Addicted to You

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Mis ojos se abrieron perezosos cegados por la impetuosa luz que atravesaba la habitación ¿Que demonios? Una vez que trato de moverme la punzada de dolor atraviesa  mi cuerpo y recuerdo súbitamente el por qué me encuentro en esa penosa situación. Sin duda el día de ayer había sido atareado, más de lo normal. Demasiadas confesiones y demasiada mierda. Daniel me había visto desnuda, Daniel diciendo que le perdonará, lo de mi madre. Realmente el cansancio mental era más que evidente.

Estaba inmóvil en la cama con la mirada en las nubes, analizando cada evento, cada acción y cada palabra que pudiese haber desencadenado todo lo anterior. Que me redimiera de tanta tortura mental.

No me di cuenta que Blackwood me observaba silencioso desde el umbral de la puerta.

—Has dormido dos días consecutivos. Ya es de mañana.

Ni siquiera le dirigí una pobre mirada, tan solo hice una mueca de dolor. Quería estar sola, estaba demasiado cansada para manipular la situación y escarbar por más información.

—Llame a la escuela y avise de tu situación. El director dijo que no había ningún problema, te adelantarse cuando tengas tiempo. Ahora, te traeré el desayuno.

Era mi imaginación o estaba siendo demasiado amable, por alguna razón esa actitud cordial me daba escalofríos. Se retiro del cuarto y me dejo justo como me encontró.

—Señorita, que bueno que despertó señorita. Estaba tan preocupada por usted.

Maura entra seguida de un aura maternal y cálida, cosa que no me molesta en absoluto.

—Todavía no me queda claro cómo fue que se lastimo tanto.

Su mirada azulada se encoge visiblemente y mira mi marrullado cuerpo con aprehensión.

No le respondo, tan solo suspiro y desvío su mirada. Ella no quiere saberlo.

—¿Señorita?—. Su largo suspiro inunda toda la escena y con la voz más suave que encuentra empieza a hablar.—Sé que esto no me corresponde, pero debe saber que puede contar conmigo en todo lo que necesite, incluso si tiene miedo de confesar cualquier cosa. Yo puedo ayudarla señorita, puede confiar en mí.

—¿A qué se refiere?

Alzó una ceja contrariada y puede que un poco escandalizada.
Maura espera una largos minutos para contestar, no segura de su elección de palabras.

—Habló del Señor, yo sé de antemano que el señor no es muy bueno controlando sus emociones, y puede llegar a ser muy impulsivo. Por eso Señorita si hay algo de lo que necesite enterarme puede decirme ahora mismo.

La carcajada afloja en mi garganta. Pero no es sarcásmo ni veneno, es simple y pura desesperación. Me duele el tórax, y no puedo seguir riéndome de esa manera.

—¿Esta diciéndome que el Señor Blackwood puede llegar a ser violento?

Sus ojos me miran horrorizados, pero con todo el valor que encuentra ella me asiente. Yo no respondí de inmediato, le regalo una mirada de soslayo y vuelvo a suspirar.

—No tiene por qué preocuparse, nada ha ocurrido y si de algo estoy segura es que si algo pasara no dudaría dos veces en buscar ayuda. Agradezco su preocupación pero puede tranquilizarse ahora.

Maura asiente no muy convencida pero se retira del cuarto. No si antes dejarme un té caliente en el buró de mi mesita de noche.

La Jaula del Petirrojo [Con pecado concebido *01]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora