Capítulo 25 - El Arrepentido.

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Estaba en mi habitación, sentada en mi escritorio y terminando con mi tarea de Matemáticas... se me había hecho difícil las últimas ecuaciones pero las pude terminar. Ya el reloj de mi mesa de luz estaba marcando las 12 de la noche. Apreté mis ojos por el cansancio y refregué un poco mis párpados.... Cerré mis libros y los apilé uno sobre el otro. De repente, me exalté cuando escuché golpear el vidrio de mi ventana. Abrí la cortina sin dejar de estar sentada y estaba del otro lado, Chris.

Quiero hablar contigo, Male. –me suplicó apenado.

–Pues yo no. Vete de aquí o se lo diré a mi mamá. –le cerré la cortina.

Por favor, Male... déjame que te explique. Supe que estuviste internada... de veras, me siento culpable. –lo escuché sollozar. Algo me movilizó que me levanté de mi asiento y abrí la cortina nuevamente. Chris tenía una de sus manos apoyada sobre el vidrio y su rostro mojado de llorar. Abrí la ventana cuidadosamente, y suspiré.

–¿Qué me quieres decir? –le pregunté resignada.

–Uno de los chicos me dijo que estuviste en Barcade y saliste corriendo de allí. Supuse que me viste.... –se quedó callado... creo que tenía un poco de vergüenza.

–¿Y? –le respondí impaciente.

–¿Fue por eso que lo hiciste...? –me preguntó con los ojos llorosos. Parecía que había culpa en su mirada. Miré hacia otro lado, tratando de que no me viera las lágrimas que estaban por salir.

–Me lastimaste mucho... creí que era tu chica, la única en tu vida. –estaba disgustada y a la vez dolida.

–Perdóname, Male... de veras. Tú eres la única en mi corazón, babe. Nunca quise hacerte daño, menos que tomaras esa decisión ¡Perdón! –sollozó.

–Eras todo para mí, Chris. De veras pensé que eras distinto a los demás chicos. Me decepcionaste... y mucho.

–Es que... ella no significa nada. Solamente es una chica que va siempre y le gusta coquetearme, pero no pasa más allá de eso... es sólo un juego ¿Me dejas pasar? Estoy un poco incómodo. –me lo pidió en voz baja.

–Pasa. –abrí más la ventana y entró con cuidado. Lo ayudé tomándolo de la mano para que no se cayera.

–Gracias. –me dijo agitado. Quiso acercarse un poco pero yo lo detuve.

–Siéntate ahí y no te muevas. Nada de contacto. –lo regañé y le indiqué que se sentara en la silla.

–Está bien. –me hizo caso. Me quedé parada frente a él con los brazos cruzados.

–Quiero que me perdones ¡Créeme! Era solo un juego ¡Nunca te engañé! De veras te amo, Male... ¿Qué puedo hacer para que me creas?

–No debes hacer nada, Chris... quiero que me olvides y te largues. No creo que solamente sea un coqueteo ¡Me dijiste que yo era tu chica y eso significa que soy tu novia! ¿Te gustaría que yo hiciera lo mismo? ¿Cómo lo hubieses tomado...?

–¡Lo sé! Estuve muy mal.... Pero a veces... no lo sé, me han dicho cosas de ti que....

–¿Qué estás insinuando? –lo interrumpí enfurecida.

–Bueno... me dijeron que eres una zorra.

–¿Qué? ¿Y le crees? –me ofusqué.

–Es que... Antón me dijo que estuvo contigo y con alguno de sus amigos y eso me hace desconfiar de ti.... –se justificaba con falsas acusaciones en contra mío. Yo caminaba de un lado a otro de lo enojada que estaba.

Malena a Los 14Donde viven las historias. Descúbrelo ahora