C A P I T U L O I
Anastasia S.
Estar casada con uno de los multimillonarios más sexys de Seattle, para una mujer sería un sueño hecho realidad, pero no es como lo esperé.
Mi vida con Christian comenzó siendo hermosa. El fue cariñoso, amable, tierno era...perfecto en pocas palabras y fue gracias a mi, el era otro por así decirlo, hasta que me conoció.
Pero no todo es color de rosa, ya que para los nueve meses después de casarnos comenzó a cambiar, era más distante, frío, duro...más Cerrado.
Una vez lo iba a dejar, ya estaba cansada de su comportamiento distante, pero me rogó que me quedara y verlo tan vulnerable fue mi debilidad, desde ahí comenzamos a comunicarnos más.
Pero ya hace unos dos meses atrás algo cambió y lo tendría que descubrir por mi misma.
El timbre del ascensor suena y me avisa que Grey a llegado, ¡que emoción! (nótese el sarcasmo).
—Buenas tardes Ana—y aquí nuestros monólogos diarios.
—Buenas tardes Christian—le dije volviendo a prestar atención al interesante libro que tomé de su biblioteca
Dejé el libro a un lado nuevamente.
—Christian ¿has escuchado lo de terapia de pareja?— mi voz suena de lo más casual, pero el niega con la cabeza.
Asi que continúo—Bueno, iré al punto, esta terapia trata de ayudar a las parejas a restablecerse y lo primero que argumentan, es que debemos de tomar tiempo, para ver que pasa— le digo mientras trata de quitarse la corbata y al momento de escucharme me mira con los ojos bien abiertos.
Su rostro se contrae—Ana no puedes dejarme. Sin ti no soy nada, se que nuestros padres son muy amigos y la mayoría de la gente cree que nuestro matrimonio es arreglado, pero yo te quiero en verdad— se acerca peligrosamente hacia mi— quiero mostrarte, el por que te enamoraste de mi.
Me dejo llevar por lo que me hace sentir, aunque me dolió mucho que el que no dijera 'te amo' sin embargo solo dijo 'te quiero' el me quería mientras yo lo amaba como la primera vez, con todo mi corazón.
Así que me pierdo en el mar del deseo, comienza a besarme ferozmente y en un momento a otro, terminé recostada en su pecho.
Después de unas horas, los dos terminamos cansados, pero Christian ya esta plácidamente dormido, mientras yo estoy observando todo su cuerpo como una acosadora.
Me gusta estar así con el, prometió cambiar, cosa que hizo, pero no del todo por completo, sin embargo estoy conforme. Me levanté con solo su camisa puesta y fui a la cocina por un vaso de agua, el sonido de un móvil se escuchó vibrar ¡era el de Christian! contesté y la voz no me agradó del todo.
En la llamada...
—Chris amor, ¿por qué tardas tanto? ¿estás con tu esposa, cierto? ¡me dijiste que ya le ibas a pedir el divorcio....— no pude más y le colgué, no podía seguir siendo una masoquista y terminar de escuchar.
Mi cincuenta, en la que te acabas de meter, saque un pedazo de tarta de el refrigerador y al instante corrí al baño a vaciar todo lo que había cenado.
¡Dios!
No me ha llegado la menstruación, pero bueno soy irregular, de que me preocupo si siempre lo he sido, pensé muy obvia.
Pero 18 días ya de retraso, ¿no crees que es muy extraño?
Mi mente tenía razón, tenía que descubrir la verdad sobre Grey, me dolía más que nada. Pero el pagará caro cada lágrima que derrame por su culpa.
Sin embargo, un bebé en esta situación, no era lo más indicado.
De igual forma me imaginé a un niño hermoso con cabello castaño cobrizo y unos hermosos ojos grises, dejé esos pensamientos de lado y mejor me cambié por una ropa deportiva.
Una vez lista salí a correr, la noche era hermosa y que mejor que salir para hacer ejercicio.
Llevaba ya una hora corriendo y me sentía muy cansada, no estaba lejos del escala. No obstante cuando pasaba por una tienda, algo llamó mi atención puesto que eran unos zapatos para bebe, blancos muy bonitos y tiernos, involuntariamente mis manos fueron a parar en mi vientre.
Tener un bebé siempre había sido mi sueño, pero no debo de hacerme falsas ilusiones...
Llegue al escala y Christian estaba con cara de muy pocos amigos, en cuanto me vio, su rostro se relajo notablemente, aunque también era notable que estaba furioso.
—¿dónde mierdas estabas Ana?—gritó con frustración, simplemente lo ignore.
¿Ahora se preocupaba por mi?.
—¡Anastasia! ¿dónde estabas?, es la última vez que te pregunto— casi podía ver una las venas brotar en su frente.
—¡Que mierdas te importa!—también estaba algo frustrada.
Sin embargo, me fui a la biblioteca a pensar.
Flashback
(Número desconocido)
llamada...
—Bueno, ¿quien habla?— pregunté
Porque, Don señor yo controlo todo, tiene mis llamadas limitadas.
—Annie soy yo, Ian. Pues te hablo para saber ¿cómo has estado?— ¡Ian mi mejor amigo!
—muy bien, tengo unos problemas con el matrimonio, pero lo demás excelente y ¿tu? ¿cómo vas en Londres?—
—de maravilla, ya soy todo un británico y... te extraño mucho— si no amara tanto a Christian, le hubiera dado una oportunidad .
—Yo también te extraño, a ver que día voy a Londres y charlamos un poco. Oye... ¿Ian me puedes hacer un pequeñísimo favor?—le pregunté esperanzada.
—si Annie, yo investigo los últimos pasos de Grey y te los envío mañana—
—¡ay, por eso te amo! siempre sabes lo que voy a querer...
—Annie me tengo que ir, cualquier cosa me avisas y recuerda tus enseñanzas—
—se como noquear a los hombres y no me lo enseñaste tu, ¡adiós! ¡te quiero!—se escuchó un "yo igual", pero después corte y di por finalizada la llamada.
Fin del flashback.
—Ana tenemos que hablar —Christian entra de de manera brusca a la biblioteca.
—está bien— le conteste de buena manera ya que 'ese tenemos que hablar' siempre acaba mal...
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El engaño de Christian Grey. (Editando)
Fanfiction-¡Nunca cambiaste Christian Grey! -le grité histérica. -¡Así es como soy Ana! Sin corazón y sin sentimientos- su rostro luce su antigua, fría y dura expresión. -Me dijiste que habías cambiado. Que ya no necesitabas tu antigua vida ¡eres un bastardo...