E P I L O G O
La ciudad hoy está muy iluminada como siempre, dejo la copa con vino casi vacía, Christian sigue tocando el piano, una suave melodía pero realmente triste. Me duele verlo así, parece ser el mismo de años atrás, la oscuridad lo cubrió nuevamente pero ya no soy la misma, las heridas que él causó en mi están ahí pero con una sutura que podría abrirse en cualquier momento. Si bien lo perdone, no puedo olvidar de todo.
—¿Seguirás así?—no me responde. Cierra los ojos y sigue dejándose llevar por las tristes melodías que emite.
Ha vuelto a ignorarme, justo como en el pasado. El que me esté tratando así comienza a quitar las suturas de cada herida, por ello le arrojó el anillo y me voy a las habitaciones de los niños. No quiero que esas heridas se abran, hemos pasado por mucho como para volver al inicio. Prefiero darle tiempo y actuar con madurez, después de todo ya no somos los jóvenes de hace años, hoy en día tenemos dos preciosos hijos.
Entro primero a la habitación del niño de mis ojos, está con la luz encendida y leyendo un libro, sonrío desde el umbral al verlo tan perdido en la lectura. Se parece mucho a mi cincuenta, su cabello es idéntico pero mi niños, sacó mis ojos. De niño fue muy travieso y voluble, supongo que si a mí Chris no le hubiera pasado lo que le pasó, hubiera sido igual a Teddy.
En fin, debo dejar el pasado en lo que es; pasado.
No despega la vista del libro pero habla—¿sigue sin escucharte? Disculpa, pregunté aunque ya se la respuesta, así es papá. Supongo que querrás darle tiempo, prepararé mis cosas para irnos en seguida.
Los ojos se me humedecen, aún recuerdo cuando éramos tan solo él y yo. Aquella conexión nunca se rompió—Gracias, le diremos a tu hermana que papá saldrá por negocios.
Teddy deja el libro y por fin me mira—¿por qué no me has dicho bebé? ¿Estás molesta conmigo?
—creí que como acabas de cumplir los quince, te molestaría—mis mejillas se ponen calientes, él y su padre consiguen avergonzarme con facilidad.
—siempre seremos tú y yo mamá, contra el mundo—asiento y me despido para ir por mi pequeña.
Esta dormida por lo que sólo la cargo. Es igual de delgada que yo mientras que Ted sacó lo fuerte a su padre. Los tres bajamos bajamos y Christian no deja de mirarnos más no dice nada, me sorprende ver que Ted no lleve equipaje o si quiera alguna muda de ropa.
Taylor me ayuda con Phoebe y proseguimos a pasar al estacionamiento subterráneo. Recuesto mi rostro en las paredes del ascensor, volviendo a años atrás. Mis mejillas se calientan y abro los ojos de golpe al ver como las puertas se abren. Salimos y Teddy no para de ver su reloj.
—Taylor, no subas a mi hermana a la camioneta, aguarda unos segundos o ya yéndonos a los extremos minutos—ordena con el liderazgo que heredó de su padre—por favor.
Tanto Taylor y yo lo miramos con ternura, es una perfecta combinación de Christian y yo.
—Cariño ¿qué ocurre?—pregunto ya que nos hemos detenido.
Vuelve a mirar el reloj que yace en su muñeca. Su pie golpea el suelo con repetitividad, intranquilo. Suspira por un largo momento y notó el ascensor. De él sale mi cincuenta con la preocupación en su rostro. Al vernos se relaja notablemente pero luce confundido, creo que todos lo estamos a excepción de Ted que trae su rostro de 'yo lo sé todo' bueno, y mi hija que está dormida.
—Taylor, perdona el espectáculo, ya puedes subir a mi hermana de nuevo, dejemos que los adultos hablen—nuestro guardia y gran amigo asiente y sube al ascensor nuevamente, mi hijo pasa por lado de su padre y palmea su espalda—Has roto récord padre, superaste los tres minutos en los que puedes dejar ir a mamá, si bien me presté para este teatro que se montan cada que pelean, será la última vez, deja de evadir tus problemas.
Dicho eso se sube junto a Taylor y se van.
Decido actuar—nuestro hijo tiene razón, Christian.
—¿hicieron todo esto para que te perdonara?—pregunta cruzado de brazos.
Lo imito—te equivocas, yo en verdad me iba a ir pero ya sabes como es nuestro hijo. Además no tienes nada que perdonarme.
—te besó.
—fue un accidente, en verdad me había entrado tierra a los ojos.
—¿esperas a que me lo crea?—le doy una mala mirada que lo hace retroceder—bueno, fue un accidente pero para él no.
—es mi hermano.
—no de sangre, le gustas, creo que es el karma para Susana o para mi—¿gustarle a mi hermano? Mi cincuenta si que exagera.
Me acerco a él, no quiero seguir peleando—sea el karma o no, yo te amo a ti Christian, no hay nadie más.
Me sorprende que aún dude pero entiendo que él es así—y yo a ti, vivo con el miedo de que te vayas de mi lado por todo el mal que te hice, que el karma quiera cobrarse.
—eso no pasará—lo beso y al instante corresponde, es magnífico que la tensión sexual entre nosotros sea igual que en sus comienzos.
De pronto ya estamos dentro del ascensor—tengamos otro hijo.
—estoy operada—susurro entre besos.
Christian sonríe pervertido—pues sigámosle intentando—asiento mientras que sus labios atacan mi cuello.
A pesar de los problemas, seguimos juntos. Somos una hermosa familia, él es mi esposo y yo soy su esposa, seguimos siendo esa Ana y Christian que se enamoraron con locura sin siquiera buscarlo.
Juntos logramos derrumbar esas sombras que lo atormentaban.
Siempre lo amaré como él me ama a mi, porque para el mundo sólo estamos hechos para estar el uno al otro hasta que la muerte nos separé y si es que puede.
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Bueno, sé que no es un epílogo espectacular pero quise meter varias cosas de las que Ana y Christian viven cada día.
No es que peleen a diario vea.
Pero al menos estuvo su esencia, lo que los hace tan ellos.
Esta historia siempre fue tan irreal para mi, no creí que estaríamos a llegar a las 250k es alucinante a pesar de todos los errores y fallos que tenía hace años, con el tiempo he ido mejorando y por ello, probablemente en un futuro pueda pulir esta historia.
Haría de los capítulos más largos, manteniendo la trama principal y tratando de eliminar los miles errores qué hay.
Pd: si les gusta After, pásense a mi perfil que estoy publicando otro fanfic, sería feliz teniéndolas por allá y ver sus comentarios, me matan los que ponen aquí jajaa, gracias.
Gracias por todo, son magníficas.
Nos vemos muy pronto.
Con cariño.
Pao ❄️
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El engaño de Christian Grey. (Editando)
Fanfiction-¡Nunca cambiaste Christian Grey! -le grité histérica. -¡Así es como soy Ana! Sin corazón y sin sentimientos- su rostro luce su antigua, fría y dura expresión. -Me dijiste que habías cambiado. Que ya no necesitabas tu antigua vida ¡eres un bastardo...