Malena a Los 14

Capítulo 26 - Las Vacaciones.

Luego de terminar las clases, me fui con mi madre y mi tía Nancy a Miami. Allí vivía mi abuela Celia y mi tío Mario, el hermano mayor de ellas a quien yo conocía poco. Estaba separado de su esposa, con quien tenía un hijo, o sea mi primo, llamado Mark, de unos veinte años. Mi primo estaba de novio con una americana de su misma edad y salían desde la preparatoria. Era muy guapo... tenía ojos pardos, como los de su madre, y el cabello desteñido por la sal del agua del mar. Estudiaba Relaciones Exteriores y a la vez hacía surf, viajando a ciertas playas donde hacían competencias. Ese verano, estaba pasando las vacaciones en su casa.... Lo veía dormir en su hamaca paraguaya debajo de las sombras de las palmeras, con el torso desnudo y unos shorts de baño color azul marino. Creí que yo no le gustaba porque me ignoraba todo el tiempo... nuevamente me sentí poco deseada y horrible. Mi autoestima volvió a menos de cero... aunque pensé que él no me buscaba por el hecho de que era su prima, o porque estaba de novio.

–Mi niña Male ¿Aún no tienes novio? –me preguntó mi abuela con dulzura en la sobremesa, luego del almuerzo y comiendo frutas como postre. Ella era bajita, delgada pero con un gran busto y Llevaba el cabello corto con bucles, mezclado de canas y color castaño oscuro. Su piel estaba bronceada y arrugada como si fuera la de una tortuga. Nunca la veía mal vestida y ni siquiera sin maquillaje. Mark comía una banana, mientras me miraba como si estuviera esperando mi respuesta.

–Estuve hace poco... pero ahora ya no estoy más con él. –le respondí apenada.

–¿Qué te hizo el muchacho? –me preguntó curiosa.

–Ya no importa abuela.... –quise cambiar de conversación.

–Debe haberte hecho mucho daño, mi cielo ¡Ya vas a encontrar otro muchacho que te merezca! Los hombres son a veces unos descarados, pero no me atrevo a decir que todos lo son ¿No es cierto Marky? –lo hizo participar a mi primo. Justo tenía la boca llena, pero no le importó responderle así.

–Ño sé.... –tragó. –No estaba escuchando abuela. –le respondió desinteresado. Era muy sexy, a pesar de sentir que no le gustaba... pero me miraba de un cierto modo que me hacía dudar de eso.

–Que tu prima se merece un muchacho que la respete y la quiera...

–¡Ah! ¿Por qué? –ya estaba exagerando ¡No le creía que no había escuchado la conversación!

–¡Ya! Olvídalo. Es una conversación entre mujeres. –se rio mi abuela, mirándome con complicidad.

Hacía semanas que no tenía sexo, después de haber estado con Danilo en la playa de estacionamiento. Además, no había ningún otro chico que tuviera contacto en esas vacaciones y que me gustara tanto como Mark. Luego de unas horas, me tiré a la piscina de su casa, con el bikini más pequeño que tenía, mientras Mark se levantaba de su siesta en su hamaca paraguaya. Salí de la piscina de la manera más sexy, sentándome en el borde y pateando el agua mientras lo provocaba con la mirada. Mark se acercó a mí inevitablemente... yo lo seguía con la mirada hasta que se sentó a mi lado.

–¿Cómo estás, Male? Disculpa que haya sido grosero contigo en no prestarte atención en estos días... ¿Te gusta Miami? –me sonrió con los ojos apenas abiertos por el resplandor del sol en el agua.

–Bien... Sí, me gusta estar aquí ¡Más que Brooklyn!

–¿En serio que tienes catorce años? Porque pareces más adulta.... –comenzó a coquetearme, como lo estaba esperando.

–Gracias... es que no me siento como las niñas de mi edad ¿Sabes? –seguía seduciéndolo.

–O sea, que te consideras más madura que las niñas de tu edad....