Capítulo 10 - Yo Soy Virgen.

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El departamento de Danilo era pequeño y una especie de loft. Sin decirme nada, me llevó a su cama y seguimos besándonos. Me sacó la camiseta y rápidamente mis shorts. Se sacó la playera, descubriendo su cuerpo marcado, y luego desabrochó su cinto con prisa....

–¡Espera...! Debo decirte algo. –lo detuve, apoyándome de mis codos.

–¿Qué? –me preguntó agitado.

–Es que... no traje protección. –me excusé. No tuve las agallas de decirle que era virgen.

–No te preocupes... yo tengo. –torpemente sacó de su gaveta de la mesa de noche, unos condones.

–Ok. –le sonreí. Bajó sus jeans con su ropa interior por completo, quedándose desnudo frente a mí... me agitaba al verlo así, como lo describían a los hombres cuando estaban excitados. Nunca me lo había podido imaginar como lo era en la realidad. Me desabroché el sostén y saqué mi braga.

–Quiero que lo pongas en tu boca. –me lo pidió acariciando mi cabeza. Me arrodillé en el suelo y traté de hacerlo como me acordaba.... Lo tomé y comencé a lamerlo suavemente, haciéndolo gemir como lo hacía "la mujer de las dunas". Me ayudaba con las manos como lo explicaba el libro, estimulándolo cada vez más, pero no sabía hasta dónde debía detenerme. Me tomó del cabello detrás de mi cabeza, moviendo su pelvis hacia mí. Sin darme cuenta, acabó adentro de mi boca, dándome asco y escupiéndolo en el suelo.

–¿Es la primera vez? –me preguntó como si se burlara de mí. Yo le negué con la cabeza ante su pregunta.

–Quiero hacerlo.... –le pedí mientras me limpiaba mi boca. Me llevó a la cama, acostándome bruscamente. Tomó mis piernas y me acercó más hacia él. Comenzó a tocar mi vulva con su pulgar haciéndome gemir... tenía esa parte muy sensible ¡era un cosquilleo incontrolable! Rápidamente, sentí el peso de su cuerpo. Entró en mí y por primera vez, sentí un ardor en mi sexo que me hacía doler mucho. Apretaba mis labios para que no notara que era virgen y que lo estaba sufriendo.... A pesar que lo hacía despacio, no lograba relajarme y sentir placer... entendí lo que sentía el personaje Dorothy, una virgen como yo, cuando Michel la tomó y le hizo el amor por primera vez. Por supuesto que trataba a toda costa de no demostrarle a Danilo que me dolía, sino que me estaba gustando. Al ver mi reacción, comenzó a hacerlo más rápido, sintiendo su miembro más firme... la fricción me hacía arder como si fuera un hierro caliente, hasta que en los últimos movimientos pude sentir lo que suponía que era el placer. Grité para que creyera que me había gustado.

–Otra vez. –le supliqué entre suspiros y con algunos pelos en mi cara por el zarandeo. Me atreví a tomar su miembro y darle placer con mi boca. Estaba soltándome más... me sentía madura y sensual. Mientras lo hacía, el tocaba mis nalgas, pasando su mano entre ellas. Luego, Danilo me acostó y abrió mi sexo con sus manos como si fuera una flor... luego puso su boca, sintiendo su lengua dentro de mí... fue lo más placentero que sentí, mucho mejor que mis dedos. Era mi primera vez y estaba teniendo un curso intensivo del sexo con Danilo. Mis gemidos eran más intensos y hacía que mis piernas dieran patadas del cosquilleo que me provocaba. Entró en mí, otra vez... sentía más placer, gritaba de tal forma que me tuvo que tapar la boca con su mano... ya no había más dolor. Hizo los movimientos más rápidos para terminar y que dejara de chillar.

–Eres hermosa.... –me lo decía entre suspiros. Era la primera vez que me sentía deseada y me elogiara de esa forma.

–Qué bueno que te guste.... –le di un beso.

–Debes irte, linda. –me dijo separándome de él, tomándome de los hombros con algo de sutileza. Me quedé vacía, usada... se levantó de la cama y se puso la ropa interior, yéndose a la nevera a sacar una botella pequeña de cerveza. Tomé mi ropa y me vestí lentamente. Salí de su apartamento, con mi sexo ardiendo, caminando con un poco de dificultad. Me fui a mi casa y entré rápidamente a bañarme... me desnudé nuevamente y me quedé sentada, llorando en silencio bajo el agua. Dejé de ser una niña con un patán como Danilo... me sentí estúpida, como si él me hubiese robado mi virginidad.    

Malena a Los 14Donde viven las historias. Descúbrelo ahora