Capitulo 29

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Nos quedamos en silencio mirando una de mis películas favoritas, una película inglesa muy antigua que había visto por primera vez hace unos años con Anton.

- Me encantaría llevarte a conocer Inglaterra algún día, que conocieras a mi familia, mis amigos, que conocieras mi vida a fondo.- Dijo observando su país en la película. 

 - Me encantaría hacerlo también. Nunca me has hablado de tu familia Inglesa.- Sonreí. 

 - Bueno ellos son fantásticos, están mis abuelos, tías, primos. Nos llevamos todos muy bien y los quiero mucho, son personas esenciales en mi vida, sobre todo mi abuela, ella es la mujer que me enseño poesía y me hizo una mejor persona, ella es maravillosa.- Termino con los ojos cristalinos de emoción. 

 - Debe ser una mujer increíble.- Su cuerpo me proporcionaba todo el calor que necesitaba y más. 

 - Lo es, es una mujer fuerte, llena de vida, ella me enseño todo lo que se.- Dijo orgulloso. 

 - Me encantaría conocerla.- Sonaba como un ejemplo a seguir. 

 - Te prometo que lo harás.- Beso mi frente.

Me acurruque en su hombro caliente y me rodeo la cintura con un brazo, me dormí lentamente sintiendo los latidos de su corazón. Las pesadillas tuvieron miedo y no aparecieron esa noche, permitiéndome descansar plácidamente en el cuerpo de mi novio.

Desperté antes de que la alarma sonara, John me rodeaba con sus dos brazos, dormía abrazándome y su cabeza estaba enterrada en mi cuello. Me gire como pude para quedar frente a él y le di un corto beso en los labios, despertó de inmediato y sonrió con los ojos cerrados.

- Buenos días.- Salude sonriendo como tonta. 

 - Buenos días hermosa.- Abrió sus ojos y los volvió a cerrar. 

 - Debemos ir a la escuela.- Dije acariciando su mejilla rasposa. 

 - No tenemos que ir realmente.- Abrió los ojos y levanto una ceja. 

 - Tenemos que ir.- Asegure. Hundió su cabeza en la almohada y gruño. 

 - ¿Y cómo voy a salir de aquí sin que tus padres se den cuenta?- Dijo divertido. 

 - No lo sé, por la ventana.- Ambos reímos mirándonos a los ojos con las cabezas apoyadas en las almohadas blancas. 

 - Rachelle.- Mi madre golpeo la puerta. John abrió los ojos como platos.- Hora de levantarse.- Me puse de pie lo más rápido que pude y John me siguió, le lance la camisa y los pantalones para que se vistiera rápido. 

 - Me estoy vistiendo.- Intente sonar normal mientras John se vestía a toda velocidad y salía por la ventana. Se afirmo de una rama del árbol y se estiro para besarme. Me desvestí lo más rápido que pude una vez que John estuvo fuera y me puse lo primero que encontré. 

 - ¿Rachelle has visto mi abrigo rojo?- Mamá abrió la puerta justo en el momento en que abrochaba mis pantalones. 

 - No, no lo he visto.- Sonreí disimulando. 

 - Debí haberlo dejado en el trabajo. Bueno nos vemos en la tarde cariño.- Beso mi frente y salió de la habitación arreglando su despeinada cabellera rubia.

Termine de vestirme, tome mi mochila y baje las escaleras lo más rápido que pude para tomar un par de frutas y correr fuera de casa, sabía que John estaría esperándome en algún lugar.

- ¿Amber viene por ti?- John salió de atrás del árbol. Le alcance la manzana. 

 - Si, debe estar por llegar.- Acepto la fruta agradeciéndome con una sonrisa. 

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