Capítulo 20 - Él es Mi Chico.

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Me senté en su cama, un poco destartalada que me dio un poco de vértigo al tirarme. Chris sacó un pequeño cigarro de marihuana de su gaveta y lo prendió... me dio para que lo fumara y luego se lo pasé a él, después de darle una pitada. Lo terminamos y comenzamos a besarnos. Me recostó en la cama, poniéndose sobre mí... pasaba sus manos debajo de mi blusa, tocando mis pechos....

–¿Estás segura que quieres hacerlo? –se detuvo.

–¡Sí! ¿Por qué lo preguntas?

–Porque quiero que estés convencida... no quiero presionarte si no estás de buen humor....

–No me presionas... quiero hacerlo más que nunca, me libera tensiones. –le respondí convencida. Lo empujé para acostarlo y me subí arriba de él, para desabrocharle el botón de sus jeans. Me bajé de la cama y se los tiré para sacárselos. Luego se sacó su camiseta mientras yo lo ayudaba hacerlo. Me tomó de la cintura para acercarme a él, levantando mi falda y tomándome las caderas. La bajó hasta el suelo, dejándome en pantys y luego desabroché mi blusa. Pasó su mano entre mis pechos una y otra vez, mientras suspiraba. Me saqué el sostén, descubriéndolos... siendo iluminados por la luz del sol que entraba por la ventana de su habitación. Bajó mis pantys, quedando completamente desnuda frente a él... me tomó de la cintura y me llevó a su cama. Nos besábamos apasionadamente, mientras sentía su sexo debajo de su ropa interior, frotarse con el mío desnudo. Sus manos recorrían mi cuerpo y comenzó a tocarme la vulva para excitarme. Miraba con detenimiento mis reacciones en mi cara y mis gemidos ante su mano ágil, mientras lamía uno de mis pechos. Luego se levantó de la cama y se sacó su bóxer... se puso el condón desesperadamente y se recostó otra vez sobre mí. Sentí entrar su miembro ardiendo como si no le hubiese costado hacerlo.... Hacía movimientos con su pelvis hacia mí muy intensos, haciéndome gemir casi a los gritos y hasta a veces no sin que saliera mi voz... abrió más mis piernas aún más, haciéndolas poner en v... doblé mis rodillas para que fuera más cómodo, mientras veía cómo Chris entraba en mí, como si fueran pequeñas apuñaladas. Mis pechos se movían ante el zarandeo y Chris gemía aún más. No me bastaba que entrara en mí que comencé a tocarme para sentir más placer... necesitaba hacerlo. Tomó mis manos y las llevó arriba de mi cabeza, recostándose más sobre mí... sentía más intenso el cosquilleo por el roce de su pelvis en mi vulva húmeda. Grité al acabar y lo hizo él también después de mí. Me besó suspirando....

–Quiero hacerlo otra vez.... –le pedí desesperada.

–Debo recuperarme un poco....

–Está bien.... –lo besé. No sé qué era lo que me sucedía... estaba con la libido muy elevada y no me bastó con una sola vez. Como yo se lo pedí, volvimos a tener sexo... estaba arriba de él moviéndome de adelante hacia atrás, mientras Chris apenas apoyaba sus manos en mis piernas... lo hacía como mi madre y mi tía, con los mismos movimientos como le gustan los tipos ¡Y estaba resultando! Chris exclamaba de placer. Luego se me acercó más para besar mis pechos y yo comencé a hacer los movimientos más cortitos, hasta terminar entre suspiros con movimientos más profundos. Luego de estar por unos minutos acostados, uno al lado del otro, me levanté de la cama a vestirme.

–¿Ya quieres que te lleve a tu casa? –me preguntó muy cómodo acostado en su cama.

–Sí... ya es la hora. –le sonreí.

–¿Dónde aprendiste a hacer todo eso?

–No se cuentan los secretos.... –le respondí misteriosamente.

–¿Yo fui...? –me preguntó preocupado.

–No... no fuiste el primero.... –le respondí mientras me abrochaba el sostén.

–¿No? –me dijo sorprendido.

–¿Por qué quieres saber?

–Porque tengo curiosidad... pero ya olvídalo. –se levantó un poco enojado.

–¿Estás molesto? –le pregunté nerviosa.

–Estoy celoso.... Pero ya se me va a pasar. –rápidamente, fui a abrazarlo. Él me recibió posando sus manos en mi espalda.

–Yo te quiero a ti solamente, Chris.

–Yo también, Male....

Me alcanzó hasta mi casa. Aún mi madre no había llegado a mi casa... me di cuenta porque no estaba el coche. Me despedí de Chris con un beso largo y profundo....

–Quiero que seas mi chica. –me expresó su deseo.

–Pues, entonces lo soy. –le sonreí.

–Entonces... yo soy tu chico. –concluyó.

–Por supuesto que lo eres. Adiós, Chris. –le di un beso. Me bajé del coche y lo despedí agitando mi mano, entrando después a mi casa.

Hasta que llegara mi madre, comencé a estudiar en mi cuarto. Era para el examen de Química para dos semanas más.... Había algunos conceptos difíciles de entender que me hacían pesar los ojos de sueño.... De repente, me llegó un mensaje de WhatsApp en mi móvil... era de mi madre.

Cariño, llegaré a casa mañana.

Lo siento, pero la vuelta se complicó.

Descuida, mami.

Nos vemos mañana.

xoxo

Suspiré. Seguí con mi tarea por un tiempo largo hasta que se hicieron la 1 de la mañana, y nuevamente me llegó un mensaje... era desconocido.

Ding dong!

Me asusté tanto que comencé a temblar. Miré hacia afuera pero no había nadie. Seguramente era alguien que me quería hacer una broma pesada. De repente, sentí golpes en la puerta como si la quisieran derribar. Corrí hacia allí y sentía risas detrás de ella. Fui hacia la cocina a cerrar la puerta del patio y luego tomé uno de los cuchillos que estaba arriba de la mesada. Asustada me fui hacia la puerta nuevamente, temblando y con ganas de llorar. Me sentía vulnerable ante la situación ¡Cómo era posible! Tomé mi móvil y le mandé un mensaje de voz a mi tía.

–¡Tía! ¡Estoy muy asustada! Hay unas personas que quieren entrar a mi casa ¡Ayúdame, por favor! –le dije desesperada. Llamé al 911 pero no alcancé a hablar con la operadora porque tiraron abajo la puerta.

Malena a Los 14Donde viven las historias. Descúbrelo ahora