Vimos la película en silencio comiendo las golosinas que Anton había comprado y cuando esta termino John se puso de pie y se estiro.
- Creo que es hora de ir a la playa.- Dijo mi novio observando la pantalla de su celular.
- Voy por los malvaviscos.- Amber se puso de pie y camino hasta la cocina. John subió las escaleras corriendo y las bajo en menos de un minuto cargando su guitarra en la espalda.
Bajamos a la playa caminando, el atardecer lucia hermoso reflejado en el mar. Amber repartió las cervezas y competimos para ver quien se la bebía en menos tiempo. Anton que fue el ganador se quito la playera y los pantalones quedando solo en bóxers morados para correr al mar.
- ¡Mierda, esta fría!- grito desde el interior del mar. Amber se apresuro en quitarse la ropa y quedo semidesnuda frente a todos. Corrió en la misma dirección que Anton y se lanzo en sus brazos pegando un grito.
John y yo los seguimos. El agua estaba fría y las olas eran bastante bruscas como para arrastrarnos unos centímetros fuera y luego dentro. Los cuatro formamos una fila. Con el agua hasta la cintura observe el hermoso anochecer. Me sentía tan feliz en ese lugar, en ese momento, con el viento golpeando fuerte mi rostro y las estrellas apareciendo en el cielo que, tenía matices azules, morados y amarillos. La noche estaba cayendo y con ella aparecían todos esos sentimientos que ocultábamos en el día. John abrazo mis hombros con su brazo y me dedico una sonrisa en silencio. Recordé nuestra caliente tarde, sus labios en mi cuello y sus manos sobre mi cuerpo, y todos los sentimientos que traía esto. John era el indicado, estaba segura.
Me acerque a su rostro levantándome en las puntas de mis pies para besarlo con cariño. Sus labios estaban fríos y tenían sabor a la sal del mar. Me separe de el volviendo a mi lugar y al mirar por sobre su hombro mi corazón dio un vuelco. Amber y Anton, mis dos mejores amigos se estaban besando apasionadamente, sin importarles nada. John noto mi rostro de impacto y se giro para ver la escena. Levanto sus cejas y abrió levemente la boca, me hizo un gesto incomodo para que lo siguiera. Nadamos unos metros alejándonos de mis amigos para darles un momento a solas. Cuando estuvimos lo suficientemente lejos nos detuvimos bajo la noche eterna. Las estrellas y la luna nos iluminaban y solo podíamos vernos nosotros en la oscuridad.
- Ni lunas, ni estrellas, ni el mar, ni nada puede opacar tu belleza, es más, solo te hacen ver más hermosa.
- ¿Alguien alguna vez te dijo que eras un poeta?- Lo mire con ojos dulces. La luna se reflejaba en sus ojos azules.
- La poesía son sentimientos y los sentimientos son vida.- Su voz grave penetro mi corazón.- Así que, si crees que soy un poeta debes saber que eres tu quien me hace sentir, por lo tanto eres tu mi inspiración de vivir.- Mi corazón se detuvo y en ese momento supe que era inevitable, ya no podía correr lejos por miedo al amor, porque, ya estaba enamorada y era de esos ojos, de esa voz, de la poesía en vida.
- Tengo miedo.- Susurre a su lado mirando a la luna mientras las olas luchaban por alejarme de él.
- ¿A qué?- Susurro girándose para quedar frente a mí en la oscuridad.
- Amar.- Me arme de valor para decirlo con fuerza.
- Eso significa que ya estas amando y a lo que realmente tienes miedo es a perderme.- Se refirió a el mismo y note que tenía razón.- Pero cariño, jamás te dejare, no permitiré que me alejes.
- ¡Chicos!- Anton nos interrumpió y con un gesto nos indico que nos acercáramos.
Salimos del mar de la mano y llegamos un sitio donde Amber y Anton habían amontonado ramas de árboles secas pera encender la fogata. John encendió un fosforo y un papel para ponerlo entre las ramas y estas de apoco fueron encendiendo. Amber repartió nuevamente latas de cerveza y abrió la bolsa de malvaviscos. Nos sentamos alrededor del fuego para derretir nuestros malvaviscos en una rama y comerlos. John se puso de pie y fue por su guitarra.
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Innocence
Mystery / ThrillerMis manos, sus ojos, la cabaña, el lago, sus labios, mis labios, su cabello, mi dulzura, su fuerza, mis lagrimas, sus lagrimas, el dolor, el olor, su sangre, la canción, su sonrisa, nuestros cuerpos, la inocencia. Momentos, que desde ahora solo seri...