Capitulo 3

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Al otro día desperté sola en mi cama, seguramente Anton ya estaba en su casa. Después de ducharme y vestirme baje a desayunar. Mamá estaba sentada en la terraza tomando café y leyendo un libro.                                       

- Buenos días.- Dije amablemente con una sonrisa delicada.        

- Buenos días cariño.- dijo apartando sus ojos del libro.Me serví un café una tostada y luego me senté al lado de ella.                                   

-Voy a salir con Amber, iremos de compras.                               

- Tu jamás sales de compras.- Mamá rió.

- Si, pero Amber dice que ayuda a distraerse, así que lo probare.- sonreí mirando el suelo.             

- Rachel, ¿Estas bien?- Mamá cerro el libro y me miró fijamente.

- Solo estoy un poco preocupada por la nota que dejo esa chica.

- Tú no tuviste nada que ver con eso, así que no hay de que preocupase.- Me indico mi madre y luego me dio un abrazo. 

- Tienes razón. Nos vemos luego.- evadí el tema y me aleje de casa con paso firme, dejando mi desayuno en la mesa de la terraza. No quería hablar de eso ahora.

Luego de almorzar en una pizzería Amber me llevo a todos los lugares habituales donde hacia sus compras. Ella me asesoro para comprar ropa y renovar mi armario, compramos vestidos, zapatos, chaquetas, faldas y algunos accesorios. Pasamos todo el día comprando y riendo juntas y lo mejor era que había logrado distraerme. Anton me había llamado para saber cómo estaba unas cuantas veces en el día, podía notar fácilmente que estaba preocupado por mí, pero como había dicho mi madre no tenia de que preocuparme.

Ese día y el siguiente estuve muy acompañada y distraída, así que ni siquiera tuve tiempo de preocuparme. Pero ya era lunes y debía ir a clases junto a mis dos amigos. Apenas cruzamos la puerta de la entrada de la escuela todas las miradas se posaron en nosotros, principalmente en Anton y a medida que pasábamos el lugar se hacía más silencioso. Toda esa atención me traía malos recuerdos que no quería revivir. Podía escuchar mi respiración agitada y los latidos de mi corazón, Anton tomo mi mano apretándola fuertemente y guiándome por el pasillo principal, podía notar la irritación de Amber al notar cómo nos miraba la gente.

- ¡¿No tienen nada mejor que hacer?!- Grito Amber dándose una vuelta para mirar a todos con sus grandes ojos color almendra. Seguimos avanzando y Anton comenzó a reír suavemente.          - Suerte que Margot no está aquí, ella no hubiese soportado esta presión como nosotros.- Susurro Anton.

El día siguió bastante aburrido. Después de la escena de la mañana, la gente nos seguía mirando y hablando a nuestras espaldas pero en una forma soportable. La siguiente clase era matemática. Amber venia acercándose con una gran sonrisa en el rostro, lo que indicaba algo bueno.

-¡Tengo una gran noticia!- Dijo con tono de emoción.             

- Solo dime que es buena por favor.- dije moviendo la cabeza hacia los lados.  

- Hay un nuevo chico en la escuela y se unió a la clase de matemáticas en nuestro horario.- Dijo Amber casi gritando.                                                                                                 

-Créeme que no me interesa, solo es un chico más Amber.- Rodé los ojos negando con la cabeza.

- Dicen que es guapo.- Amber subió y bajo las cejas. Rodé los ojos nuevamente y camine hasta mi asiento abriendo mi libro en la página de ejercicios. 

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