tan pobre como ese para anular mi declaración?

-Aunque no fueran mentiras en su totalidad, usted podría estar convenciéndose a sí misma de que sus palabras son verdad. El síndrome de estocolmo puede...
-¿Alguna vez ha amado a alguien? -lo interrumpo-
-No voy a responder eso -dice mirándome mal-
-¿Cómo puede una persona decir que no estoy enamorada o que no lo amo, si no sabe lo que estoy sintiendo en éste momento? -digo y mi voz se hace aguda- ¿cómo puede alguien atreverse a hablar por mí, cuando ni siquiera sabe qué es lo que siento?, ha pasado casi un mes desde que salí de ese lugar y no he dejado de pensar en él -mi mirada se fija en Harry- he ido a terapia psicológica de lunes a jueves, durante casi un mes. Veintidós sesiones, con la de ayer. Y no ha disminuido ni un poco lo que siento por él. Y no estoy tratando de protegerlo. Estoy contando como sucedieron las cosas, y... -mi voz se quiebra, pero me obligo a tragar duro y mantener mis lágrimas a raya- sólo quiero que mi declaración tenga validez. Porque no estoy hablando bien de Harry, sólo porque tenga ese síndrome de estocolmo o la mierda que se estén inventando... Estoy hablando bien de Harry, porque no tengo cosas malas por decir acerca de él.
La mandíbula de Harry está apretada fuertemente. Sus ojos están llenos de lágrimas sin derramar y yo estoy temblando. Quiero abrazarlo. Quiero besarlo. Quiero que todo se termine. Quiero que salga libre y quiero irme con él.
No encuentro mi lugar en el mundo; no sin él. Él es mi lugar en el mundo.

Me retiro a mi lugar y Clarissa aprieta mi mano con fuerza. Me regala una mirada llena de admiración y me sonríe. Sus acciones hacen que mis lágrimas calientes y pesadas resbalen por mis mejillas. Estoy cansada de llorar, pero no puedo dejar de hacerlo.

-¿Algo que quiera o tenga que decir el acusado? -pregunta el juez, mirando a Harry-

Él sólo se pone de pie, se gira y me encuentra con la mirada: -También te amo -dice con la voz entrecortada y yo sollozo cubriendo mi boca-

El silencio se apodera de la sala y yo no puedo dejar de sollozar. No puedo dejar de mirar como el jurado delibera. No puedo dejar de rezar en silencio por él.

Tras unos momentos que me parecieron eternos. El juez llama nuestra atención.

-Tenemos el veredicto...

No puedo hacer esto. No puedo ver como lo condenan por mi causa. Simplemente no puedo...