La Jaula del Petirrojo [Con pecado concebido *01]

Only He

Philippe Ricoletti, 1997, San Servero, Italia

La primera vez que lo vi supe de inmediato que perdería la cabeza por él. Mis ojos jamás habían vislumbrado tanta elegancia ni tanta confianza en un hombre, y de alguna manera fui capaz de encontrarme mirándolo toda la noche.

Nunca un hombre me había tratado tan despotamente como él. Nunca un hombre había destruido mis barreras tan fácilmente como él, nunca me había sentido tan indefensa y perdida.

Supe y sé ahora que lo quiero para mí.

Philippe es lo único que quiero.

Pero ese rechazo y esa mirada venenosa solo me enloquecía más. Deberá pensar que soy solo una cría inmadura obsesionada con un tío al azar, pero no, de alguna manera creo conocer mi destino y Philippe Ricoletti hace parte de él.

Philippe Ricoletti, 1998, Londres, Inglaterra.

Mi padre nunca quiso que me casara con Philippe. Y después de todo tenía razón. Podría haber escogido de esposo a quien sea que quisiese con solo levantar la mano, era parte de las ventajas de ser yo, sin embargo entre ese montón de hombres y pretendientes aburridos no había ninguno que me provocará tanto como mi actual marido.

Sé que se casó conmigo por mi herencia, por el negocio de mi padre y por su obsesión por controlar el mercado búlgaro. Sin embargo, sigue sin importarme.

No me importa si la mayor parte del tiempo me ignora o me hace desaires impropios de un caballero.

Yo le quiero. Le quiero tanto.

Philippe no me ama. No creo que sea capaz de amar a nadie. Aún así, estoy dispuesta a quemarme en el infierno con él solo por unas migajas de su cariño.

Cuando me hace el amor es el único momento de la semana en el que estoy segura que soy su esposa. Luego que termina el acto simplemente se va y vuelve a su actitud distante de siempre. El no me quiere, no me querrá nunca y creo que nunca había sido más infeliz que cuando pienso en esa estridente verdad.

Philippe Ricoletti,2000,Londres, Inglaterra.

Philippe tiene a la pequeña Leighton entre sus brazos, y debo confesar que es la imagen más atípica en la que mi esposo ha estado involucrado. Él nunca sonríe. Pero lo hace más a menudo.

A pesar de no saber nada con respecto a niños, sostiene a Leighton como si fuera el santo grial de su vida. Una punzada de celos rebota en mi pecho, y no puedo creer que mi propia hija sea la que me arrebate al amor de mi vida al fin y al cabo.

Nunca quise convertirme en madre. Y ahora veo con mis propios ojos el por qué. Nunca podría competir con mi hija, y nunca podré conseguir que Philippe me mire de esa manera.

No quiero tener nada que ver con la niña, pero sé que mi esposo se enojaría de sobremanera, y una de las cosas que más me aterran en el mundo es la furia de mi marido. Cuando me embaracé pensé que me haría abortar de inmediato, pero sencillamente no le importo nada, se volvió más indiferente y frío que de costumbre, solo quería que diera luz al bebe para poder seguir acostándose conmigo, sin embargo no ha vuelto ni a regalarme una mirada desde que sostuvo a la mata de cabellos pelirrojos entre sus brazos.