Capitulo 21

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Compramos todo lo demás juntos, hablando como si nada hubiese pasado y luego de una hora aproximadamente volvimos a casa. Donde nuestra amiga nos esperaba con una gran sonrisa.

- Hola Amber.- La salude con un corto abrazo y busque a John con la mirada.- ¿Dónde está John? 

 - Dijo que iba a dar una vuelta y volvía pronto.- Dijo despreocupada masticando un trozo de zanahoria. 

 - Bien, voy a estar en mi habitación.- Les indique para subir corriendo las escaleras.

Ordene la cama y me recosté en ella mirando el techo por un rato hasta que mi celular recibió una llamada de mi madre. Me hablo de cuanto me extrañaba y me quería, dijo que ella y mi padre estaban bien y que todo estaba muy tranquilo por allá, también dijo que se alegraba mucho de que estuviéramos pasándola bien. Ya quedaban pocos días para volver y me aterraba la idea de seguir siendo atacada. Tenía mucho miedo de que al volver, todo comenzara de nuevo, no sabía cuánto tiempo más podría soportarlo, quería una vida normal. Sin notarlo siquiera me dormí.

Luces, luces eran todo lo que distinguía mi vista nublada, risas de niños y una melodía conocida. Mi vista, por fin aclarándose, se enfoco en unos ojos azules profundos, eran fríos y emanaban rabia y dolor. Era un pequeño niño vestido elegante, con su cabello negro muy bien peinado. Corría alrededor del carrusel junto con una niña unos centímetros más baja que el. Los dos reían y corrían torpemente. Estábamos en la feria, yo estaba montada en el carrusel y los niños parecían seguirme entre risas. 

De pronto los niños desaparecieron, los busque con la mirada por todo el lugar sin bajar del carrusel. La niña apareció a mi lado, bañada en sangre que arruinaba su delicado vestido blanco. Sus ojos eran exactamente iguales a los del niño y físicamente se parecía mucho también. Tenía una sonrisa burlona en el rostro y apuntaba a un punto fijo, lentamente gire mi rostro encontrándome con John de pie a mi lado con un cigarro entre sus labios, sus manos y el pecho blanco de su camiseta cubiertas de sangre. Él era el niño elegante, lo sabia al mirar sus ojos perdidos en la rabia. Pegue un grito desgarrador que hizo que todo se removiera dentro de mí. Escuche a alguien gritar mi nombre.

- ¡Rachelle!- John abrió la puerta de un golpe. Y corrió para tomar mi rostro entre sus manos.- ¡¿Estás bien?! ¡¿Qué paso?!- Tenía los ojos tan abiertos que parecían platos. Su pecho subía y bajaba aceleradamente. 

 - ¿Fue una pesadilla? ¡Fue una pesadilla, lo siento!- Dije comenzando a llorar por la frustración y el miedo. Anton y Amber aparecieron tan acelerados como John en la puerta.

 - Esta bien, tranquila, todo estará bien.- John me abrazaba y acariciaba el cabello con cariño.

Desde que todo había comenzado había tenido pesadillas todas las noches, a excepción de las que había pasado con John a mi lado, pero esta había sido especial, me había hecho notar algo que siempre había estado frente a mis narices. Los pequeños niños de mi sueño eran los mismos de la fotografía en la habitación de John, la foto de él y su hermana. 

Rose, la fallecida hermana de John era muy parecida a Melanie. Podía ser una coincidencia, pero una muy dolorosa. Pero había algo que no podía entender, y era como los ojos de los hermanos podían ser exactamente idénticos a los de Melanie.

- Ten linda.- Anton me extendió un vaso de agua. Aparte mi rostro del cálido pecho de John y lo tome con mi mano temblorosa para darle un pequeño sorbo. Mis ojos se encontraron con los de John y aparte la mirada rápidamente. -

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