Al día siguiente, como estaba suspendida del colegio, me fui de mi casa porque estaba sola y aburrida. Fui a andar en bicicleta por la ciudad... había algunos coches que tocaban el claxon. Eran hombres que bajaban la ventanilla y me decían cosas muy obscenas.
–¡Qué lindo culo tienes, mami! –me dijo un señor en un coche viejo, con acento cubano. Volví a mi casa un poco aterrada, luego de que un tipo me siguiera por unas cuadras. Entré al garaje de mi casa, agitada de tanto andar. Salí de allí, y me topé con Danilo, mi vecino de al lado. Tenía veinticinco años y llegaba de trabajar. Vivía con sus padres aún, pero tenía su apartamento al fondo de la casa. Era muy apuesto... tenía el cuerpo con los músculos marcados, ojos color café y el cabello oscuro y algo crespo. Trabajaba en una oficina y llevaba puesto un traje, sin su saco puesto.
–¡Hola! –me saludó con simpatía.
–¡Hola! –le respondí con una sonrisa. Me estaba mirando de una forma libidinosa como nunca antes lo había hecho. Vivíamos hacía muchos años en el vecindario y nunca le había llamado su atención.
–¿Qué haces a esta hora? ¿No deberías estar en la escuela? –me preguntó sonriente.
–No.... Es largo de explicar. –suspiré nerviosa, tratando de ser simpática pero mi timidez me ganaba.
–Bueno... espero que te portes bien. Debo entrar ¿Malena, cierto?
–Sí... Danilo ¿Cierto? –le sonreí sugestivamente.
–Exactamente. –rio nervioso.
–Yo también debo entrar. Adiós. –me di vuelta para irme a la entrada de mi casa y noté que se quedó mirándome. Me gustaba saber que le gustaba... ya tenía otro chico pensando en mí. Pero lo que me pasaba era que no me animaba aún tener intimidad con ninguno... sentía un poco de temor, pero a la vez mi cuerpo lo deseaba.
A la noche, seguía aprendiendo del arte erótico acostada en mi cama. De repente, mi madre tocó mi puerta.
–¿Puedo entrar? –preguntó desde afuera. Escondí el libro debajo de mis sábanas rápidamente.
–¡Sí! ¡Pasa! –entró a dejarme mi ropa recién planchada adentro de mis gavetas.
–Aquí te dejo tu ropa lista... ¿Qué estabas haciendo?
–Nada, recién me acosté... ¿Me apagas la luz?
–Sí, cariño. –se me acercó y me dio un beso en la frente.
–Buenas noches, ma. –le sonreí.
–Buenas noches, mi cielo. –me respondió de la misma forma. Apagó la luz de mi cuarto y cerró la puerta. Prendí la lámpara y saqué nuevamente mi libro debajo de mis sábanas. Esa vez me lo imaginaba a Danilo en esas partes de sexo, sin importar cómo era el personaje... solamente imaginarlo tomarme como lo relataba el libro. Subí nuevamente mi top hasta mi cuello para descubrir mis pechos y tocarlos....
–¡Male! ¿Sigues despierta? –me preguntó detrás de mi puerta. Rápidamente bajé la camiseta y escondí el libro.
–¡Sí, ma! ¡Ya me duermo! –le respondí agitada de los nervios... fue adrenalínico.
Al día siguiente, volví a la escuela después de estar suspendida. Vi a Antón no lo había visto en los pasillos como la otra vez, pero sí a Danilo. Estaba lavando su coche y se detuvo cuando me vio llegar. Me acerqué a él para saludarlo.
–¡Hola! –me saludó nervioso, secando su sudor de la frente con el brazo.
–Hola, Dan. –le sonreí con picardía y con la mirada seductora, como lo hacían las mujeres en el libro.
–Oye... haz crecido bastante, Male... ¿Te puedo llamar así? –me preguntó nervioso... lo noté porque se ruborizó.
–Como tú quieras. –le respondí seductoramente. Él rio de los nervios....
–Ok.... Sabes, estaba pensando si me podrías ayudar con el coche ¿Te gustaría?
–¡Seguro! –le respondí predispuesta. Me saqué el bolso y lo dejé en el suelo. Después de unos minutos de enjuagar el carro, lo ayudé a entrar las cosas en su garaje. Sentí que estaba atrás mío, jadeando apenas. Me di vuelta y lo vi con los ojos deseosos sobre mi cuerpo... me puse nerviosa, pero a la vez quería que me diera un beso. Luego de mirarnos en silencio, se acercó más a mí y me besó dulcemente. Comenzamos a abrir más la boca hasta sentir su lengua entrar en la mía... fue raro para mí que lo empujé.
–¿Qué haces? –le dije histérica.
–Disculpa.... –me respondió desconcertado.
–Enséñame a hacerlo... a besar. –le pedí agitada.
–¿Nunca besaste a nadie?
–Bueno... nunca con lengua. –le respondí tímidamente. Se me acercó otra vez y me tomó de mi rostro. Con suavidad, comenzó a besarme... yo seguía sus movimientos... cuando sentí su lengua, saqué la mía también, haciendo que fuera más excitante el beso. Se me acercó más a mí, y sentí su sexo contra el mío... me hizo sentir lo mismo cuando pasé mis dedos allí. Quería tener la audacia y la sensualidad de las mujeres del libro. Las manos de Dan bajaron a mis pechos, masajeándolos suavemente.... Luego, bajó el top descubriendo mi sostén ¡Reaccioné inmediatamente!
–¡Espera! –lo detuve... era muy fuerte para mí vivir esas cosas de golpe. Ningún chico me había tocado así.
–Está bien.... –quedó desconcertado.
–Debo irme. –salí corriendo hacia afuera. Tomé mi bolso y me fui a mi casa.
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Malena a Los 14
Genel KurguMalena Despertares, a sus 14 años, transita la etapa más difícil en que se está convirtiendo de niña a mujer. Todo comenzó cuando descubre sus deseos eróticos a través del libro "Pájaros de Fuego" de la escritora Anaïs Nin, que le había regalado su...