La Jaula del Petirrojo [Con pecado concebido *01]

The Little Robin is in Trouble

Literalmente se ha vuelto completamente loco.

Los golpes de la puerta retumban como disparos arbitrarios por las paredes y los gritos de Blackwood van entre una extraña combinación de insultos y blasfemias mal improvisadas. No se me ocurrió que el punto climax de esta confrontación iba a tener como consecuencia una situación tan desastrosa cómo está. Y es que literalmente iba a matarme. No soy una persona asustadiza pero Dios santo. Nunca me había enfrentado con algo así.
El vidrio y porcelana cercana estallan en una penosa explosión a través de la puerta y de repente sus gritos cesan junto con mi corazón. Joder.
—No sabes lo que te espera mocosa.
Una exclamación se escapa de mis labios tras escuchar su siseo a través de la caoba. Dios mío. Se ha desquiciado por completo. No me arrepiento, no me arrepiento de haberlo jodido pero quizás hubiese sido prudente haber calculado mejor y haber visitado a Louisa esta tarde ¿quién iba a saber que se transformaría en semejante loco?
—¡Abre la maldita puerta!¡Ábrela! ¡Ábrela!
Joder. Sus gritos vociferan en el pasillo pero yo no me muevo ni un centímetro. Solo era un negocio, el maldito tenía millones en los bancos ¿por qué era tan exagerado?
Otro pobre jarrón se rompe contra el piso y unas que otras maldiciones se alejan junto con sus pesados pasos. Esta era mi maldita oportunidad.

24 horas
antes.

Mi paso vacilante es interrumpido por la mirada suspicaz de una mujer hecha jalones y ropa extremadamente corta. La rubia me regala una mirada de asco y desciende por las escaleras como si se tratase de una pasarela. Son las 7:20 por lo tanto mi encuentro con Blackwood se tendrá que postergar. La sigo con la mirada mientras se calza sus altos tacones en la entrada. Es asquerosa. A metros se podía saborear el tequila y el sexo. Nada peor que una callejera. Una punzada de dolor taladra mi cabeza y la migraña empeora. Es domingo por la mañana y el zumo de naranja es mi único consuelo contra la resaca, eso y mi animadversión hacia Daniel. Hoy es el maldito día.
Maura salió a hacer las compras y Blackwood no llega a aparecer si no hasta la noche por lo tanto ha llegado el momento de colarme en su guarida secreta. Pase toda la noche investigando como forzar una cerradura con una barrita y papel de lija. Adivinen quién se ha convertido en una delincuente.

La puerta del estudio rechina insoportablemente dando paso a un pánico delicioso que emociona todo mi cuerpo. Busco entre los papeles y sobres del escritorio mi objetivo hasta que doy con la memoria del proyecto de los japoneses, una risa maliciosa quema mi garganta a medida que eliminó cada pequeño rastro de información de dicha USB. Y claro la guardo en mi memoria personal, de algo me debería servir más adelante. Una vez doy por terminada mi tarea un paquete con mi nombre logra llamar mi atención, el encabezado es la noticia de la muerte de mi padres ¿Que diablos hará Blackwood con aquello? Un escalofrío me recorre la columna, son fotos de mis padres, fotos mías, fotos de mi casa ¿Que demonios es esto? Un informe policial es la cereza del pastel ¿Frenos defectuosos? ¡Frenos defectuosos! No podía referirse a aquello. Simplemente no podía. Un gemido se escapa de mi boca mientras escarpo más a fondo entre la información ahí reunida. El testamento de mis padres, acciones, mi cuenta de ahorros, las propiedades, todo estaba allí. Esto era una jodida locura.

Mamá y papá no pudieron haber sido...Ellos no, simplemente...No te atrevas a llorar Leighton, no te atrevas a llorar, no te atrevas.
Arrugo las fotos y los encabezados del periódico y trato de calmarme. Blackwood no podía saber que yo había estado aquí, no después de esto. Maldicion. Ahora sí estaba asustada.
Guardo el paquete con rapidez y acomodo el escritorio de la misma manera que lo encontré.

Cuatro relojes gigantes suenan al mismo tiempo en lo alto de la pared superior derecha, saltó asustada y corro fuera de la habitación cerrando con muchísimo cuidado la gran puerta caoba. Mi corazón solo es un zumbido y la confusión en mi cabeza es mucho peor que cuando juego sudoku. Diablos ¿Que hará Blackwood con todo aquello? ¿Por que nadie me había dicho aquello? ¿Acaso hay una investigación al respecto de la que yo no sé nada? ¿Estaré viviendo en la casa del enemigo? ¿Planeara matarme? ¡Ah! ¡Basta!