Let's be crazy together

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No puedo quejarme de la escuela en la que estoy inscrita. Según la revista Dinero encabezada la lista de las mejores instituciones secundaría del Reino Unido y lideraba más de 20 proyectos y convenios con todo tipo de universidades alrededor del mundo. Estaba satisfecha. Mi único problema era que luego de pasar más de la mitad de mi vida saltando de institutriz en institutriz no tenía la menor idea de cómo demonios era una secundaria normal.

Era un jodido bicho raro. Pero seamos honestos no todo estaba inspirado en la película she's all that o cualquier otra parodia americana a la que llamaban cine. Más bien se podía decir que era una combinación entre un cliché sobrevalorado y una realidad deprimente. Cada quien parecía vivir en lo suyo y conforme a sus propias reglas, claro que si existían grupos más intimidantes que otros pero eso no suponía un problema para mí ya que había organizado un plan de supervivencia escolar inquebrantable.

No llegue tarde al salón de clases ni tuve que presentarme como la "linda chica nueva". Días antes había recogido mi horario y había descargado los planos de la escuela para no perderme entre los pasillos. Ahora solo faltaba arreglármelas para pasad desapercibida. No era el momento de llenarme de maquillaje ni de ropas de diseñador era el tiempo de los Jeanes holgados, blusas manga larga y grandes lentes negros. Nada más cliche que eso.

Había hecho mi investigación basándome en Hollywood en sus personajes más vendidos, hubiera  pensando en Disney como primera opción pero francamente esa franquicia dejaba volar demasiado la imaginación. Se puede decir que la escuela era un pasada para alguien como yo, no me importaba una mierda la colección de trofeos baratos que competían por sobresalir, en mi mundo las prioridades estaban reducidas e infortunadamente el tema de Blackwood era una de ellas.

Si creían que el palacio de Buckingham estaba algo lejos de Cambridge, eso no se compara a lo lejos que está esta maldita escuela de "mi casa". Era inaudito. El maldito lo había calculado bien y claro que se había asegurado de cuál sería mi primer castigo en caso que rompiera las reglas. Me dejaba exactamente €10 para el pasaje y para el almuerzo ¿como se suponía que iba a sobrevivir? Al menos no era una gorda insaciable y el ayuno no era un problema para mí pero en cuanto al tema de la distancia el tipo era un puto sadico. Hasta ahora más me valía comportarme.

Una chica morocha y algo bajita se acerca hacia mí con pasó decidido y rápidamente elijo ignorarla.

—¡Oye! ¡Te estoy hablando!

Doy cuenta de su presencia detrás de mí pero en el día de hoy me siento de más mal humor que de costumbre. No pierdo ni un segundo más para seguir ignorándola.

—¿Te han dicho que eres realmente desagradable?

Oh cariño, no te imaginas cuántas veces.
Sus ojos azules me miran ceñudos pero intuitivos. Rápidamente me siento desnuda frente aquella morocha de ojos penetrantes. De repente Su mano se extiende hacia mí cara con demasiado entusiasmo provocando las miradas de los curiosos. Maldicion.

—¡Eh, pelirroja! ¡No me ignores cuando te hablo!—. La muy descarada se sienta a mi lado descargando todo su grito en mi oído derecho.

— Aunque quizás no te importe déjame presentarme como Tú nueva compañera de laboratorio. Mi nombre es Louisa Tamelet—.Observo la mano frente a mí y a la chica que me mira curiosa con una sonrisa de victoria en su rostro. Curvo mis labios con molestia y aceptó la derrota.

—soy Leighton—. Simplemente le regalo una mirada que dice "aléjate de mí".

—Parece que alguien se levanto de mal humor esta mañana. Pero eso no quiere decir que no pueda manejarlo.

Una risa se escapa de su boca mientras saca de su bolsillo dos barras de chocolate ¿qué diablos?

—Adelante, una es para ti.

La Jaula del Petirrojo [Con pecado concebido *01]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora